Jordi Moll¨¤ est¨¢ seguro de que su salto a la direcci¨®n no va a dejar indiferente
El actor rueda 'No somos nadie', una tragicomedia sobre el poder de la televisi¨®n
Bajo el olor del incienso que se quemaba sobre la mesa y el calor de dos candelabros con velas encendidas, Jordi Moll¨¤, que se postr¨® en el suelo con los brazos bien abiertos para los fot¨®grafos, se mostr¨® ayer exultante en la presentaci¨®n de su primer largometraje como director. Toda una est¨¦tica medio sagrada, medio ir¨®nica, para apoyar la filosof¨ªa que rodea a No somos nadie, que interpretar¨¢n, adem¨¢s del propio Moll¨¤, Daniel Gim¨¦nez Cacho, Candela Pe?a, Juan Carlos Vellido, Florinda Chico y ?lex Angulo. 'Es una tragicomedia b¨ªblico-medi¨¢tica sobre el poder de los medios de comunicaci¨®n, capaces de cambiar a una persona en personaje', dijo el actor, que se ha mirado a s¨ª mismo para explicar la transformaci¨®n que sufre un hombre o una mujer cuando salta al mundo de la fama. 'Emulo lo que yo vivo, el pertenecer al c¨ªrculo de gente reconocible', a?adi¨®.
Sin embargo, Jordi Moll¨¤ no pretende hacer una cr¨ªtica a los medios de comunicaci¨®n, ya que prefiere sonre¨ªr y aliarse como con las mujeres -'os amo, os odio, os temo, os necesito', dijo dirigi¨¦ndose a los periodistas-. Pero se?al¨® que es necesario establecer una barrera frente a los medios, algo que ¨¦l ha aprendido en sus 10 a?os de carrera. 'El protagonista de No somos nadie salta a la fama de un d¨ªa para otro y no tiene capacidad de reacci¨®n, como les pasa a los concursantes de Gran Hermano. Yo, cuando lo veo, me digo: 'Pobre el que gane'.
De Gran Hermano, El sem¨¢foro, Telecup¨®n o Gente con chispa. De toda esa mezcla de circo romano, exhibici¨®n televisiva y gran espect¨¢culo, que tanto impacta a Moll¨¤, hay mucho en No somos nadie. El filme narra la vida de dos personajes, 'como Don Quijote y Sancho Panza, o el Gordo y el Flaco', dos vagabundos que piden en el metro, Salva (Jordi Moll¨¤) y ?ngel (Juan Carlos Vellido), que se conforman con lo suficiente para unas patatas bravas y un verm¨² de grifo. Ante las penurias, Salva decide aprovechar el ambiente general, en el que cientos de sectas tratan de captar la fe de una esc¨¦ptica poblaci¨®n, y hacerse pasar por un nuevo Mes¨ªas. Sus problemas empiezan cuando Bigardo (Gim¨¦nez Cacho), un presentador de televisi¨®n con problemas de audiencia, decide convertirlo en un ¨ªdolo de masas, ya con el nombre de Salvador, a trav¨¦s de un programa, Mano dura, en el que el p¨²blico vota si se ejecuta all¨ª mismo, en directo, al concursante elegido.
Idiota maravilloso
'?l, que es un idiota maravilloso, cuyo objetivo en la vida es montar un karaoke, se ve de pronto como el l¨ªder de masas. Es un don nadie que se transforma en alguien. Le toca esa especie de loter¨ªa, y cuando te tocan 2.000 kilos es como un c¨¢ncer. Te cambia la vida por completo', explic¨®, ir¨®nico, Moll¨¤.
El filme, con unos cambios en el final que en dos secuencias le dar¨¢n un giro espectacular, tendr¨¢ dos tipos de narraci¨®n bien diferentes: una m¨¢s televisiva, que ser¨¢ como un zapping, un bombardeo fan¨¢tico, y la otra, una narraci¨®n cinematogr¨¢fica que se centrar¨¢ en el mundo de los personajes. Algunos de los cuales acompa?aron ayer a Moll¨¤.
Al mexicano Daniel Gim¨¦nez Cacho lo que m¨¢s le interes¨® fue la posiblidad de 'hacer un personaje que nunca se da a conocer, un actor que act¨²a y detr¨¢s de esa actuaci¨®n hay otra. Es la actuaci¨®n llevada al extremo'. Candela Pe?a, que hace de chica de Moll¨¤, interpreta al 'personaje m¨¢s oscuro de la historia, pero el que representa la esperanza'. Juan Carlos Vellido explic¨® que su personaje, ?ngel, es el bueno de la pel¨ªcula. 'Encarna la amistad, la fidelidad, la libertad, es el contrapunto de Salva, el que le hace poner los pies en la tierra'.
Moll¨¤, que tiene a punto de estreno dos filmes como actor -Son de mar ( Bigas Luna) y Blow (Ted Demme), su primera incursi¨®n en Hollywood-, no quiere buscar explicaciones a su salto a la direcci¨®n. 'No me planteo nunca el porqu¨¦ hago las cosas. Igual es por temor, pero ese punto suicida me viene muy bien'. Pero s¨ª tiene algo claro: 'Indiferente no va a dejar'.
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