Viejas glorias convergentes
Pujol forma un triunvirato con Mas y Duran para poner fin a veinte a?os de conspiraciones
Alrededor de un plato de arr¨°s cald¨®s, Converg¨¨ncia i Uni¨® escenific¨® el pasado mi¨¦rcoles en un restaurante de la Barceloneta que Roma ya tiene triunvirato. Y al rev¨¦s que en los a?os sesenta antes de Cristo, el imperio ha dejado paso al triunvirato, asociaci¨®n de mutuo apoyo que hist¨®ricamente acab¨® en sangrienta guerra. Pero 21 siglos despu¨¦s, los tiempos son otros. Y hace cuatro d¨ªas, Jordi Pujol, en el centro de la mesa y acompa?ado por Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida, quiso dar la imagen de que CiU no se acaba. Esa fotograf¨ªa con voluntad de futuro se ha obtenido despu¨¦s de no pocas conspiraciones palaciegas contra las que los triunviros, por lo menos hasta las pr¨®ximas auton¨®micas, se han juramentado. Por el camino, en estos m¨¢s de 20 a?os de Gobierno de CiU, ha quedado una sobresaliente n¨®mina de aspirantes y viejas glorias: Miquel Roca Junyent, Maci¨¤ Alavedra o Josep Maria Cullell. Y m¨¢s recientemente, Joan Maria Pujals, Joaquim Molins o Xavier Trias.
A¨²n hoy d¨ªa, el presidente de la Generalitat sigue contando con Roca, que nunca fue su 'delf¨ªn'
- Roca: lo que no fue. Miquel Roca es uno de los grandes ca¨ªdos. Inici¨® su carrera en CDC codo con codo con Jordi Pujol en 1974. ?l mandaba en el partido, Pujol en el Gobierno. Pero no hay que enga?arse. Roca no pudo pasar -en su periodo de m¨¢s esplendor- de secretario general por delegaci¨®n, un traje que pretend¨ªa encorsetar un musculado cuerpo pol¨ªtico. Pujol jam¨¢s le dej¨® intervenir en pol¨ªtica catalana. Y para ello estableci¨® un complicado juego de contrapesos. Primero lo contrapuso a Ramon Trias Fargas. Y una vez fallecido ¨¦ste, dos miembros de la vieja guardia -Maci¨¤ Alavedra y Josep Maria Cullell- fueron los elegidos para equilibrar los platos de la balanza.
Roca busc¨® una salida a su ambici¨®n pol¨ªtica. Pero sus reiterados intentos de ser ministro fueron sistem¨¢ticamente torpedeados. En CDC aseguran que la crisis Roca- Pujol de 1993 fue la primera ocasi¨®n en que la familia (el n¨²cleo articulado alrededor del primog¨¦nito, Jordi Pujol Ferrusola) intervino de forma directa. Con todo, a¨²n hoy d¨ªa, el presidente de la Generalitat sigue contando con el viejo colaborador, que jam¨¢s fue delf¨ªn, para las grandes decisiones. Desde hace seis a?os, depu¨¦s de intentar suerte, en vano, como candidato a la alcald¨ªa de Barcelona, trabaja en su despacho de abogados, tarea a la que se ha entregado a fondo.
- El Kennedy catal¨¢n. Junto a Roca, aparecen otros dos pol¨ªticos de CDC que han abandonado en los dos ¨²ltimos a?os sus cargos en el partido, pero que en los a?os ochenta constituyeron el n¨²cleo en que Pujol confiaba sus decisiones. Son Josep Maria Cullell y Maci¨¤ Alavedra. Cullell fue el hombre de CiU que m¨¢s cerca tuvo la alcald¨ªa de Barcelona. En 1991 roz¨® la haza?a. Se qued¨® a 68.000 votos del Maragall preol¨ªmpico. En CDC hablaban con entusiasmo del Kennedy catal¨¢n. Chaqueta de pana, flequillo despeinado y modos socialdem¨®cratas contribu¨ªan a ello. De haber conseguido la victoria, tal vez hubiera sido entronizado como n¨²mero dos. Pero el camino fue otro. Cullell comenz¨® a compatibilizar ya en 1987 su cargo de jefe de la oposici¨®n con tareas de asesoramiento para Kern Espa?ola, SA, una empresa que compart¨ªa edificio con la Kio de Javier de la Rosa. Su paso por los departamentos de la Generalitat incluy¨® las carteras de Econom¨ªa y Pol¨ªtica Territorial. Pero la carrera toc¨® a su fin. Estall¨® el caso Sant Pere de Torell¨® en 1994: la recalificaci¨®n de unos terrenos a favor un cu?ado suyo. Y Cullell dimiti¨® de consejero de Pol¨ªtica Territorial. En 1999 abandon¨® todos sus cargos en Converg¨¨ncia y en la actualidad trabaja en el Gabinet Fiscal i Jur¨ªdic. Junto a Cullell, el ¨²ltimo dirigente hist¨®rico que quedaba de la CDC de las mayor¨ªas absolutas era Maci¨¤ Alavedra, el hombre del partido que m¨¢s ha sabido conectar con el mundo empresarial catal¨¢n. Encarna la imagen del bon vivant en ¨¦pocas en que predonima el esteticismo de lo apol¨ªneo. Alavedra inici¨® su carrera en el Gobierno en 1980 en la consejer¨ªa de Gobernaci¨®n; en 1987 ocup¨® la cartera de Industria y dos a?os m¨¢s tarde, tras la muerte repetina de Ramon Trias, se convirti¨® en el n¨²mero dos del gobierno de Pujol: pas¨® a ocupar el Departamento de Econom¨ªa. Su estrella comenz¨® a declinar a ra¨ªz de las cr¨ªticas de la oposici¨®n por la pol¨ªtica de cr¨¦ditos del Instituto Catal¨¢n de Finanzas y especialmente por un aval del Gobierno al pol¨¦mico financiero catal¨¢n Javier de la Rosa. Pero a Pujol tampoco le pas¨® inadvertido el hecho de que durante el caso Banca Catalana, el de Alavedra hab¨ªa sido un nombre que rumores tal vez malintencionados hac¨ªan circular como el de un eventual sustituto del l¨ªder. Su ¨²ltimo servicio fue la negociaci¨®n para conseguir el 30% del IRPF sin topes. Eso fue en 1996. En 1997 dej¨® el Departamento de Econom¨ªa, consciente de que soplaban aires nuevos y que ¨¦l era una persona del 'antiguo equipo'. Est¨¢ al frente de la concesionaria de autopistas Aucat.
- EL 'delf¨ªn' del 'delf¨ªn'. Joan Maria Pujals ocup¨® la consejer¨ªa de Cultura entre 1996 y 1999. Fue el primer candidato serio -el segundo es Mas- a la sucesi¨®n. Su ascenso, aseguran las cr¨®nicas, se inici¨® de la mano del primog¨¦nito de los Pujol. Su estrella, a?aden en CiU a falta de m¨¢s elementos, se apag¨® con el fiasco de la Ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica. Ahora es funcionario en excedencia de la Diputaci¨®n de Tarragona y diputado raso en el Parlament.
- La ¨²ltima hornada. Cuentan en CDC que en 1998, Artur Mas se reuni¨® con Joaquim Molins y Xavier Trias para hablar del futuro. Mas ya apuntaba modos de sucesor y el ¨²nico camino que pod¨ªan tomar Molins y Trias era el riesgo de las urnas. Fuentes de CDC aseguran que el actual conseller en cap no quer¨ªa a un popular Trias en un Consell Executiu con ¨¦l como delf¨ªn ungido. Eran tiempos en que nadie renunciaba a ser sucesor de Pujol. Si Molins hubiese conseguido en 1999 la alcald¨ªa de Barcelona se habr¨ªa hallado en condiciones inmejorables para lanzarse a la carrera sucesoria. No fue as¨ª. Mas amag¨® disputarle hasta el ¨²ltimo momento el puesto de candidato y le impuso -excepto los puestos segundo y tercero de la lista- el resto de la lista. Joaquim Molins, un candidato m¨¢s de ¨¦poca roquista que de la soberanista iniciada en 1996 por Pere Esteve, vio adem¨¢s c¨®mo el partido le regataba el apoyo durante la campa?a. La derrota fue sonada y la estocada final fue la oposici¨®n de Mas en enero de este mismo a?o a que presidiera la federaci¨®n de Barcelona de CDC, una herramienta que Molins consideraba indispensable para intentar luchar con ¨¦xito por la alcald¨ªa de Barcelona el 2003. El pasado 28 de marzo notific¨® p¨²blicamente el fin de 25 a?os de carrera pol¨ªtica. Sonriente, el actual presidente del Centro de C¨¢lculo de Sabadell dijo adi¨®s y quiso dejar claro que se iba porque no comulgaba con la l¨ªnea impuesta por Artur Mas. En contraste con Molins, Trias contin¨²a al pie del ca?¨®n. Su carrera ha pasado por momentos de impreciso delfinato. As¨ª en 1999 pugn¨® y logr¨® ser el n¨²mero cuatro de las listas de CiU al Parlament y luego repetir como consejero de la Presidencia. Fue un ¨²ltimo intento, antes de que le tocara encabezar la candidatura de CiU. Ahora asegura estar satisfecho con su suerte, a pesar de lo desagradable que resulta Madrid con una mayor¨ªa absoluta del PP mientras CiU precisa de los votos populares para gobernar Catalu?a.
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