Un vendaval en Valladolid

Un trabajo f¨¢cil, as¨¦ptico, lleno de limpieza de un equipo que ayer pas¨® por Valladolid como un vendaval. Diez minutos fueron m¨¢s que suficientes para que el equipo de Sergio Scariolo pusiese la vivacidad del F¨®rum en cuarentena; para desmontar la ilusi¨®n de un conjunto que, por fin, comienza a ser ilusionante, y para certificar la continuidad de la lucha cerrada que mantiene el Madrid con el Barcelona por el liderato de la fase regular.

El equipo madridista rompi¨® el choque en dos cuando quiso hacerlo. Pronto, para no sufrir aprietos al final. Y en un solo cuarto, para luego comenzar la rotaci¨®n y no tener que desgastar demasiado a sus pilares.

El F¨®rum comenz¨® con su ilusi¨®n por bandera, pero en pocos minutos el Madrid demostr¨® que iba a cortar por lo sano, que el partido lo ganar¨ªa en un abrir y cerrar de ojos y que hab¨ªa que empezar a pensar en lo siguiente. Y as¨ª fue como, despu¨¦s de un primer cuarto relativamente igualado, peg¨® un arre¨®n en el segundo que dej¨® sentado al equipo de Aranzana.

Al F¨®rum le falt¨® algo de tiro exterior y un poco de cabeza para razonar los modos de subsanar su carencia de cent¨ªmetros. Pero el Madrid de ayer resultaba imparable y los 11 puntos de diferencia en el descanso se le presentaron como un colch¨®n id¨®neo para comenzar la m¨¢gica rotaci¨®n de banquillo que administra Scariolo.