Canciones de los abismos
Dato relevante: el llenazo registrado por La Riviera confirma que Nick Cave es un artista de culto a punto de saltar al reconocimiento masivo, un Leonard Cohen en potencia. Goza de un respeto que se expresa en la atenci¨®n con que se sigue un repertorio de narraciones que hablan de espiritualidad, muerte, violencia y, s¨ª, amor extremo.
Tras una corta actuaci¨®n de Caffeine, llega el baladista de los precipicios: Nick Cave recibe una ovaci¨®n en cuanto entra en el escenario. Para pasmo de sus seguidores m¨¢s g¨®ticos, est¨¢ vestido con traje y corbata. El australiano se desenvuelve con naturalidad, mostrando incluso un folio con la letra de una canci¨®n que parece no haberse aprendido. Cuando entra en la m¨²sica, se mueve con una enternecedora torpeza, como un aprendiz de boxeador. Ser¨ªa agradable verle en un teatro, pero incluso en un espacio amplio como La Riviera logra evocar el clima claustrof¨®bico de muchas de sus canciones.
Cumbre de emotividad
En los casi veinte a?os al frente de Bad Seeds, Cave ha ido perfilando un sonido y un repertorio que le aproxima a los grandes cantautores de tradici¨®n europea, con una fuerte influencia del gospel en las historias que tocan la religi¨®n.
Canciones que se van construyendo siguiendo los textos y que alcanzan cumbres de emotividad. Canciones que adquieren especial relieve fuera del estudio de grabaci¨®n, cuando saltan a los sentidos del espectador gracias a la fuerza del cantante y la energ¨ªa contenida de su septeto. Las Malas Semillas es una banda de kabarett donde a veces el bater¨ªa toca con escobillas pero que puede desencadenar un infierno de decibelios cuando se llega a la catarsis, como en el drama del condenado a muerte de The mercy seat.
En contraste con los conciertos inmortalizados en Live seeds, el disco en directo de 1993, el sonido se ha hecho mas asc¨¦tico. Temas como The weeping song han sido desnudados hasta la esencia, aunque el brutal Papa won't leave you Henry todav¨ªa sirve para que los espectadores se muevan y lancen los pu?os al aire.
Seguro de sus poderes, Cave consigue una comunicaci¨®n ¨ªntima sin recurrir a trucos. Intercala felizmente buena parte de su nuevo disco entre su cancionero cl¨¢sico. Funcionan especialmente God is in the house, ese sarc¨¢stico retrato de una comunidad que se amuralla ante las amenazas del mundo moderno, y Fifteen feet of the pure white snow, una historia de horror sin moraleja. El concierto resulta m¨¢s breve de lo previsto -las reglas municipales obligan a que la m¨²sica en directo cese en La Riviera antes de las doce de la noche- pero el final, con una interpretaci¨®n en solitario de la balada Into my arms deja al personal maravillado: el Se?or de las Oscuridades tiene coraz¨®n tierno y no le importa ense?arlo.
Babelia
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