El fervor excesivo de Charlie Ward
Un jugador de la NBA, profundamente religioso, obligado a pedir perd¨®n por sus cr¨ªticas a los jud¨ªos

La National Basket Association, la c¨¦lebre NBA, abunda en personajes disparatados. Ni?atos multimillonarios, gigantes malhumorados y alg¨²n loco de atar, como Dennis Rodman, componen un mundillo exc¨¦ntrico con una sola caracter¨ªstica com¨²n: el talento en la cancha. Por eso se agradece la existencia de tipos como Charlie Ward, el base de los Knicks, un hombre serio, trabajador, solvente y bondadoso, que en las siete temporadas que lleva en el equipo neoyorquino se ha ganado el aprecio del p¨²blico y de sus compa?eros. La admiraci¨®n por Charlie Ward va m¨¢s all¨¢ de Nueva York; es el portavoz de una campa?a nacional en la que, junto a Caleb, su cr¨ªo de un a?o, aconseja a los padres que lean historias a sus hijos y les habit¨²en a la lectura.
El domingo, sin embargo, Ward recibi¨® una pitada estruendosa cuando pis¨® el parqu¨¦ del Madison Square Garden. Los pitos y los abucheos duraron todo el partido, que los Knicks acabaron ganando a los Raptors de Toronto por 92-85.
?Qu¨¦ hab¨ªa pasado? ?Qu¨¦ pod¨ªa haber hecho Ward para enfurecer de tal forma a un p¨²blico que le adoraba?
Empecemos por el principio. Charlie Ward es profundamente religioso. Vive con una Biblia en la mano, y su fe cristiana debe haberle ayudado a sobrellevar una carrera deportiva at¨ªpica. Porque Ward jugaba al f¨²tbol americano y confiaba en ganarse la vida con el bal¨®n ovoide; era una de las figuras de Florida State en 1993, pero, llegado el momento del salto al circuito profesional, los grandes equipos le dejaron de lado. Y Ward se reconvirti¨® en baloncestista, siempre con la ayuda divina. Como dijo hace un par de d¨ªas, 'el m¨¦rito no es m¨ªo; es del Esp¨ªritu Santo, que vive dentro de m¨ª'.
A veces, una fe tan profunda puede hacerse un poco pesada. A Ward le gusta hacer sermones en el vestuario, arengas deportivo-religiosas que algunos de sus compa?eros consideran fuera de lugar. El entrenador, en nombre del colectivo, tuvo que recordarle una vez que 'la taquilla no es un p¨²lpito'.
Los aut¨¦nticos problemas de Charlie Ward comenzaron el domingo por la ma?ana, con la publicaci¨®n en la revista semanal de The New York Times, de un reportaje sobre c¨ªrculos de estudio de la Biblia. En el reportaje, Ward aparec¨ªa charlando con otros cristianos. Y se le citaba diciendo que 'los jud¨ªos son obstinados', que los cristianos 'siguen padeciendo diariamente la persecuci¨®n de los jud¨ªos' y que ¨¦stos 'tienen sangre en las manos', refiri¨¦ndose a la sangre de Cristo.
Ese tipo de frases, tan poco razonables, nunca son apropiadas. Pero son pecado mortal, por utilizar la terminolog¨ªa de Ward, cuando uno juega en un club cuyo p¨²blico abunda en jud¨ªos, con propietarios jud¨ªos, y en una liga, la NBA, cuyo m¨¢ximo dirigente, David Stern, es jud¨ªo. De ah¨ª la monumental pitada. Para entonces, el comisionado David Stern ya hab¨ªa lamentado p¨²blicamente las opiniones 'injustificadas' del jugador, pero hab¨ªa renunciado a sancionarle 'para no reforzar su sentido del martirio'. 'Le bastar¨¢ con asumir la reacci¨®n de los aficionados y de todas las personas que se hayan sentido ofendidas', declar¨® Stern.
La Liga Antidifamaci¨®n y el Congreso Jud¨ªo Americano fueron m¨¢s severos en su reacci¨®n, y exigieron, para empezar, que Ward se retractara y hiciera penitencia dejando de encabezar la campa?a por la lectura. 'Lo que se infiere de sus palabras', dijo Phil Baum, director del Congreso Jud¨ªo, 'es que jud¨ªos y cristianos no podemos vivir juntos'.
'Nunca habr¨ªa dicho esas palabras en una entrevista. Se dijeron durante una charla sobre estudios b¨ªblicos, y se sacaron de contexto', explic¨® Ward, antes de iniciar una larga ronda de llamadas y entrevistas en las que pidi¨® perd¨®n a los dirigentes jud¨ªos, al p¨²blico, a sus compa?eros y, en general, a todo el mundo. 'Cuando hablaba de persecuci¨®n, me refer¨ªa a que los jud¨ªos toleran mal las conversiones al cristianismo entre los suyos, y al referirme a la sangre que ten¨ªan en las manos, citaba una frase literal de la Biblia', argument¨®.
El domingo por la tarde, en el vestuario de los Knicks, Charlie Ward hizo unas anotaciones en sus zapatillas: 'Romanos, 16:20' ('Y el Dios de la Paz aplastar¨¢ a Sat¨¢n'); 'Efesios, 6: 10-20' ('S¨¦ fuerte en el Se?or'); 'La paz de Dios impera'. Y salt¨® a la cancha para recibir el abucheo.

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