Ed¨¦n Pastora vende hasta su alma

A sus 64 a?os, arruinado y enfrentado a una vejez en la miseria, Ed¨¦n Pastora, el legendario comandante Cero, el h¨¦roe sandinista reconvertido despu¨¦s en l¨ªder de la Contra, una mezcla de 'Rambo tropicalizado y Che Guevara centroamericano', como lo defini¨® el diario nicarag¨¹ense La Prensa, ha puesto en venta hasta su alma. 'Es lo ¨²nico que me queda': as¨ª reza un anuncio de Pastora que publica desde hace varias semanas El Nuevo Diario de Managua.

Sostiene Pastora: 'A mi edad quiero tener un poco de dinero, que me garantice una ancianidad que no sea miserable. Por eso quiero pescar y quiero los instrumentos para trabajar en la pesca otra vez'. Para lograr este objetivo, Pastora ha vendido 'un le¨®n de siete meses, muy manso y juguet¨®n. Estaba a punto de amaestrarse y lo peculiar de ¨¦l era que, como no pod¨ªa darle de comer, se hab¨ªa hecho vegetariano'. El le¨®n vegetariano lo vendi¨® Pastora a una amiga de un circo, que pas¨® por su casa al enterarse de que el singular ejemplar estaba en venta. Dice Pastora: 'Pr¨¢cticamente lo regal¨¦, porque ped¨ªa 3.000 d¨®lares (algo m¨¢s de medio mill¨®n de pesetas) y lo vend¨ª a una cirquera en 900 (algo m¨¢s de 150.000 pesetas)'.

Pastora adquiri¨® fama mundial en agosto de 1978, cuando la toma del Congreso de la Nicaragua somocista. Escribe Garc¨ªa M¨¢rquez que dispar¨® una r¨¢faga de metralleta y pronunci¨® un grito que, un par de a?os despu¨¦s, tendr¨ªa imitadores por estas latitudes: '?Todo el mundo a tierra!'. La imagen de Pastora, tras conseguir el rescate de los presos sandinistas a cambio de los rehenes somocistas, dio la vuelta al mundo.

Con el triunfo de la revoluci¨®n contra la dictadura somocista, Pastora, el m¨¢s popular de los guerrilleros sandinistas, no entr¨® en la primera fila de la direcci¨®n nacional de los nueve comandantes y tuvo que conformarse con un puesto segund¨®n de viceministro. Garc¨ªa M¨¢rquez, en un art¨ªculo titulado Ed¨¦n Pastora, escribi¨® que 'un hombre as¨ª no pod¨ªa acostumbrarse al tiempo parsimonioso del poder', y a?ad¨ªa: 'Este comandante sandinista de 45 a?os, duro y receloso, que ha resuelto renunciar a las vanidades del poder terrenal para irse a tirar tiros en otras tierras, como algunos reyes medievales lo abandonaban todo y se iban para Jerusal¨¦n a rescatar el Santo Sepulcro'.

Ajeno parec¨ªa el premio Nobel a que los tiros que iba a disparar Pastora no eran por otras tierras, sino en la misma Nicaragua. Esta vez los tiros iban dirigidos contra sus antiguos compa?eros de guerrilla, que en el uso y abuso del poder hab¨ªan degenerado, buena parte de ellos, en una pandilla de rateros dispuestos a apoderarse de todo lo que pod¨ªan con la revoluci¨®n como coartada.

Como jefe de un grupo de la Contra, Pastora no disfrutaba de la confianza de Estados Unidos, que no se fiaba de un personaje tan exorbitante. Se declaraba Pastora socialdem¨®crata, y peregrin¨® por Europa y Am¨¦rica Latina en busca de ayuda para su empresa de combatir a los sandinistas. Uno de sus mentores era el presidente paname?o Omar Torrijos. Un amigo de Pastora relat¨® a este peri¨®dico que Ed¨¦n estuvo a punto de morir en el accidente a¨¦reo que cost¨® la vida a Torrijos. Iba Pastora a acompa?arlo en el vuelo, pero no lo encontraron en su habitaci¨®n. Se encontraba Pastora dedicado a lides amatorias que le salvaron la vida.

La biograf¨ªa de Pastora parece arrancada de una novela del realismo m¨¢gico. Su amigo dice que le conoce 13 hijos, pero Pastora se jacta de que son por lo menos 19, a los que ha reconocido. Su esposa, Yolanda, nunca puso reparos a estos reconocimientos. Cuenta el amigo que Yolanda, enfermera de profesi¨®n, ha tenido que ir a Estados Unidos para ganar alg¨²n dinero para sostener la econom¨ªa familiar.

Entre los objetos que ofrece en venta Pastora figura un legendario Rolex de oro que perteneci¨® a Somoza y dos anillos de oro con diamantes, regalos del entonces presidente peruano Al¨¢n Garc¨ªa y de Torrijos. El Rolex es famoso porque Pastora lo rif¨® varias veces para financiar sus actividades en la Contra. El ganador de la rifa siempre se lo devolv¨ªa.

La vida de Pastora estuvo marcada por los Somoza. Un d¨ªa Anastasio Somoza se hosped¨® en la casa de los Pastora en Metapa, que luego cambi¨® el nombre por Ciudad Dar¨ªo. Un general de Somoza se dedicaba a robarle las fincas a sus propietarios, por las buenas o las malas, y se encaprich¨® con la de P¨¢nfilo Pastora, el padre de Ed¨¦n, que se neg¨® a vender. Los propios colonos, convertidos en sicarios por el pago del militar somocista, asesinaron de forma brutal a P¨¢nfilo Pastora. Los hermanos mayores de Ed¨¦n liquidaron despu¨¦s a tiros a todos los involucrados en el asesinato de su padre.Seg¨²n un primo, 'Ed¨¦n creci¨® influido por la tragedia del asesinato contra su padre'.