El terror de perder la vida y pagar impuestos de guerra amenaza a los periodistas del Caquet¨¢: ¡°Le vamos a cortar la cabeza, me dijeron¡±
Una periodista ha sido amenazada de muerte de manera recurrente y al menos siete m¨¢s han recibido avisos de extorsi¨®n por parte de grupos disidentes de las extintas FARC

¡°Le vamos a cortar la cabeza¡±. Esa ha sido la m¨¢s fuerte de las amenazas que Yuliana S¨¢nchez recibe al menos dos veces al mes. En octubre de 2024 recibi¨® por primera vez una llamada que destruy¨® su tranquilidad: le dijeron que ten¨ªa tres d¨ªas para irse de San Vicente del Cagu¨¢n, el municipio del departamento de Caquet¨¢ donde trabaja como periodista. Desde entonces no ha dejado de ser acosada por voces an¨®nimas, que utilizan diferentes n¨²meros de celular para decirle que ha sentenciado su muerte o advertirle de ataques a su hijo de tres a?os. La directora del medio digital NoticiasColombiaTV dice que no sabe qui¨¦n la amenaza, pero sospecha de algunos de los grupos de disidentes de las extintas FARC que no habr¨ªan visto con buenos ojos su cubrimiento del conflicto y los di¨¢logos de paz en el municipio. Su esperanza est¨¢ en que el Estado le entregue medidas de protecci¨®n robustas, que alivien su p¨¢nico permanente de ser asesinada en cualquier momento.
Tras el primer ultim¨¢tum, S¨¢nchez huy¨® del pueblo con lo puesto. Pero su labor la hizo regresar tras un par de semanas. ¡°No pod¨ªa dejar todo botado. Yo crec¨ª aqu¨ª y vivo de esto. Las ocho personas de mi equipo dependen de su trabajo¡±, sentencia la joven, de 23 a?os, que lanz¨® su medio a inicios del 2024. El portal, que se especializa en contenidos de v¨ªdeo, suma m¨¢s de 75.000 seguidores en las redes sociales, una cifra enorme un municipio de menos de 60.000 habitantes. ¡°Hablamos de todo lo que pasa en San Vicente, sin apoyar o atacar a nadie. Solo queremos que nos dejen trabajar en paz¡±, comenta, con la voz ahogada por el llanto. Ya ni se atreve a abrir las ventanas de su apartamento para dejar colar la brisa nocturna, por miedo a facilitar un atentado. ¡°No tengo un minuto de paz¡± sentencia.
En las llamadas, los criminales han demostrado que conocen su n¨²mero de identificaci¨®n y otros detalles que disparan su miedo. ¡°Nombran a mi beb¨¦. Para m¨ª, esa es la peor parte¡±, zanja la periodista, quien tambi¨¦n ha recibido avisos extorsivos. ¡°Una vez me llamaron a pedirme cuatro millones de pesos dique para unos uniformes. No dijeron para qui¨¦nes son eran¡±, comenta desde su pueblo, simb¨®lico y conocido en Colombia porque fue la sede de los fallidos di¨¢logos de paz entre el Gobierno de Andr¨¦s Pastrana y la entonces poderosa guerrilla de las FARC; entre 1998 y 2002.
Desde el primer momento, S¨¢nchez hizo p¨²blicas las amenazas. Avis¨® a las autoridades. Hasta el momento, cuenta, ha recibido el apoyo de la oeneg¨¦ Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (FLIP). La estatal Unidad Nacional de Protecci¨®n (UNP) le hace un monitoreo telef¨®nico. ¡°Me llaman seguido y les digo d¨®nde estoy qu¨¦ voy a hacer, pero no tengo nadie que pueda protegerme¡±, apunta la futura comunicadora social, que pronto culminar¨¢ sus estudios universitarios.
Un impuesto de guerra
S¨¢nchez no es la ¨²nica periodista que lidia con amenazas y extorsiones en Caquet¨¢, un departamento en el borde norte de la Amazon¨ªa, que por a?os fue una de las zonas de influencia de las extintas FARC. ¡°Tenemos conocimiento de siete periodistas que han sido extorsionados por los grupos armados ilegales. Cuatro viven en la capital, Florencia, uno en Doncello y dos en San Vicente del Cagu¨¢n¡±, se?ala la Defensor¨ªa del Pueblo a este medio.
La FLIP tambi¨¦n ha denunciado las tentativas de extorsi¨®n a cuatro comunicadores de Florencia, que recibieron mensajes de WhatsApp con citaciones. ¡°Reciba un cordial saludo revolucionario por parte de las FARC-EP [nombre que asumen varios de los grupos disidentes]. Esta nota es para que haga presencia el d¨ªa 18/06/2024 en el caser¨ªo X, jurisdicci¨®n de Cartagena del Chair¨¢. Favor de no faltar¡± dice uno de los tres mensajes que recibi¨® Antonio* con intervalos de un par de d¨ªas. Eran fotos de textos escritos a mano, en papeles estampados con la imagen de un fusil. Seg¨²n el periodista, ven¨ªan del bloque Jorge Brice?o Su¨¢rez del Estado Mayor Central, una de las facciones disidentes de la guerrilla que firm¨® un acuerdo de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos en 2016.
Seg¨²n los informadores, ese frente lucha con los grupos disidentes liderados por alias Iv¨¢n Mordisco y con los Comandos de Frontera, en una puja por la econom¨ªa ilegal. Esta guerra afecta especialmente el vecino departamento de Putumayo, uno de los 12 focos rojos de la actual guerra en el pa¨ªs, seg¨²n la Defensor¨ªa del Pueblo.
Antonio decidi¨® no acudir al llamado. En su lugar, como S¨¢nchez, se alej¨® de la zona temporalmente. Realiz¨® su trabajo radial a distancia. Al poco tiempo regres¨®. ¡°No veo mi vida sin mi trabajo y fuera de este lugar. Me voy a morir aqu¨ª¡±, afirma el periodista, que ejerce su labor hace m¨¢s de 40 a?os. Antonio recibi¨® la nota cuando se encontraba con un par de colegas, que tambi¨¦n recibieron citaciones y decidieron no presentarse. Esa pareja de comunicadores tuvo el apoyo de la FLIP para salir del territorio por varios meses. ¡°Pensamos que era lo mejor para la familia, especialmente para nuestros hijos¡±, indica Yolanda*.
En la regi¨®n es usual que los comerciantes paguen extorsiones o vacunas a los grupos armados para poder operar. ¡°Eso ha pasado desde hace mucho tiempo, pero con la prensa no se hab¨ªan metido¡±, se?ala. ¡°Tiran granadas frente a los negocios de quienes no paga. Nos daba miedo que hicieran eso frente a nuestra casa¡±, prosigue la periodista, directora de un medio en Florencia. Para Yolanda, la guerra ya ha afectado el sostenimiento de su portal. ¡°Las pautas han bajado porque muchos comerciantes temen hacer sus negocios visibles y recibir m¨¢s extorsiones¡±, afirma la madre de familia, convencida de que cualquier se?al de progreso invita a una amenaza en la regi¨®n.
Seg¨²n Daniel Chaparro, asesor de la direcci¨®n de la FLIP, las exigencias financieras a los periodistas son recurrentes en Colombia. ¡°Sabemos que eso sucede con frecuencia en regiones como el Caribe. Muchas veces los periodistas ni siquiera denuncian o avisan a las autoridades¡±, comenta el investigador. De acuerdo con esa oeneg¨¦, este 2025 ya fue asesinado un periodista y en 2024 fueron asesinados 3, en el a?o m¨¢s letal para la prensa en la ¨²ltima d¨¦cada. Adem¨¢s, otros 2 fueron secuestrados, 20 forzados a desplazarse y 4 tuvieron que exiliarse para huir de un pa¨ªs en el que 167 periodistas han sido asesinados por cuenta de su oficio desde 1977.
Incluso cuando nada de eso pasa, llega la autocensura. ¡°A veces uno prefiere ser prudente, porque contar todo puede ser un problema y aqu¨ª nadie nos protege¡±, enfatiza Antonio. En San Vicente del Cagu¨¢n, S¨¢nchez no deja de imaginar escenarios catastr¨®ficos en los que su oficio o su vida llegan a su fin. ¡°Giro la cabeza todo el tiempo para que no me sorprendan por la espalda¡± apunta la joven. Su miedo m¨¢s grande es el dolor de cualquier madre: ¡°No quiero dejar que mi beb¨¦ crezca sin m¨ª¡±.
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