El Lliure: ?p¨²blico o institucional?
Estamos asistiendo al nacimiento de un teatro que se dice p¨²blico, pero tengo la sensaci¨®n de que nos estamos dirigiendo hacia otra parte.
Se tratar¨ªa, pues, de un teatro que debiera ser p¨²blico, el ¨²nico teatro p¨²blico que existir¨ªa en Espa?a. Los otros no-privados son, a mi entender, institucionales si no oficiales. ?Cu¨¢l es la diferencia?
En 1976, un grupo de profesionales fund¨® el Teatre Lliure. Pero adem¨¢s de hacer buen teatro, que tambi¨¦n se hace en otros sitios, lo m¨¢s importante es que lo hac¨ªan de otra manera, y seguramente por eso era bueno incluso cuando sal¨ªa regular. Crearon escuela en la forma de hacer. No se inventaron la p¨®lvora, se limitaron a recoger un esp¨ªritu y una tradici¨®n que ya exist¨ªa en Europa. Una manera de hacer, una relaci¨®n con el p¨²blico, una posici¨®n art¨ªstica y pol¨ªtica. Estaban, en definitiva, creando una casa de teatro como lo fueron el Piccolo Teatro de Grassi y Strehler, el TNP de Jean Vilar, la Schaub¨¹hne de Shithelm y Stein, el CDN des Alpes de Georges Lavaudant, Les Bouffes du Nord de Peter Brook y Les Amandiers de Nanterre de Patrice Ch¨¦reau y Catherine Tasca.
Todas estas casas de teatro europeas se nutr¨ªan de fondos p¨²blicos, pero se diferenciaban claramente de otros teatros, en sus mismos pa¨ªses, que beb¨ªan de la misma fuente, como los grandes Stabiles italianos, las Schaushpielhaus alemanas o los Nacionales (Com¨¦die Fran?aise, Od¨¦on, etc¨¦tera) en Francia.
Los primeros eran, y siguen siendo en algunos casos, teatros p¨²blicos, los otros son institucionales. Los unos, los p¨²blicos, consiguieron crear un modelo que estuviera por encima de las instituciones pol¨ªticas, trabajar con ellas y no a trav¨¦s de ellas. Los otros existen porque las administraciones pol¨ªticas as¨ª lo determinaron, en algunos casos acertadamente. Los unos nacieron de abajo arriba y los otros de arriba abajo. Los unos se hicieron necesarios y los otros se hicieron, est¨¢n ah¨ª y en alg¨²n caso son necesarios. Los unos son fruto del oficio y de la artesan¨ªa de un grupo de hombres y mujeres de teatro y los otros son fruto de una pol¨ªtica cultural. Los unos son fr¨¢giles y los otros no.
Ambos modelos pueden convivir, y est¨¢ bien que as¨ª sea, pero tengamos claro que no son lo mismo.
El Lliure podr¨ªa estar por encima de las instituciones pol¨ªticas y trabajar con ellas, naci¨® de abajo arriba, fue y es necesario, y es fr¨¢gil porque el arte es fr¨¢gil
Aquello que naci¨® en 1976 debe sin duda cambiar y adaptarse al a?o 2001, pero la idea y el esp¨ªritu que lo movieron est¨¢n absolutamente vigentes: una forma de protecci¨®n contra los avatares pol¨ªticos (la fundaci¨®n Teatre Lliure como ente jur¨ªdico controlado en sus resultados econ¨®micos por las administraciones, pero con independencia en la conducci¨®n del proyecto art¨ªstico), un sistema de producci¨®n basado ¨²nica y exclusivamente en las necesidades del escenario, un n¨²mero l¨®gico de personas, la definici¨®n clara del papel de los artistas en el funcionamiento de la casa y la relaci¨®n con el p¨²blico, lo que se le ofrece y c¨®mo se le ofrece, conseguir que el edificio se convierta en un lugar no s¨®lo para ir al teatro, sino para estar. Un teatro de arte.
Todo ello obliga a programar el teatro de una manera y no de otra. Un proyecto art¨ªstico no consiste s¨®lo en montar un espect¨¢culo detr¨¢s de otro. Un proyecto art¨ªstico es un todo, desde el funcionamiento t¨¦cnico pasando por la administraci¨®n, la forma de producir, la elecci¨®n del repertorio y hasta, si me apuran, lo que se come en el restaurante.
Este esp¨ªritu deber¨ªa llenar el proyecto art¨ªstico del nuevo Lliure.
Llu¨ªs Pasqual esboz¨®, en su proyecto para la Ciutat del Teatre, unas bases de lo que debiera ser el funcionamiento del Palau de l'Agricultura. Sin embargo, y creo que fue un error, ese esbozo quedaba diluido en la totalidad del macroproyecto.
?Est¨¢ el proyecto art¨ªstico del Lliure elaborado concretamente y al margen de la Ciutat del Teatre??Recoge el proyecto art¨ªstico el esp¨ªritu fundacional del Lliure? ?Se est¨¢ pensando el proyecto de una manera global, como un todo, en donde las partes (funcionamiento, programaci¨®n, comunicaci¨®n, etc¨¦tera) se hagan posibles las unas a las otras?
No quiero responder m¨¢s que con un s¨ª rotundo y, sin embargo, me parece que hay algo que no acaba de llegar, que no est¨¢ claro, que el proyecto, como proyecto, no consigue hacerse necesario. Tengo la sensaci¨®n de que el elevado coste del edificio se est¨¢ convirtiendo en la ¨²nica raz¨®n para abrir el teatro, y eso es una aberraci¨®n.
Si las gentes que rigen la Fundaci¨®n Teatre Lliure no consiguen crear un proyecto art¨ªstico que se haga necesario y que suponga un hecho teatral diferente en contenidos, formas y funcionamiento, ese teatro lo abrir¨¢ o lo acabar¨¢ pilotando, y con toda la raz¨®n, la Administraci¨®n.
Si eso sucede, el Lliure, ese Lliure que debe ser el del siglo XXI, pero que, repito, el punto de partida y el esp¨ªritu que anim¨® su fundaci¨®n siguen siendo totalmente v¨¢lidos, dejar¨¢ de serlo para pasar a ser el Palau de l'Agricultura a secas, un teatro institucional m¨¢s, y ese s¨ª que no le hace ninguna falta ni a esta ciudad ni a este pa¨ªs.
Ese teatro no debe nacer de la Administraci¨®n (ya tenemos uno), debe nacer de los profesionales que tengan claro que lo que aqu¨ª lleg¨® en 1976 de la mano de Fabi¨¤ Puigserver, Llu¨ªs Pasqual, Llu¨ªs Homar, Anna Lizaran, Carlota Soldevila, Pere Planella, Xavi Clot, Joan Ponce y varios m¨¢s, que aquel esp¨ªritu de los grandes y fr¨¢giles teatros p¨²blicos europeos, redibujado y adaptado a la realidad de hoy, tiene que existir ahora y en esta ciudad.
Se?ores y se?oras del Lliure, por favor, no pierdan la oportunidad hist¨®rica de inventarse esa casa de teatro necesaria y que no existe. Somos muchos los profesionales que necesitamos que el Lliure sea lo que debe ser y no otra cosa.
Borja Sitj¨¤ es director del Grec.
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