La gran guerra del Consell
El Parlamento auton¨®mico ten¨ªa la apariencia de una corrala para el entrem¨¦s y el paso, para el tapeo y el chisme. All¨ª, los representantes se daban cita para montarse el despiporre de la noche. A las cuatro, en las Cortes, y luego a lo que salga, le dec¨ªa la oposici¨®n a la patulea popular. Hasta que Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll le ha echado un vistazo al vadem¨¦cum de Alicante, y ha dejado caer sobre la mesa de los portavoces el papel¨®n de los debates pendientes. El PP ha decidido mojarse, que para eso y para los desfiles guarda en la fresquera la tajada m¨¢s sustanciosa del censo electoral. Y lo que te rondar¨¦, que no hay m¨¢s que ver c¨®mo est¨¢ el pa?o. Y el censo aunque se aburre lo suyo, y hasta parece que incomoda, salvo cuando lo invitan a visitar las urnas y a colarle el voto, una vez cada tantos a?os -toda su participaci¨®n democr¨¢tica-, agradece el hecho de que sus diputados se tomen las asuntos en serio, sin necesidad de floreos ni filigranas.
Pues mire usted bien lo que le digo, eso de revisar el modelo de la televisi¨®n p¨²blica es todo un detalle por parte de sus propietarios. O si no, f¨ªjese usted en lo de meter en cintura a todos los funcionarios de la Administraci¨®n auton¨®mica, que hay que tener las cosas bien puestas, para soportar luego, en casa de uno, las caras largas de los parientes afectados y de los compa?eros del colegio o de la navegaci¨®n a vela; que c¨®mo est¨¢ de intr¨ªngulis.
Pero decididamente, el PP se va de cabeza a la gran guerra de los 'temas de calado'. Quiere presentarse a los pr¨®ximos comicios, con el cuaderno de los deberes al d¨ªa, muy aseado y sin un lampar¨®n. A Vicente Rambla le han dado el papel de protagonista audaz. El explicar¨¢ la postura de la Generalitat, en lo que concierne al modelo de la financiaci¨®n auton¨®mica. El reto ha pillado a los grupos de la oposici¨®n muy bien dispuestos, aunque reclaman que sea el propio presidente Zaplana quien comparezca en el pleno de las Cortes Valencianas, para desvelar lo que 'ya conoce toda Espa?a y parte del extranjero', en palabras atinadas, aunque topiqueras, de Joan Antoni Oltra, portavoz de EU. Los grupos de la oposici¨®n no quieren verse implicados, y aun menos salpicados, por las actuaciones del partido en el poder, hasta el presente. Zaplana no debe escurrir el bulto, y menos despu¨¦s de sentar doctrina en la convenci¨®n de Alicante.
Pero Zaplana no escurre el bulto: vive ahora la secreta pasi¨®n del ide¨®logo y escruta su a¨²n incierto porvenir. O bien recibe la medalla de oro de los empresarios, en Castell¨®n, a los que calific¨® de elementos del desarrollo econ¨®mico y los coloc¨® a la altura de la Administraci¨®n que preside. Y es que los obreros, los docentes y tantos otros sectores de la producci¨®n y de los servicios, no le imponen ni un modesto detente. Entonces, ?qu¨¦ pretenden que haga, el hombre?, ?que los alabe tambi¨¦n, gratuitamente? Un poco de contricci¨®n no les har¨ªa da?o. Porque merecimientos as¨ª, tan relevantes, hay que gan¨¢rselos a pulso.
En el escenario de esta gran guerra y poni¨¦ndole ¨¦nfasis a la ofensiva del PP, la segunda jornada, corri¨® a cargo de Marcela Mir¨®. Su original interpretaci¨®n, en un 25 de abril de oropeles y paradojas, desconcert¨® a los parlamentarios socialistas y de EU, que en ning¨²n momento pescaron las sutilezas art¨ªsticas de su presidenta. Marcela Mir¨®, caracterizada magistralmente de correa de transmisi¨®n del ejecutivo, y con una did¨¢ctica muy ensayada, recrimin¨® a los opositores el tonelaje y la banalidad de sus iniciativas, y les exhort¨® a 'incidir con mayor insistencia en el futuro en trabajos de estrategia y de prospectiva', es decir, en los 'temas de calado', enunciados por el vicepresidente Ripoll.
Si lo que se ignora es s¨®lo lo seguro, si lo futuro a¨²n no se vive, si lo que est¨¢ presente ya no est¨¢, seg¨²n Gabriel Boc¨¢ngel, la sentencia de la semana es de Zaplana: el Consell y los empresarios 'se han potenciado rec¨ªprocamente'. Y eso s¨ª que va a misa.
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