EE UU pide m¨¢s esfuerzo a Europa

El panorama econ¨®mico mundial ha dado un giro en apenas unas horas. Con la ayuda del inesperado y robusto dato de crecimiento de la econom¨ªa estadounidense dado a conocer el viernes, Paul O?Neill, secretario del Tesoro, y Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, recibieron ayer a los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los siete pa¨ªses m¨¢s desarrollados del mundo (G-7)en Washington con amplias sonrisas y un mensaje rotundo: Estados Unidos ha cumplido. O?Neill pidi¨® a Europa y Jap¨®n que realicen un esfuerzo especial para aprovechar el cambio de coyuntura que comienza a esbozarse y poder enterrar as¨ª el fantasma de la recesi¨®n mundial desatado en los ¨²ltimos meses. “Una econom¨ªa mundial saneada requiere que todos nosotros [y no s¨®lo Estados Unidos] aprovechemos a fondo nuestro potencial”, asegur¨® O?Neill, seg¨²n las fuentes consultadas.

El responsable del Tesoro estadounidense explic¨® a sus colegas c¨®mo el decidido recorte de tipos de inter¨¦s que ha aplicado Greenspan en los ¨²ltimos cuatro meses (el m¨¢s pronunciado desde que se hizo cargo de la Reserva Federal en 1987) ha permitido el milagro: la econom¨ªa de EEUU creci¨® en el primer trimestre un sorprendente 2%, el doble de lo que esperaban tanto la Administraci¨®n del presidente George Bush como la mayor¨ªa de analistas privados, y el peligro de una recesi¨®n que hubiese arrastrado al resto del mundo parece alejarse.

Mensaje

En la reuni¨®n, O?Neill no quiso insistir de forma expl¨ªcita en su mensaje de los ¨²ltimos d¨ªas, en el que ha coincidido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos multilaterales: Europa tambi¨¦n debe recortar sus tipos para asegurar que el mal trago de los ¨²ltimos meses se supere con rapidez.

Repetido con insistencia a este lado del Atl¨¢ntico, esta idea ha acabado por irritar al Banco Central Europeo (BCE) y a las autoridades de la Comisi¨®n Europa, especialmente el tono utilizado en alguna ocasi¨®n, como cuando Michael Mussa, el economista-jefe del FMI, asegur¨® el jueves que el BCE “debe convertirse en parte de la soluci¨®n y no en parte del problema”.

Con este tel¨®n de fondo, el tema plane¨® ayer sobre la mesa de la reuni¨®n, pues el primer punto del orden del d¨ªa consist¨ªa en un an¨¢lisis de la actual situaci¨®n econ¨®mica y de las medidas necesarias para evitar una recesi¨®n global.

Los miembros del G-7 celebran sus conferencias a puerta cerrada, pero una fuente presente en la reuni¨®n asegur¨® que el presidente del BCE, Wim Duisenberg, tom¨® la palabra para explicar que un esfuerzo por parte de Europa para provocar un crecimiento artificialmente elevado, mediante un recorte de tipos que no se atenga a los objetivos de inflaci¨®n, crear¨ªa m¨¢s problemas de los que resolver¨ªa, tanto para la zona euro como para el resto del mundo. El BCE, que el jueves pasado volvi¨® a negarse a recortar sus tipos de inter¨¦s, espera que la inflaci¨®n este a?o en la zona euro vuelva a superar, por segundo a?o consecutivo, el nivel del 2% que se ha marcado como objetivo.

En la conferencia de prensa posterior a la reuni¨®n, Duisenberg neg¨® que Estados Unidos hubiese vuelto a pedir expl¨ªcitamente un recorte de tipos, pero mostr¨® su satisfacci¨®n por el hecho de que el comunicado final recogiese la idea de que cada zona debe tratar los problemas a su manera. “Los miembros del G-7 no tienen que darse recetas unos a otros”, dijo.

Por una vez, y a pesar de las discrepancias que frecuentemente han sostenido en p¨²blico en el Viejo Continente con el BCE, los responsables pol¨ªticos europeos cerraron filas con sus autoridades monetarias. M¨¢s que recortar los tipos de inter¨¦s, que en ¨²ltima instancia es una decisi¨®n soberana del BCE, la Uni¨®n Europea debe marcarse sus propias prioridades, a saber, profundizar en las necesarias reformas estructurales y equilibrar m¨¢s sus presupuestos. “Los europeos debemos ajustarnos a nuestra propia agenda; esto es lo mejor que podemos hacer por el resto del mundo”, seg¨²n una fuente presente en la reuni¨®n.

Como resultado de este tira y afloja entre estadounidenses y europeos, el comunicado final del G-7 no incluye ninguna referencia a los tipos de inter¨¦s en la zona euro, y a cambio pide a la Uni¨®n Europea “reformas estructurales” para elevar su potencial de crecimiento.

La reuni¨®n del G-7 se celebra aprovechando la presencia este fin de semana en Washington de los ministros de Finanzas de las principales potencias econ¨®micas, que tambi¨¦n participan en la reuni¨®n de primavera del FMI y del Banco Mundial. La novedad respecto a la ¨²ltima reuni¨®n del G-7, celebrada en Palermo en febrero pasado, fue la presencia del responsable de Econom¨ªa del Gobierno japon¨¦s, Masajuro Shiokawa, que a sus 79 a?os acaba de ser nombrado en el cargo por el nuevo primer ministro, Junichiro Koizumi.

Reci¨¦n aterrizado en Washington, Shiokawa se entrevist¨® con O?Neill antes de la cumbre, en la que trat¨® de calmar las preocupaciones de los otros ministros por la cr¨ªtica situaci¨®n por la que atraviesa su pa¨ªs desde hace diez a?os. El FMI prev¨¦ que la econom¨ªa japonesa crecer¨¢ este a?o tan s¨®lo un 0,6% y en su comunicado final, el G-7 pidi¨® a Jap¨®n m¨¢s liquidez para evitar un proceso de deflaci¨®n, y al mismo tiempo que continuase con urgencia la reforma de su sistema bancario.