Una amenaza sobre los mercados emergentes
De la R¨²a y Cavallo se enfrentan a la crisis sin un sistema fiscal desarrollado y con la urgencia de evitar el contagio a otros mercados
La crisis argentina se est¨¢ viviendo entre los analistas espa?oles con dos percepciones casi contrapuestas. Las empresas que operan en Argentina y Brasil parecen preocupadas por la proyecci¨®n probable de la crisis, puesto que, aunque de forma inmediata no tienen por qu¨¦ resultar especialmente afectadas, si la inquietud se prolonga los da?os ser¨¢n considerables. Las empresas y los bancos parecen protegidas porque sus operaciones est¨¢n dolarizadas. Pero es evidente que la inquietud social y el coste de la trampa monetaria en la que parece encontrarse Argentina acabar¨¢ por contaminar la rentabilidad de las compa?¨ªas.
Hay indicios de que Brasil, el gigante del Sur que comparte un volumen importante de comercio con Argentina, se est¨¢ contaminando del marasmo rioplatense. Pero tambi¨¦n hay expectativas fundadas de que las autoridades econ¨®micas argentinas cierren un acuerdo con el FMI y con los acreedores que cauterice cualquier sospecha de que el pa¨ªs no pagar¨¢ su deuda externa. Por algo se empieza, y despejar cualquier sombra de sospecha sobre los 168.000 millones de d¨®lares que debe Argentina es el mejor procedimiento para asegurar una recuperaci¨®n firme de la confianza.
Pero junto a esa levedad microecon¨®mica de la crisis para las empresas extranjeras instaladas en la zona, resulta que la inquietud de los inversores y los mercados en general es muy intensa, porque existe el llamado riesgo de contagio. Quienes cuidan de las sofisticadas redes de inversi¨®n mundial saben -por experiencia y por recuerdo hist¨®rico- que las crisis financieras m¨¢s graves se detonan f¨¢cilmente en los mercados emergentes y que se transmiten con suma facilidad a los mercados europeos, estadounidenses y japon¨¦s. El riesgo de contagio financiero es la aut¨¦ntica preocupaci¨®n en Nueva York, Francfort o Tokio; porque el riesgo de default puede conjurarse con los mecanismos habituales de negociaci¨®n, que ya se han puesto en marcha.
Las preguntas que plantea la crisis argentina de abril de 2001 son las mismas que ya se suscitaron en a?os y crisis anteriores. La principal es por qu¨¦ Argentina tiene un sistema fiscal tan d¨¦bil, por qu¨¦ nadie paga impuestos all¨ª y por qu¨¦, con las abundantes lecciones del pasado, remoto y pr¨®ximo, ning¨²n gobierno ha sido capaz de organizar una reforma tributaria de cierta seriedad. Debe ser un misterio pol¨ªtico.
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