Estad¨ªsticas universitarias
Cuesta trabajo imaginarse a un director general de Agricultura afirmando en el Congreso de los Diputados que 'expresar en t¨¦rminos num¨¦ricos los hechos presentes y pasados, y combinar despu¨¦s esas breves cifras para deducir resultados con el car¨¢cter de precisi¨®n y certidumbre propio de las ciencias matem¨¢ticas, es el procedimiento peculiar de la Estad¨ªstica, que constituye ya un sistema de investigaci¨®n, cuya importancia crece de d¨ªa en d¨ªa, a medida que los datos se multiplican y los medios de observar se perfeccionan (...). Pocos, muy pocos son los conocimientos humanos para cuyo desenvolvimiento progresivo no haya que recurrir a la Estad¨ªstica, pidi¨¦ndole sus servicios y tom¨¢ndola por auxiliar'. Con esa precisi¨®n describi¨® Benigno Quiroga una ciencia entonces casi desconocida. Ciento diez a?os despu¨¦s, el candidato socialista a la presidencia del Gobierno perd¨ªa los estribos -y, con ellos, el debate sobre el estado de la naci¨®n- ante la rechifla de una parte del hemiciclo por su uso preciso de conceptos y t¨¦rminos jur¨ªdicos, econ¨®micos y estad¨ªsticos. ?Qu¨¦ tiempos estos, en los que el rigor profesional suscita la hilaridad! Pues bien, aunque sea a contracorriente, creo que ya va siendo hora de criticar el d¨¦ficit de rigor en ciertos estudios estad¨ªsticos que pueden influir en la elecci¨®n de universidad y de titulaci¨®n por parte de los futuros universitarios. Un tema que no es balad¨ª, por cuanto afecta a muchos miles de familias espa?olas cada a?o y, por a?adidura, a todos los centros universitarios.
En noviembre de 1999 se hicieron p¨²blicas las conclusiones del informe Excelencia: calidad de las universidades espa?olas. A partir de 71 variables disponibles en los anuarios del INE -ninguna relacionada con la satisfacci¨®n de los usuarios del servicio y en su mayor parte irrelevantes (como los porcentajes de mujeres entre alumnos y profesores) o relativas al tama?o (como el n¨²mero de alumnos, el de profesores y el de titulaciones)- se habr¨ªa construido la primera escala de calidad de las universidades espa?olas. Ninguna de las rese?as del informe que cayeron en mis manos describ¨ªa la metodolog¨ªa empleada, y que estar¨ªa basada, muy probablemente, en la interpretaci¨®n de la primera componente principal como el ¨ªndice de calidad cuando ser¨ªa, en realidad, un ¨ªndice de tama?o. De hecho, las cinco primeras universidades de la lista est¨¢n ubicadas en Madrid o en Barcelona, y 8 de las 10 ¨²ltimas son de reciente creaci¨®n. Por supuesto, los autores del informe no eran estad¨ªsticos profesionales.
Tampoco lo son los coordinadores del informe sobre el desempleo de los titulados universitarios del que dio cuenta el suplemento de Educaci¨®n de EL PA?S (5-2-2001), y cuyo mayor logro es, al parecer, una lista de 42 titulaciones ordenadas seg¨²n el nivel de empleo estimado para los egresados hace cuatro a?os. El lector no es informado de las t¨¦cnicas de muestreo utilizadas ni de los tama?os de las muestras (aunque s¨ª de su suma). De poco sirve estimar la tasa de paro en una titulaci¨®n si no se acompa?a con su intervalo de confianza (la mal llamada 'horquilla') y del nivel de riesgo (o probabilidad de error) asumido. Por ejemplo, en el caso del colectivo que mejor conozco, el de los matem¨¢ticos, y suponiendo que la muestra correspondiente sea representativa y del tama?o promedio (171 titulados), podr¨ªamos afirmar, con una probabilidad de error del 5% (nivel de riesgo est¨¢ndar en ciencias sociales), que la tasa real de paro est¨¢ entre el 7,2% y el 17%, intervalo cuyo centro es el 12,1% estimado en el informe y que sit¨²a Matem¨¢ticas en el lugar 32 de la lista. Al ser las muestras tan peque?as, los intervalos -con longitudes del orden de 10 puntos porcentuales- se solapan por docenas.?Qu¨¦ sentido tiene entonces una ordenaci¨®n en la que la diferencia entre titulaciones consecutivas es de unas pocas d¨¦cimas? Mayores todav¨ªa son mis dudas acerca de la representatividad de la muestra. Veamos algunos indicios que las sustentan.
La Memoria del Consejo Econ¨®mico y Social de 1997 revelaba que 'los titulados en Matem¨¢ticas y en Empresariales son los que menos tardan en encontrar empleo'. Por otro lado, seg¨²n la reciente Gu¨ªa de las empresas que ofrecen empleo 2000, publicada por la Fundaci¨®n Universidad-Empresa, Matem¨¢ticas (con un 13%) es la novena titulaci¨®n m¨¢s demandada por las 500 empresas encuestadas durante el primer trimestre de 2000, s¨®lo precedida por Empresariales (31%), Ingenier¨ªa Superior Industrial (26%), Econ¨®micas (25%), Ingenier¨ªa Superior en Telecomunicaciones (23%), Marketing (16%), Ingenier¨ªa T¨¦cnica en Inform¨¢tica (15%), Inform¨¢tica (15%) e Ingenier¨ªa Superior en Inform¨¢tica (13%). Y el puesto mejorar¨ªa si se tomase como criterio de ordenaci¨®n la demanda relativa, al haber menos titulados en Matem¨¢ticas que en la mayor¨ªa de las disciplinas anteriores. De hecho, en la columna contigua al art¨ªculo mencionado leemos que 'los especialistas de los centros de orientaci¨®n profesional para estudiantes de las universidades son un¨¢nimes a la hora de se?alar cu¨¢l es la diana actual del empleo: las nuevas tecnolog¨ªas. El auge de la inform¨¢tica y las telecomunicaciones se ha extendido en los ¨²ltimos a?os a otro tipo de carreras adyacentes como F¨ªsica, Matem¨¢ticas o Ingenier¨ªa Electr¨®nica'. As¨ª, una sola empresa del sector, Newknow, lleva contratados a m¨¢s de mil matem¨¢ticos, seg¨²n su fundador y presidente ejecutivo, el tambi¨¦n matem¨¢tico Juan Mor¨¢n. Existiendo tal demanda, ?estar¨¢n parados entre el 7% y el 17% de los matem¨¢ticos por puro capricho? No se explica de otra forma que, seg¨²n el informe, la tasa de paro en Matem¨¢ticas duplique largamente la de Estad¨ªstica, pues, como miembro de un comit¨¦ externo para la evaluaci¨®n de esta titulaci¨®n en cierta universidad, he tenido ocasi¨®n de escuchar repetidamente que nadie conoc¨ªa a un solo ex alumno que estuviese contratado como estad¨ªstico.
Deseng¨¢?ense: la utilizaci¨®n de los programas estad¨ªsticos comerciales no garantiza una buena praxis. Todos saldr¨ªamos ganando si los coordinadores de trabajos estad¨ªsticos aplicados -y no s¨®lo en el ¨¢mbito universitario- incorporasen titulados en Estad¨ªstica a sus equipos: sus conclusiones ser¨ªan m¨¢s fiables y habr¨ªa menos estad¨ªsticos en paro.
Miguel ?ngel Goberna es catedr¨¢tico de Estad¨ªstica e Investigaci¨®n Operativa en la Universidad de Alicante.
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