Con agua, con fr¨ªo y sin metro
M¨¢s de 6.500 corredores de los 10.000 inscritos lograron terminar el marat¨®n bajo el azote de la lluvia y el viento
No tuvieron el metro o el autob¨²s gratis, pero los 10.000 maratonianos estuvieron en la salida de la plaza de Cibeles. A ninguno le afect¨® la decisi¨®n de la Consejer¨ªa de Transportes de no permitir, por primera vez en diez a?os, que los participantes en la carrera popular utilizaran gratis el transporte p¨²blico con s¨®lo mostrar el dorsal. Cada uno lleg¨® como pudo, unos a pie, otros en coche trasladados por un familiar, otros con su abono transportes o pagando el billete individual en metro, autob¨²s o tren, y algunos hasta corriendo, sin tener en cuenta que despu¨¦s les quedar¨ªan por recorrer los 42,195 kil¨®metros de la legendaria prueba.
Sin embargo, eso no era lo peor; quedaba la vuelta a casa, y a m¨¢s de uno, con su indumentaria de atleta y sin bolsillos para guardar algo de dinero o un abono transportes, se le ve¨ªa desorientado entre la multitud de corredores que hab¨ªan alcanzado la meta. Ten¨ªan que esperar a alg¨²n familiar y no acababan de encontrarlo. Pero eso es mera an¨¦cdota para los h¨¦roes del marat¨®n, y m¨¢s si se tiene en cuenta que la lluvia arreci¨® a la hora de comenzar la carrera y les acompa?¨® durante m¨¢s de dos horas. As¨ª, la marca del ganador fue muy discreta, la peor de los ¨²ltimos cinco a?os.
El orensano Jos¨¦ Ram¨®n Rey, de 33 a?os, profesor de instituto y atleta de gran prestigio, lleg¨® en 2 horas, 19 minutos y 12 segundos y fue el triunfador de la particular lucha que mantuvo con su amigo el portugu¨¦s V¨ªtor da Silva. La recta final fue decisiva para el triunfo del gallego. Tres kil¨®metros antes hab¨ªa intentado Da Silva irse en solitario, pero el tanzano Mtibani se lo impidi¨®.
A Rey lo empuj¨® una fuerza especial en el paseo del Prado. Fue la de otro amigo, Fabio. ?ste no corr¨ªa. No puede. Tiene un c¨¢ncer de huesos y convalece en el hospital La Paz, donde segu¨ªa la carrera por televisi¨®n. Es antiguo compa?ero del colegio y para ¨¦l fue la primera dedicatoria del ganador una vez cruzada la l¨ªnea de meta. Para ¨¦l y para Diego Garc¨ªa, el maratoniano que falleci¨® hace unas semanas entre Azkoitia y Azpeitia cuando se entrenaba.
La primera mujer fue una cubana de metro y medio de estatura y 40 kilos de peso, Mariela Garc¨ªa, que lleg¨® aterida de fr¨ªo pero con una marca muy parecida a la que consigui¨® registrar el a?o pasado, cuando acab¨® en cuarta posici¨®n en una jornada menos dura. Garc¨ªa hizo el recorrido en 2 horas, 44 minutos y 18 segundos y aventaj¨® en 15 minutos y un segundo a la segunda y primera espa?ola, Cristina Bl¨¢zquez.
Mucho m¨¢s tarde lleg¨® el atleta asturiano Manuel Montes Cubillas, que pretend¨ªa batir el r¨¦cord Guinness corriendo el marat¨®n de espaldas. El objetivo de Montes, de 45 a?os, era mejorar la marca de tres horas y 53 minutos, en poder del estadounidense Timothy Wood. Su tiempo fue de cuatro horas y 18 minutos.
Sus nombres ya figuran en el palmar¨¦s de la prueba. Pero la carrera m¨¢s emblem¨¢tica para los atletas populares no deja un cuadro de honor de tres o cinco h¨¦roes. Cada uno de los m¨¢s de 6.500 corredores que terminaron es el protagonista de una haza?a en su casa o en su lugar de trabajo. Y para la historia del Marat¨®n de Madrid queda ya la de los 25 atletas que han finalizado las 24 ediciones que se han disputado, y que ayer sobrepasaron los mil kil¨®metros de la prueba en el paseo de los Pi?oneros de la Casa de Campo. Antonio Gallardo, un avezado entrenador de atletismo y triatl¨®n, fue el primero y recibi¨® un merecido premio de Mapoma, empresa organizadora.
Los milenarios del Marat¨®n ya est¨¢n deseando que empiece el siguiente para cumplir las bodas de plata. ?se es el objetivo de algunos; otros, como F¨¦lix Cuesta, sue?an con sumar 1.000 kil¨®metros m¨¢s.
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