Una muestra colectiva refleja la variedad en el tratamiento fotogr¨¢fico de la pintura

La muestra Pintura de C¨¢mara, coproducida por la galer¨ªa donostiarra y la sala Sandunga de Granada, no es una exposici¨®n al uso. Se presenta m¨¢s como 'una tesis sobre el tratamiento fotogr¨¢fico de la pintura que como una muestra de artistas', apunta Emilio Almagro, responsable de la galer¨ªa andaluza. La diversidad de concepciones y m¨¦todos que confluyen en la sala hace de hecho que la exposici¨®n se preste m¨¢s al contraste de t¨¦cnicas que al mero espect¨¢culo art¨ªstico. Porque de las paredes de la sala cuelgan los trabajos de tres autores vascos y tres andaluces con seis formas distintas de manifestar ese inter¨¦s por la fotograf¨ªa y las nuevas tecnolog¨ªas.

Aiert Alonso remite en sus cuadros a las im¨¢genes congeladas de televisi¨®n. Presenta los rostros en blanco y negro de varios jugadores de f¨²tbol, a partir de la ampliaci¨®n de una toma de ordenador. 'El blanco y negro', apunta Lourdes Fern¨¢ndez, responsable de la Galer¨ªa DV, 'retoma lo que fue el principio de la fotograf¨ªa'. Pero esa vuelta a los or¨ªgenes no es sin¨®nimo de p¨¦rdida de expresividad. Sus lienzos tienen tanta fuerza como el ¨²nico cuadro colorista que presenta en la sala.

Frente a este tratamiento, el de Sim¨®n Zabell, el ¨²nico artista que explora en una imagen granulada lo que es la emulsi¨®n fotogr¨¢fica. O la propuesta de I?aki Gracenea, la m¨¢s colorista de la exposici¨®n. El artista establece en 17 piezas un di¨¢logo entre lo abstracto y lo figurativo y trata 'de conciliar la historia de la pintura con la innovaci¨®n, ampliar registros mediante el di¨¢logo con la se?al¨¦tica y la fotograf¨ªa'.

Pintura de C¨¢mara refleja as¨ª las transformaciones que est¨¢ sufriendo la pintura por la influencia de otras t¨¦cnicas, en un momento en el que se desdibujan los l¨ªmites entre las distintas disciplinas. Porque la presencia de la fotograf¨ªa, como apunta Fern¨¢ndez, se plasm¨® ya, aunque muy t¨ªmidamente, en los impresionistas del siglo XIX y con mayor fuerza en las primeras vanguardias del XX. Pero el fen¨®meno representado en la Galer¨ªa DV es totalmente contempor¨¢neo. Basta contemplar las obras de Jos¨¦ Ram¨®n Amondarain, un artista que juega a la vez con la fotograf¨ªa como t¨¦cnica, la fuerza de las impresiones digitales y la representaci¨®n de la realidad, y las plasma en originales paletas de pintor.

Tanto su tem¨¢tica, muy relacionada con la gastronom¨ªa, como su tratamiento difieren por completo de la obra que presenta Joaqu¨ªn Pe?a-Toro. El artista andaluz exhibe un d¨ªptico en el que destaca diferentes perspectivas singulares de edificios, garajes o zonas verdes, que pocos se detendr¨ªan contemplar. Como contrapunto, la obra neoexpresionista de Santiago Y¨¢?ez, que muestra en blanco y negro la marca del dolor en el rostro del hombre.