Purga

La destituci¨®n del arquitecto inspector de Patrimonio Jos¨¦ Ignacio Casar es lo m¨¢s parecido a una purga que se haya visto por estos lares en los ¨²ltimos tiempos. Este profesional ha pagado -con la excusa de un 'reordenamiento interno' de ese departamento de la Generalitat que ha dado por concluido su periodo de comisi¨®n de servicios en la Consejer¨ªa de Cultura- la osad¨ªa de firmar el informe contrario al hotel proyectado en el solar de Jesuitas y, sobre todo, el que rechazaba el plan urban¨ªstico del Ayuntamiento de Valencia para el barrio de El Cabanyal-Canyamelar. Y aunque se ha procedido con disimulo, al aplazar varios meses la decisi¨®n en lugar de adoptarla cuando el t¨¦cnico emiti¨® esos informes, para difuminar as¨ª la relaci¨®n causa-efecto, lo cierto es que Casar estaba sentenciado desde que firm¨® esos documentos. Tanto la alcaldesa, Rita Barber¨¢, como el delegado municipal de Urbanismo, Miquel Dom¨ªnguez, hab¨ªan pedido su cabeza. Ya la tienen. Ahora, con el apartamiento del arquitecto inspector, nuestros mun¨ªcipes tienen v¨ªa libre para perpetrar sus planes. Ya se encargar¨¢ la consejer¨ªa de ordenar nuevos informes que interpreten la ley de Patrimonio de forma adecuada. Y es que las leyes son muy sufridas y valen tanto para un roto como para un descosido. Que un t¨¦cnico considera que la ley de Patrimonio impide consumar las barrabasadas del solar de Jesuitas y del barrio de El Cabanyal, pues se busca otro que la interprete de otra forma, a la medida de los proyectos de la Administraci¨®n, y ya est¨¢. Que se vayan preparando los t¨¦cnicos que han informado en contra de la construcci¨®n de un palacio de congresos en la ladera del monte Benacantil de Alicante. Ya han recibido presiones y, si no se pliegan a los deseos de la Administraci¨®n que les paga, seguramente tienen los d¨ªas contados. El PP, que se dice liberal, ha recurrido al viejo m¨¦todo de la purga, al m¨¢s puro estilo estalinista, para represaliar al d¨ªscolo y acallar al discrepante, y as¨ª poder llevar adelante un plan como el de El Cabanyal, que constituye un atentado al patrimonio. Quiz¨¢ por eso, el convento de Sant Francesc de Vinar¨°s tambi¨¦n puede ser impunemente derribado.