'No ocultamos la admiraci¨®n por el ¨¦xito de Espa?a en los ¨²ltimos a?os'

El presidente sirio inicia hoy una visita Espa?a, en lo que constituye su primer viaje oficial, como jefe de Estado, a Europa.

Pregunta. ?Por qu¨¦ ha elegido Espa?a para su primera visita a Europa?

Respuesta. A pesar de que la secuencia no es un factor determinante en cuanto a la importancia de las relaciones entre los pa¨ªses, me siento feliz de iniciar en Espa?a mis visitas europeas. La cita se fij¨® a tenor de la exposici¨®n sobre los Omeyas cordobeses, lo que no quiere decir que Espa?a no goce de una posici¨®n especial entre los sirios. He iniciado mi encuentro con ustedes hablando del serio deseo mutuo de desarrollar las relaciones bilaterales. Personalmente, yo visit¨¦ Espa?a en el verano de 1981. Estuve en Madrid, C¨®rdoba, Sevilla, la Alhambra de Granada y Toledo. Esa visita me hizo ver el grado de profundidad que tiene el lazo hist¨®rico entre Siria y Espa?a. Adem¨¢s, el car¨¢cter del ciudadano espa?ol est¨¢ muy pr¨®ximo al del sirio. Tambi¨¦n tengo presentes las posturas objetivas, juiciosas y justas de Espa?a hacia nuestras causas, en especial durante los pasados dos a?os. Y no podemos ocultar nuestra admiraci¨®n por el ¨¦xito alcanzado por Espa?a durante los ¨²ltimos diez a?os.

P. ?Qu¨¦ le sugiere, en tanto que presidente de Siria, la figura de un Rey que asumi¨® el poder tras una dictadura y 25 a?os despu¨¦s est¨¢ al frente de un pa¨ªs democr¨¢tico que figura entre los m¨¢s desarrollados? ?En qu¨¦ medida esta evoluci¨®n puede inspirarle en cuanto al futuro de Siria?

R. Personalmente, albergo el mayor respeto por el rey don Juan Carlos, por todo lo que conozco respecto de su persona. En cuanto a la situaci¨®n de su pa¨ªs, es muy diferente de la existente en Siria, pues Siria vivi¨® una etapa de aislamiento en la d¨¦cada de los sesenta, para ser precisos, entre 1966 y 1970. Con su llegada al poder, el presidente Hafez el Asad puso en marcha la primera fase de desarrollo y apertura. Luego hubo una segunda etapa en l990, y ahora estoy llevando a cabo la tercera etapa, de acuerdo con las exigencias de la ¨¦poca.

P. ?Qu¨¦ le dice Al Andalus al presidente de la Rep¨²blica ?rabe Siria?

R. Se trata del periodo m¨¢s floreciente de la historia com¨²n, pero no el ¨²nico. Es producto de una historia en la cual las relaciones humanas verdaderas eran las predominantes, una historia que se remonta a cuatro mil a?os atr¨¢s, a la relaci¨®n entre Ugarit y C¨¢diz, y que luego sirvi¨® de base a los imperios venideros. Lo que se nos plantea es c¨®mo logr¨® la humanidad edificar esas civilizaciones cultas en ¨¦pocas tan remotas, mientras que nosotros, en la era de las comunicaciones y la cibern¨¦tica, no somos capaces de alcanzar los mismos v¨ªnculos. Hoy, en cinco horas un avi¨®n les ha tra¨ªdo desde Espa?a hasta Siria y tambi¨¦n podr¨ªan haber mantenido la entrevista conmigo de forma instant¨¢nea a trav¨¦s de Internet; sin embargo, la relaci¨®n entre Ugarit y C¨¢diz era m¨¢s intensa que la que nosotros mantenemos en la actualidad. El problema no radica en la tecnolog¨ªa, sino en la naturaleza de las relaciones humanas. As¨ª pues, la civilizaci¨®n de Al Andalus nos orienta hacia el humanismo, sin el cual no podremos materializar la globalizaci¨®n correcta que perseguimos.