Mametiana
- 1. Esquinas peligrosas. David Mamet nunca est¨¢ donde le esperas. Su ¨²ltimo ensayo, True and false, una carga frontal y sin pelos en la lengua contra los excesos del M¨¦todo y sus sumos sacerdotes, provoc¨® ampollas del tama?o de pelotas de golf. (Pueden encontrarlo en castellano en Textos del Bronce: Verdadero y falso. Herej¨ªa y sentido com¨²n para el actor). Al acabar de leerlo (de devorarlo), muchos nos preguntamos: ?qu¨¦ vendr¨¢ ahora? y, sobre todo, ?en qu¨¦ direcci¨®n disparar¨¢? La respuesta tiene tres blancos a cual m¨¢s distinto: a) una pel¨ªcula, State and main, casi una f¨¢bula de Preston Sturges pintada con vitriolo c¨ªnico; b) una extra?¨ªsima novela, Wilson, a caballo entre Nabokov y Pynchon, y c) una comedia wildeana de ¨¦poca, Boston marriage. La pel¨ªcula est¨¢ ya en cartel y hay que correr a verla. Por la agudeza de su mirada, por su reparto (coral, berlanguiano) y por su maravillosa imprevisibilidad: comienza narrando la arrasadora irrupci¨®n de un equipo de rodaje en un pueblecito id¨ªlico -Waterford, Vermont- y acaba siendo la historia de un hombre plantado en una esquina peligrosa como la que le da t¨ªtulo -la confluencia de las calles State y Main-; una encrucijada ¨¦tica resuelta con un sorprendente golpe de teatro. El reparto es un lujazo. Philip Seymour Hoffman (Happiness, Magnolia) es el guionista en la encrucijada; Rebecca Pidgeon (la esposa de Mamet), su imprevista hada protectora; William Macy es el director, un manipulador nato; Alec Baldwin, un gal¨¢n con una peligrosa afici¨®n por las menores; Sarah Jessica Parker (Sexo en Nueva York), la estrella con problemas de conciencia (el ¨²nico personaje t¨®pico); David Paymer, un terror¨ªfico productor que parece salido del clan de Los Soprano.
(Si les interesa el gui¨®n, publicado por Methuen, el otro d¨ªa vi un ejemplar en Laie).
La novela, Wilson (editada por Faber), es un delirio hermen¨¦utico, sorprendente en un autor realista como Mamet. En el a?o 2200, en un mundo devastado por sucesivas revoluciones y con la red de redes pulverizada por su propia expansi¨®n, un grupo de acad¨¦micos desmenuza, con profusi¨®n de notas y contranotas a pie de p¨¢gina, los papeles dispersos de Ginger, ex esposa del presidente Wilson, hallados en una c¨¢psula secreta. Y del futuro al pasado: Boston marriage. De una novela fragmentaria, cr¨ªptica y sarc¨¢sticamente posposmoderna, Mamet salta a un ejercicio de estilo con las comedias de Wilde y las maquinaciones amorosas de Choderlos de Laclos como referentes directos.
- 2. 'Mamet goes Wilde'. Boston marriage se estren¨® en Boston, en el Hasty Pudding Theatre, el 4 de junio de 1999, dentro de la temporada del American Repertory Theatre (ART) que dirige el cr¨ªtico Robert Brustein. El ART ha sido, en los ¨²ltimos a?os, la casa madre de Mamet, donde ha presentado sus ¨²ltimas obras -Oleanna, The cryptogram, The old neighborhood-, puestas en escena por ¨¦l y con su propia compa?¨ªa, la New York's Atlantic Theater, que fund¨® con William Macy, uno de sus actores fetiche. Boston marriage sorprendi¨® en su estreno por tratarse de una obra de ¨¦poca, una comedia de boudoir, ambientada en el Boston de principios de siglo, y por contar con un reparto ¨ªntegramente femenino. Y, desde luego, por su lenguaje, epigram¨¢tico y estilizado, que hizo titular 'Mamet goes Wilde' al cr¨ªtico del Boston Herald. Mamet ya hab¨ªa sorprendido a la cr¨ªtica, para variar, montando con su compa?¨ªa The Winslow boy, de Terence Rattigan (un autor poco apreciado por la modernidad), que luego llev¨® al cine, y repitiendo la jugada al a?o siguiente con Dangerous corner, de Priestley: Esquina peligrosa, una de las comedias preferidas de nuestro teatro de aficionados de toda la vida. En su montaje de la obra de Priestley en el off-Broadway coincidieron las tres actrices para las que escribir¨ªa Boston marriage: su mujer, Rebecca Pidgeon, a la que conoci¨® cuando protagonizaba Oleanna en Londres; la esposa de William Macy, Felicity Huffman, otra actriz portentosa -Donny en The cryptogram, Karen en la reposici¨®n de Broadway de Speed the plow-, a quien, por cierto, los adictos al Canal Sat¨¦lite Digital pueden ver todas las noches (Paramount Comedy) como Dana Whitaker en Sports night, y Mary McCann, otra habitual de la compa?¨ªa.
Boston marriage (el eufemismo con el que, a principios de siglo, se designaba a una pareja l¨¦sbica) acaba de estrenarse en Londres, en la Donmar Warehouse, dirigida por Phyllida Lloyd, con Zoe Wanamaker, Anna Chancellor y Lindsey Marshal. Tres escenas, para una pieza de 1 hora y 45 minutos, que narran el reencuentro entre Anna, una dama de clase alta (c¨ªnica, brutal, esnob), de lengua larga y bolsa corta, y Claire, su joven amante, que acaba de volver de viaje. Anna tiene una noticia para Claire: ha conseguido un protector y podr¨¢n vivir las dos de su dinero. Claire tiene una noticia para Anna: se ha enamorado de una mujer m¨¢s joven, a la que planea seducir esa misma tarde. Anna acepta la relaci¨®n, a condici¨®n de que pueda presenciar, escondida, el encuentro de ambas. La tercera en discordia es Catherine, la servil criada de Claire, de la que no tardamos en intuir que sabe m¨¢s de lo que aparenta. Y tampoco tardan en descubrir las dos amigas la primera sorpresa de la velada: Que el protector de Anna y el padre de la amante de Claire resultan ser la misma persona. A partir de ah¨ª, Boston marriage se convierte en un combate a picotazos entre dos aves rapaces: crueldad, venalidad y sexo, bajo el barniz de una conversaci¨®n elegante y refinada. Un combate que, ins¨®lito en Mamet, tiene final feliz: triunfa el amor. Tras el estreno en Boston y el montaje ingl¨¦s, Playbill adelantaba el salto de Boston marriage a Broadway con un reparto de v¨¦rtigo: Sharon Stone (que pidi¨® el papel de Anna tan pronto ley¨® la comedia), Anne Heche como Claire y Frances McDormand (Fargo) como Catherine, con direcci¨®n del prestigios¨ªsimo Howard Davies. En cuanto a Espa?a, por lo que s¨¦, Lina Lambert y Ferran Madico -director de Speed the plow (Taurons) en la pasada temporada- tienen la comedia sobre la mesa.
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