San Francisco paga el cambio de sexo de sus funcionarios
?Debe el Gobierno, o sea, los contribuyentes, pagar por las operaciones de cambio de sexo? ?ste es el debate suscitado esta semana en EE UU por la decisi¨®n del Ayuntamiento de San Francisco de incluir entre los beneficios sociales de sus empleados las operaciones de cambio de sexo. La decisi¨®n, aprobada por 9 de los 11 miembros del Consejo Municipal de la capital mundial del orgullo gay, permite que unos 35 trabajadores reciban hasta 50.000 d¨®lares de los fondos p¨²blicos para liberarse de la condici¨®n masculina o femenina en la que se sienten aprisionados.
Pero el resto de EE UU no es tan progresista como San Francisco, que en los a?os cincuenta fue la capital del movimiento beat de Jack Kerouack y Allen Ginsberg, y en 1969 escenario de las hist¨®ricas protestas que dieron nacimiento al movimiento internacional por el orgullo gay. Seg¨²n Mark Leno, activo promotor de la medida en el Consejo Municipal, el apoyo es "masivo" en la ciudad, e incluye al alcalde dem¨®crata Willie Brown, que ha anunciado que la firmar¨¢ de inmediato. "Viviendo y trabajando entre nosotros hay transexuales que merecen tanto respeto como los dem¨¢s ciudadanos y que tienen derecho a se aplique el principio que establece que se deben recibir los mismos beneficios sociales por el mismo trabajo", dice Leno.
En el resto del pa¨ªs, y con la excepci¨®n de Nueva York y los reductos liberales en otras ciudades, se ha levantado una ola de indignaci¨®n. "Igualar este desprop¨®sito sexual con el muy honorable movimiento por los derechos civiles de las minor¨ªas raciales es sentar un precedente peligroso y maligno", escribe el columnista conservador Michel Savage, en NewsMax.com, una revista de Internet. "El enloquecido Consejo Municipal de San Francisco pretende que los contribuyentes paguen los vicios o caprichos de una minor¨ªa", dijo el mi¨¦rcoles la presentadora radiof¨®nica Melanie Morgan, en el programa de CNN Talkback Live. "Si hay tanto empe?o", a?adi¨® Morgan, "?por qu¨¦ no crear una fundaci¨®n privada?, ?por qu¨¦ pagar esas operaciones con el dinero del pueblo?"
Bobby Batista, la conductora de Talkback Live, consagr¨® la emisi¨®n del mi¨¦rcoles al debate sobre si las autoridades municipales, estatales y federales de EE UU deben seguir el ejemplo de la ciudad californiana. Las opiniones fueron apasionadas. "Como la infertilidad o el Viagra, el cambio de sexo es una necesidad m¨¦dica", afirm¨® Leno, que precis¨® que la decisi¨®n beneficia a unos 35 de los 37.000 empleados municipales de San Francisco. Pero Tony Hall, uno de los 2 miembros del Consejo Municipal que se opusieron a la medida, argument¨®: "abrimos una caja de Pandora. A partir de aqu¨ª, vamos a tener que pagar con el dinero de los contribuyentes cosas como problemas de o¨ªdo, correcci¨®n con rayos laser de la miop¨ªa, obesidad, operaciones cosm¨¦ticas, reconstrucci¨®n quir¨²rgica de cualquier cosa..."
En un pa¨ªs que ni tan siquiera tiene un sistema p¨²blico que cubra universalmente la asistencia m¨¦dica y farmac¨¦utica, San Francisco ha abierto una brecha. Y el cine ha sido decisivo. El Consejo Municipal reconoce que, en su decisi¨®n, pes¨® mucho la pel¨ªcula Boys Dont?Cry, en la que la actriz Hillary Swank interpreta a una chica que se siente un chico atrapado en un cuerpo extra?o. En el programa de CNN, lo record¨® Alan Amberg, fundador de LesBiGay Radio, de Chicago. "Este pa¨ªs", dijo, "est¨¢ basado en la idea de dar igualdad de oportunidades, un terreno de juego justo, a todos los que aqu¨ª vivimos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.