Tambi¨¦n la OCDE

El ¨²ltimo informe de la OCDE, como otros recientes de algunas instituciones internacionales, revisa a la baja las previsiones de crecimiento de las econom¨ªas industrializadas en el a?o en curso, pero sin dibujar un escenario de recesi¨®n. La econom¨ªa estadounidense, cuya previsi¨®n de crecimiento del PIB para este a?o se quedar¨¢ en el 1,7%, crecer¨ªa en el a?o 2002 por encima del 3%. Existen razones para ser esc¨¦pticos con previsiones tan desautorizadas en otras ocasiones, pero esta vez las hip¨®tesis en que se asientan parecen razonables.

El conjunto de la Uni¨®n Europea crecer¨¢ este a?o un 2,6% y algo m¨¢s (hasta un 2,7%), el pr¨®ximo. Queda de nuevo por debajo del ritmo de crecimiento de la econom¨ªa americana. Esta insuficiencia relativa de la recuperaci¨®n europea, m¨¢s el posible impacto de la desaceleraci¨®n estadounidense, induce a la OCDE a recomendar la reducci¨®n de tipos de inter¨¦s en el ¨¢rea euro, de forma similar a lo que aconseja el Fondo Monetario Internacional. Esa sugerencia sobre la orientaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria difiere visiblemente de los pronunciamientos de las autoridades espa?olas sobre la cuesti¨®n. Pero tambi¨¦n es distinta la previsi¨®n de crecimiento de nuestra econom¨ªa y las prioridades de pol¨ªtica econ¨®mica que recomienda para nuestro pa¨ªs.

La OCDE prev¨¦ un crecimiento de la econom¨ªa espa?ola del 2,9%, tres d¨¦cimas menos que la revisi¨®n a la baja del Gobierno (3,2%). Con el agravante de las dificultades que plantea hacer converger nuestra inflaci¨®n y desempleo con los niveles de la zona euro. Frente a una tasa de variaci¨®n de los precios en la regi¨®n del 2,2% y 2,1%, respectivamente, durante este a?o y el pr¨®ximo, Espa?a no bajar¨¢ del 3,2% y del 2,8%; las tasas de paro seguir¨¢n movi¨¦ndose cinco puntos por encima del promedio de los pa¨ªses con quienes compartimos moneda. Los ¨²ltimos datos de paro registrado avalan esa desaceleraci¨®n en la reducci¨®n del principal desequilibrio de la econom¨ªa espa?ola.

Esas dificultades de convergencia nominal, m¨¢s las que arrastramos de convergencia real, contrastan con esa actitud de suficiencia de las autoridades espa?olas que no dejan de impartir lecciones al resto de los Gobiernos europeos. Aznar y el ministro de Econom¨ªa reclaman al Banco Central Europeo (BCE) que mantenga los tipos de inter¨¦s, al tiempo que instan a los dem¨¢s pa¨ªses para que lleven a cabo reformas estructurales que en Espa?a apenas est¨¢n enunciadas. M¨¢s valdr¨ªa que el Gobierno aprovechara el respaldo pol¨ªtico del que dispone para concretar algunas de esas reformas.