Nadie puede con el gigante tranquilo

Dicen de Tim Duncan, ala-p¨ªvot de los Spurs de San Antonio, que no tiene el carisma de los j¨®venes saltarines que han aflorado en la NBA. Vamos, que no vende a pesar de tener un t¨ªtulo de campe¨®n en la temporada 1998-99 y de contar con la admiraci¨®n de todos los jugadores. Duncan no hace caso de quienes le acusan de inexpresivo. ?l est¨¢ en la mejor Liga para hacer grandes n¨²meros y marcar la diferencia como s¨®lo Shaquille O'Neal puede hacerlo.

Hace un a?o, Duncan no pudo disputar ning¨²n partido de la primera ronda de los play offs. Los Spurs, que defend¨ªan el t¨ªtulo, fueron barridos de un plumazo por los Suns de Phoenix. Recuperado de su lesi¨®n, ha dirigido esta temporada a su equipo a un espl¨¦ndido comienzo en la fase final. Los Spurs destrozaron a los Wolves y ahora est¨¢n decididos a acabar con los Mavericks (ayer volvieron a vencer, 100-86, en el segundo partido).

Duncan puede tener poco gancho comercial, pero es un libro abierto del baloncesto. Su juego no ofrece la expresividad del de Chris Webber o Kevin Garnett, pero nadie puede compararse con ¨¦l en los fundamentos b¨¢sicos. Corre, bota, pasa, rebotea, tapona y anota con una facilidad escandalosa, moviendo sus 2,10 metros con una ligereza que impresiona. Y, como todas las grandes leyendas, tambi¨¦n tiene un tiro que le distingue de los dem¨¢s. Su lanzamiento contra la tabla es un monumento a la precisi¨®n y su se?a de identidad.

Y como competidor no admite dudas. En el segundo partido frente a los Mavericks apareci¨® con una mu?equera con el n¨²mero 1 y las letras D. A., de Derek Anderson, como recuerdo al escolta que sali¨® con el hombro dislocado tras un encontronazo con Juwann Howard. Muchos consideraron que la falta fue intencionada y que estaba motivada por el deseo de despejar el camino a los Mavericks con la ausencia del ca?onero de los Spurs.

Duncan ser¨¢ inexpresivo, pero cuando se toma las cosas a t¨ªtulo personal es imparable. 'Queremos que una parte de ti est¨¦ en la cancha', le dijo a Anderson. Despu¨¦s destroz¨® a los Mavericks con 25 puntos y 22 rebotes, mientras la gente coreaba su nombre.

'In Tim midation'. Con este juego de palabras titula la cr¨®nica del partido la p¨¢gina oficial del club. Convaleciente de la lesi¨®n que le imposibilit¨® disputar el tramo final de la temporada pasada, Duncan no empez¨® bien en ¨¦sta. Como O'Neal, ha tenido problemas con los tiros libres y su porcentaje no llega al 62%. Desde Internet se promovi¨® una campa?a para darle consejos y se le lleg¨® a proponer que se afeitara las axilas para facilitar el mecanismo de lanzamiento.

Duncan no se inmut¨®. Se limit¨® a anotar un promedio de 22,2 puntos, 12, 2 rebotes y 2,3 tapones por partido. A final de temporada s¨®lo hab¨ªa dos claras candidaturas al jugador del a?o: Allen Iverson (Sixers) y Duncan. Fue elegido Iverson, pero la impresi¨®n es que el alero de los Spurs es todav¨ªa m¨¢s determinante, el t¨ªpico jugador que convierte un equipo del mont¨®n en un aspirante al t¨ªtulo.

En 1997, los Celtics so?aban con ficharle, pero los Spurs obtuvieron el derecho a elegir primeros en el draft. Por supuesto, escogieron a Duncan, el chico que proced¨ªa de la Universidad de Wake Forest despu¨¦s de abandonar las Islas V¨ªrgenes, su tierra natal. Tres a?os despu¨¦s, los Spurs ya saben lo que es un t¨ªtulo y los Celtics contin¨²an su miserable trayectoria.