En busca de laberintos ocultos
De la variada obra del dramaturgo y director de teatro y de cine austriaco Michael Haneke aqu¨ª s¨®lo hemos podido ver (y de refil¨®n, pues su presencia en cartel fue vista y no vista) la tremenda Funny games, una de las pel¨ªculas m¨¢s inquietantes, duras y comprometidas del cine europeo reciente. Es esta aterradora visi¨®n desde dentro del fascismo qu¨ªmicamente puro que hoy nos crece bajo los pies a los europeos una pel¨ªcula inc¨®moda que siembra a su alrededor inteligencia y que, por ello, crea estupor. Y algunas gotas de este l¨²cido estupor nos salpican tambi¨¦n desde esta su siguiente obra, C¨®digo desconocido, que Haneke realiz¨® hace tres a?os en Francia, gracias al amor al cine suicida de dos productores creadores, Marin Karmitz y Alan Sarde, y una maravillosa actriz atrapada por el lado loco de su oficio, Juliette Binoche.
C?DIGO DESCONOCIDO
Director: Michael Haneke. Int¨¦rpretes: Juliette Binoche, Thierry Neuvic, Josef Bierbichler, Luminita Gheorghiu. G¨¦nero: Drama, EE UU, 2000. Duraci¨®n: 117 minutos.
Es C¨®digo desconocido una pel¨ªcula que (si logra verse, pues no es f¨¢cil de ver) se revela portadora de cine importante, semilla de cine futuro, pero que hoy corre el riesgo de ser rechazada por quienes piden a la pantalla que se atenga a las reglas pactadas de la inteligibilidad, a las que Haneke da la espalda. Enuncia el cineasta austriaco, en secas r¨¢fagas de cine ensayo, no narrativo, fuera de norma, el cruce de itinerarios de algunos rostros y sombras huidizas que se mueven en zonas oscuras y sumergidas de la vida cotidiana europea. La visi¨®n del cineasta vien¨¦s del intrincado cruce de destinos que indaga, y que ocurre cualquier d¨ªa en cualquier esquina de cualquier capital de una Europa que anida en su subsuelo algo informe que se parece cada vez m¨¢s a un polvor¨ªn, es un ejercicio de estilo en sentido profundo, cine considerado como forma de conocimiento, aunque a veces la mirada de Haneke se acerca al hermetismo e incluso a la opacidad.
Que no acudan al cine quienes buscan en una pantalla un bonito sesteo en vigilia o un viaje a lomos de emociones c¨¢lidas, porque no hay tregua de aventura ni ba?o emocional alguno en las articulaciones de este abrupto e inh¨®spito C¨®digo desconocido. Pero que no deje de verla quien conserva la esperanza de que el cine tiene no s¨®lo el derecho, sino la obligaci¨®n, e incluso la necesidad, de explorar los l¨ªmites extremos de su territorio expresivo, para buscar c¨®digos desconocidos de la liturgia secuencial de la imagen. Quiere moverse Haneke en la m¨¢s remota frontera del fuera de campo fotogr¨¢fico y pregunta al espectador, o se pregunta a s¨ª mismo: ?puede ser m¨¢s preciso lo que est¨¢ fuera del campo de la c¨¢mara que lo que est¨¢ dentro de ese campo?, ?puede la alusi¨®n (es decir, la elipsis) sustituir a la descripci¨®n? Son preguntas graves y, por ello, sin respuesta, arrancadas de severas alquimias del lenguaje cinematogr¨¢fico, que obvia y justamente resbalan en la piel de la inmensa mayor¨ªa de la gente, pero que mojan, incluso empapan, la del pu?ado de insomnes que hurgan con los ojos en los laberintos y vericuetos de las tripas ocultas de ese lenguaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.