Barrio rico, barrio pobre
El crecimiento de las ciudades, en las que las nuevas viviendas p¨²blicas han bajado del 24,8% al 11%, favorece la exclusi¨®n social
La nueva forma de crecimiento de las ciudades, cada vez m¨¢s divididas entre barrios ricos y pobres, favorece la exclusi¨®n social. Y ¨¦sta es una de las mayores amenazas de la sociedad. As¨ª lo se?ala la Fundaci¨®n Encuentro en su informe Espa?a 2001. Destaca que s¨®lo la Administraci¨®n puede frenar el fen¨®meno con su intervenci¨®n directa para favorecer la construcci¨®n de viviendas sociales. Pero estos pisos pierden peso en la promoci¨®n inmobiliaria. En 1993, una de cada cuatro casas en construcci¨®n era protegida. Seis a?os despu¨¦s, el porcentaje se reduc¨ªa al 11,1%.
Seg¨²n el informe, los ciudadanos empiezan a tener la sensaci¨®n de que 'aumenta la fragilidad' de las condiciones sobre las que se asienta la integraci¨®n social. Al peligro de quedarse fuera, forjado por elementos como la inestabilidad laboral, las rupturas familiares y los cambios tecnol¨®gicos, tambi¨¦n contribuye 'la segmentaci¨®n social del espacio urbano y la consiguiente proliferaci¨®n de los barrios en crisis'.
La dispersi¨®n y el precio configuran ciudades fragmentadas, con sectores cada vez m¨¢s diferenciados y separados
El trabajo destaca que las urbes se fragmentan por zonas separadas por el nivel econ¨®mico de sus habitantes, homog¨¦neos en cada una de ellas. Ello implica una p¨¦rdida de la diversidad social y un debilitamiento de las relaciones humanas.
Seg¨²n el secretario general de la Fundaci¨®n Encuentro, Agust¨ªn Blanco, la soluci¨®n a esta divisi¨®n creciente entre barrios ricos y pobres pasa porque las administraciones 'se impliquen m¨¢s directamente para promover pisos sociales'. El presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos, Jaime Dur¨®, comparte la idea. 'La vivienda p¨²blica, que pr¨¢cticamente no se construye ahora, es un ingrediente important¨ªsimo para frenar la discriminaci¨®n', asegura. 'Tambi¨¦n es importante que esos pisos se repartan por todo tipo de barrios', apunta el urbanista y soci¨®logo F¨¦lix Arias Goytre, autor del libro La desigualdad urbana en Espa?a.
- Poca vivienda protegida. 'La vivienda de protecci¨®n oficial podr¨ªa contribuir a recuperar, mantener o generar diversidad social en las distintas zonas de la ciudad', asegura la Fundaci¨®n Encuentro. Sin embargo, la construcci¨®n de pisos baratos ha perdido peso: en 1993, el 24,8% de las viviendas iniciadas eran protegidas y supon¨ªan 54.135. Seis a?os despu¨¦s, en 1999, los hogares baratos en construcci¨®n ascend¨ªan a 57.523, pero supon¨ªan el 11,1% de la obra nueva. 'La din¨¢mica del mercado de la vivienda libre es segmentador desde el punto de vista socioecon¨®mico. Si no hace m¨¢s que debilitarse, se fortalecen los procesos de segregaci¨®n', asegura el informe.
- Poblaci¨®n creciente. Con todo, las ciudades son un im¨¢n cada vez m¨¢s atrayente. En 1998, m¨¢s de dos tercios de la poblaci¨®n (75,7%) viv¨ªa en localidades de m¨¢s de 10.000 habitantes. En 1900, s¨®lo lo hac¨ªa el 32,2%. Las urbes de m¨¢s de 50.000 habitantes agrupan al 51% de la poblaci¨®n (13,6% en 1900), pero las mayores comienzan a perder poblaci¨®n en aras de sus periferias.
- Del barrio a la periferia. Mientras en los a?os sesenta y setenta (de grandes migraciones hacia las ciudades), las urbes crecieron 'de forma concentrada y compacta en torno a sus periferias', a partir de 1985 se inicia 'un cambio radical', basado en la descentralizaci¨®n y la suburbanizaci¨®n (barrios de baja densidad). El extrarradio ofrece precios m¨¢s asequibles o mejores dotaciones.
- Chal¨¦s en auge. Aunque la poblaci¨®n espa?ola se mantuvo pr¨¢cticamente estable, entre 1995 y 1999 se iniciaron casi 1,9 millones de viviendas. El estudio relaciona este crecimiento con el aumento de las rupturas familiares y de los hogares unipersonales. Tambi¨¦n incide en la nueva tipolog¨ªa: los bloques cerrados con espacios privados y los chal¨¦s est¨¢n en auge. Desde el inicio de los a?os noventa, m¨¢s del 20% de las licencias de obra se han concedido para viviendas unifamiliares.
'Los ciudadanos demandan esos tipos de vivienda, pero tambi¨¦n se observa una cierta vuelta a la ciudad tradicional', asegura el presidente de los arquitectos. El informe se?ala que las nuevas viviendas 'encierran a sus moradores en el espacio seguro y homog¨¦neo de la urbanizaci¨®n'. Incide en que 'la dispersi¨®n provocada por estos nuevos tipos de vivienda se conjuga con el precio para configurar una ciudad fragmentada en barrios m¨¢s ricos y m¨¢s pobres, cada vez m¨¢s separados'.
Las familias de rentas bajas y medias ven cada vez m¨¢s acotadas sus posibilidades de elegir la zona de la ciudad donde quieren residir', se?ala el informe.
- Centros deteriorados. Las malas condiciones de las viviendas de algunas zonas c¨¦ntricas favorecen la creaci¨®n de guetos. Los moradores tradicionales que pueden hacerlo abandonan sus viviendas, que alquilan con rentas bajas. Es lo que Jaime Dur¨® llama 'el efecto donuts'. Por su parte, Arias Goytre sostiene que el deterioro no es exclusivo del centro. 'Hay barrios de zonas ricas que quedan marginados, al tiempo que prosperan otros de zonas desfavorecidas. Por eso hay bolsas de pobreza en zonas ricas y zonas ricas en ¨¢reas pobres', resume.
- Vac¨ªos 12 de cada 100 pisos. El informe destaca que Espa?a tiene el mayor porcentaje de viviendas desocupadas de la Uni¨®n Europea. Propone que las administraciones favorezcan la rehabilitaci¨®n de casas antiguas.
- Escaso alquiler. S¨®lo el 15% del parque de vivienda est¨¢ en alquiler. Adem¨¢s, el elevado porcentaje de pisos en propiedad dificulta la diversidad en los barrios y el recambio generacional.
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