M¨¢s del Ateneo
Lamentablemente no tengo m¨¢s remedio que contestar al se?or Abell¨¢n, ya que, despu¨¦s de mi r¨¦plica, insiste con una nueva carta, en su campa?a de calumnias y tergiversaciones encaminada a alcanzar insidiosamente la presidencia del Ateneo para la cual fui elegido en las dos ¨²ltimas elecciones. Al respecto debo precisar:
Primero. Los hechos confirman mis afirmaciones y desmienten al se?or Abell¨¢n, quien est¨¢ claro que, aunque lo ocultaba bajo la apariencia de una cr¨ªtica desinteresada, proyectaba presentarse en las pr¨®ximas elecciones a la presidencia del Ateneo, y lo ha hecho ya. El subterfugio de que 'no ten¨ªa seguridad' es pintoresco, pues confiesa que acariciaba el proyecto, aunque, seg¨²n ¨¦l, no se hubiera decidido. Y lo honesto hubiera sido manifestarlo, para que los lectores comprendieran los intereses desde los cuales estaba escrita su carta.
Segundo. El se?or Abell¨¢n habla y ataca desde la ignorancia y la fabulaci¨®n. Dice que no explico 'por qu¨¦ la Consejer¨ªa de Patrimonio no ha concedido el presupuesto correspondiente para obras que son necesarias'. Se?or Abell¨¢n: por una raz¨®n muy sencilla, porque s¨ª las ha concedido y las obras van a empezar. Lo que preocupa es su premura. Y ya le explicaba en mi carta aclaratoria que mis quejas se refer¨ªan a los retrasos...
Tercero. El se?or Abell¨¢n persiste en su acusaci¨®n de que en los actos del Ateneo hay una orientaci¨®n 'partidista'. Debe de tener una concepci¨®n surrealista del partido pol¨ªtico que propugno, cuando en ¨¦l caben: el PP, los anarquistas, los cristianos de base, IU, el PSOE, las feministas, la Fundaci¨®n Miguel ?ngel Blanco, el PNV, los abertzales..., por citar algunos ejemplos de partidos o movimientos a cuyos representantes se han abierto los locales del Ateneo bajo mi presidencia.
Cuarto. Mantengo mi petici¨®n de que el se?or Abell¨¢n pida perd¨®n, no por haberme llamado victimista, sino por sus grav¨ªsimas insinuaciones calumniosas desde la ignorancia y el oportunismo respecto a la gesti¨®n econ¨®mica del Ateneo. Una gesti¨®n aprobada por los socios y sobre la cual, si no se ha realizado todav¨ªa una auditor¨ªa -pr¨¢ctica, por lo dem¨¢s, inusual en anteriores juntas aunque la nuestra la haya acogido-, ha sido por razones de presupuesto.
Quinto. Respecto a las afirmaciones en mi anterior carta de que el se?or Abell¨¢n estar¨ªa dispuesto a realizar 'transferencias' de fondos, no hago sino reproducir lo que ¨¦l mismo dice, al referirse, como un ideal, a traspasos de un presupuesto de funcionamiento a otro de obras. No soy yo. Es ¨¦l mismo quien se acusa, sin darse cuenta de lo que escribe. Le recomiendo no una jornada, sino unos a?os de reflexi¨®n...
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