Tres series de D¨¢vila Miura
La justicia distributiva es un l¨ªo, dar a cada uno lo suyo puede ser socorrido, lo malo es lo que te devuelven a cambio. Puestos a devolver, los toreros de ayer s¨®lo obsequiaron al p¨²blico jerezano con tres series y un entusiasmo y, otra vez en el viaje de vuelta se otorgaron trofeos sin tasa ni medida, en un avance de lo que puede representar la llegada de las figuras, dispuestas a contarlo todo.
Lo de las tres series fue un espejismo, un leve motivo para un t¨ªtulo, pero tambi¨¦n lo ¨²nico que se vio ligado en la tarde. El quinto toro fue recibido toscamente por D¨¢vila Miura, con predominio de la cantidad y ausencia de cualquier otra virtud. La res se port¨® en el caballo y Paco Pe?a pare¨® bien a un toro que se aculaba en tablas y perd¨ªa pies. El m¨¦rito de D¨¢vila fue llev¨¢rselo al centro y colocarle una serie con la derecha. ?Qu¨¦ barbaridad!, la primera en cinco toros, y otra m¨¢s, incre¨ªble; la tercera se frustra y, muleta a la izquierda, por naturales, ahora s¨ª. La locura. El toro, rajado, se refugi¨® en tablas, pero que nos quitaran lo ligado. Las dos orejas fueron inexplicables. En el segundo, D¨¢vila vio como la bravuconer¨ªa se escond¨ªa en tablas, saliendo a colaci¨®n s¨®lo para perseguir a Juan Montiel hacia los adentros. Lo hab¨ªa recibido con una larga cambiada en retirada y varios trapazos sin m¨¦rito y, vistas las condiciones en el ¨²ltimo tercio, abrevi¨® antes de echarse fuera.
Ortega / Tato, D¨¢vila, Osorio
Toros de Gerardo Ortega, bravos y blandos 1? y 4?, rajados 2? y 5?, manejable el 3? y de media arrancada el 6?. El Tato: pinchazo, estocada ca¨ªda ladeada y tendida (ovaci¨®n y saludos); dos pinchazos, estocada desprendida (ovaci¨®n y saludos). D¨¢vila Miura: media baja, tres descabellos (ovaci¨®n y saludos); estocada contraria (dos orejas). Rafael Osorio: pinchazo, estocada ca¨ªda (oreja); estocada fulminante (dos orejas). Plaza de Jerez. 15 de mayo. 1? de feria. Alrededor de un cuarto de entrada.
Me atrever¨ªa a decir que El Tato se gust¨® en las ver¨®nicas con las que recibi¨® al que abr¨ªa feria, que tuvieron buen trazo aunque poca sustancia. El toro, un gal¨¢n bravo y blando, se fue al suelo en banderillas. El Tato empez¨® a media altura, levant¨® la mano en la primera serie, se despidi¨® del toro en cada pase de pecho y, de improviso, en la segunda serie, cuaj¨® un pase. Despu¨¦s, la nada. En el cuarto se super¨® en los naturales de circunvalaci¨®n que provocaron el bostezo salvaje de la concurrencia.
Rafael Osorio, a porta gayola, endilg¨® tres largas, ce?idas y de susto, estuvo voluntarioso con el capote y se qued¨® a medias con la muleta. Se entreg¨® al matar al sexto.
Babelia
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