La m¨¢quina de torear
Va El Juli por los ruedos espa?oles, franceses y americanos, de feria en feria, y cuando llega a las plazas enchufa la m¨¢quina de torear. Es asombrosa la capacidad de aguante de este hombre -El Juli ya ha dejado de ser un ni?o- para hacer todo lo que hace, sin soluci¨®n de continuidad, desde que recibe de salida al toro con el capote hasta que termina tumbando a sus dos enemigos de sendos estoconazos. Ayer, en Talavera, aprovech¨® las condiciones de sus toros, los exprimi¨® hasta la ¨²ltima gota y se llev¨® cuatro orejas sin despeinarse.
Su primer toro no ten¨ªa mucha presencia, pero s¨ª casta y bravura. Puso El Juli en marcha la m¨¢quina y all¨ª vimos ver¨®nicas ganando terreno y mandando en la embestida, navarras ligadas con tafalleras en el quite, su habitual barullo, siempre perseguido por el toro y con tres peones al quite en el tercio de banderillas y una faena de muleta, mec¨¢nica, r¨¢pida, sin dar sosiego al toro. Ligaba y ligaba El Juli los pases sin que se le fuera un pie, dejando el toro a la salida de los pases en el sitio justo para engancharlo despu¨¦s. Hubo un afarolado ligado con un pectoral. Resucit¨® aquel pase del reloj que daba C¨¦sar Gir¨®n, se llev¨® el toro al tercio, para matarlo, con ligados pases del desprecio... Y, a todo esto, el p¨²blico con la baba ca¨ªda.
Zalduendo / V¨¢zquez, Ponce, Juli
Toros de Zalduendo, desiguales de presencia y fuerza, encastados. 2? y 3?, anovillados. 6?, aborregado. Al 5? se le dio la vuelta al ruedo y el mayoral fue paseado a hombros al final del festejo. Curro V¨¢zquez: cuatro pinchazos y bajonazo (algunos pitos); tres pinchazos, estocada corta y rueda de peones que tumba al toro (pitos). Enrique Ponce: estocada corta ca¨ªda (oreja); dos pinchazos -aviso con mucho retraso- y estocada desprendida (oreja). El Juli: estocada corta perdiendo la muleta (dos orejas); media estocada (dos orejas). Ponce y El Juli salieron a hombros. Se guard¨® un minuto de silencio por el aniversario de la muerte de Gallito. Plaza de Talavera, 16 de mayo. 2? corrida de las Fiestas de San Isidro. Casi lleno.
El sexto fue un toro de distinta condici¨®n. M¨¢s suave y parado en el tercio final. El Juli, que brind¨® a su maestro Gregorio S¨¢nchez, le sac¨® todos los muletazos que ten¨ªa y, agotado ya el morlaco, se plant¨® entre los pitones, con angustioso encimismo y lleg¨® a darle golpecitos con el muslo en los pitones. Otro torrente de baba en los tendidos, naturalmente.
Pasi¨®n
Si El Juli tiene una m¨¢quina, Enrique Ponce tiene una pasi¨®n desatada por el toreo. Se nota que disfruta una barbaridad toreando. Tuvo la suerte de que le tocara el quinto, que embisti¨® con casta y nobleza, sin reposo alguno. Ponce tir¨® de pl¨¢stica en los ayudados por bajo iniciales y aunque al principio no logr¨® acoplarse y bail¨® un poquito, se centr¨® despu¨¦s y llev¨® a cabo un toreo mand¨®n con la derecha y en series interminables con la izquierda, modelo de temple y gusto. Los pases de pecho, interminables. Tan feliz estaba el torero, que cuando se tir¨® a matar, hab¨ªan transcurrido m¨¢s de 12 minutos desde el inicio de la faena. Al retirarse a las tablas, tras la vuelta al ruedo, llevaba encima una borrachera de toreo.
En cambio, en el segundo, estuvo desdibujado. El torito era muy flojo y el torero llev¨® siempre el enga?o rematando hacia arriba y con muchas carreritas entre pase y pase.
A Curro V¨¢zquez se le vio poco animoso ante la casta y los problemas de sus enemigos. Los mejores momentos de su labor fueron los lances con los que recogi¨® al cuarto y el inicio de la faena a este mismo toro, en el que dej¨® unos derechazos con mando y seguridad. Despu¨¦s, al emplear la izquierda, como el toro se quedaba corto, el torero escurri¨® el bulto. En el primero, que era muy flojo y ten¨ªa un molesto cabeceo, estuvo decidido y con la muleta adelantada, entre las exigencias del p¨²blico. A pesar de los problemas, V¨¢zquez consigui¨® llev¨¢rselo en los pases naturales hasta que el toro se agot¨®.
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