Una asignatura pendiente en democracia
Los trabajadores sociales piden la licenciatura para dirigir equipos y proyectos de investigaci¨®n
'Los problemas siempre tienen un origen social', sostiene Marisa Vallina, del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Valencia. Aunque, reconoce, que los gobiernos no siempre comparten esta percepci¨®n de los conflictos sociales. 'A veces, se cree que un toxic¨®mano o un delincuente es lo que es porque s¨ª, y se les considera v¨ªctimas, sin que se reflexione acerca de la importante parte de responsabilidad que tiene la sociedad, y se aborde el tema desde un punto de vista multidisciplinar y comunitario', explica Villana, en el marco de unas jornadas organizadas por la Facultad de Ciencias Sociales de Valencia que lidera -en coordinaci¨®n con el resto de facultades espa?olas- la campa?a para reivindicar la transformaci¨®n de la diplomatura de Trabajo Social en licenciatura. Un instrumento jur¨ªdico sin el cual los 50.000 profesionales que est¨¢n en activo en los servicios sociales que existen en Espa?a no pueden dirigir sus propios grupos de trabajo ni acceder a un doctorado ni configurar grupos de investigaci¨®n. La implantaci¨®n de la licenciatura de Trabajo Social se apoya en s¨ª misma en la larga lista de directrices europeas e internacionales, como la Declaci¨®n conjunta de los Ministros de Educaci¨®n de la Uni¨®n Europea (Bolonia, junio de 1999) o la propia recomendaci¨®n adoptada por el Comit¨¦ de Ministros del Consejo de Europa el 17 de enero de este mismo a?o. El documento europeo reconoce, textualmente, que 'las transformaciones pol¨ªticas y sociales, as¨ª como el alcance y la rapidez con que se producen estos cambios -paro, pobreza, inmigraci¨®n, presiones sobre las relaciones familiares, racismo, xenofobia- est¨¢n creando tensiones en la sociedad que contribuyen a la inestabilidad'. En este contexto, la Comisi¨®n Europea subraya en su ¨²ltima recomendaci¨®n que 'el trabajo social favorece la cohesi¨®n en periodos de cambio y ayuda a proteger a los miembros m¨¢s vulnerables de cada comunidad'. En palabras del decano de la Facultad de Ciencias Sociales de Valencia, Ernest Garc¨ªa, la carrera por la consecuci¨®n del estatus de licenciatura 'es un proceso t¨ªpico de constituci¨®n de una profesi¨®n en una democracia'. El decano valenciano se muestra optimista y subraya el compromiso personal mostrado por el rector Pedro Ruiz a favor de la licenciatura. 'La culminaci¨®n, como el ¨²ltimo paso de un proceso de normalidad profesional, puede tardar m¨¢s o menos, pero es inevitable', sostiene Garcia. La utilidad de trabajo social se est¨¢ convirtiendo, en un momento de grandes tensiones y contradicciones -como ha quedado de manifesto, por ejemplo, a la hora de aplicar la pol¨¦mica Ley de Extranjer¨ªa y de abordar la integraci¨®n de los extranjeros- en la gran asignatura pendiente de la democracia. Para Soraia Ti?ana, trabajadora social de AMBIT, asociaci¨®n que se dedida a la reinserci¨®n social de presos; Leonor Guzm¨¢n, del ¨¢rea de Atenci¨®n al Inmigrante del Ayuntamiento de Pu?ol; Amparo Aliaga, del ¨¢rea de Atenci¨®n al Detenido, o Beatriz Montes, de los servicios de atenci¨®n psicopedag¨®gia SPEs de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, la dificultad nace de la imposibilidad de los diplomados para dirigir sus propios grupos de trabajo, debiendo estar dirigidos por un licenciado en Psicolog¨ªa o Sociolog¨ªa. Ello impide, adem¨¢s, acceder a puestos en la Administraci¨®n catalogados como nivel A, y a diversas ¨¢reas, direcciones generales o jefaturas, para las que se exige de una licenciatura para poder ocupar un puesto de direcci¨®n. Estos obst¨¢culos, que limitan la capacidad de gesti¨®n en la pr¨¢ctica laboral diaria, no son los ¨²nicos. Vallina subraya -en plena sinton¨ªa con las recomendaciones europeas- que 'se necesitan profesionales cada vez m¨¢s formados y licenciados que puedan especializarse en sus respectivos campos como doctores'. Hoy por hoy, la imposibilidad de completar los estudios de doctorado o de acceder a proyectos de investigaci¨®n, sin tener que adscribirse a grupos de sociolog¨ªa o psicolog¨ªa, impide el desarrollo de esta profesi¨®n en franca contradicci¨®n con la apuesta de la UE que reconoce que 'la naturaleza del Trabajo Social profesional requiere el m¨¢s alto nivel de responsabilidad en la toma de decisiones'. De esta forma, para abordar el nivele de competencia con eficacia y rigor, la UE pide a los estados miembros 'el perfeccionamiento de los trabajadores sociales a todos los niveles, promover la contrataci¨®n de estudiantes, personal docente y t¨¦cnicos en la elaboraci¨®n de los planes de actuaci¨®n y, sobre todo, proporcionar la formaci¨®n profesional adecuada'. Lejos han quedado los a?os, bajo la dictadura franquista, en que los estudios de Trabajo Social, que se impart¨ªan en las escuelas diocesanas dependientes del Arzobispado, fung¨ªan como un ap¨¦ndice m¨¢s de las extintas Secciones Femeninas. Julia Garc¨ªa ?lvarez, la presidenta del Consejo de Colegios Oficiales de Trabajadores Sociales, recuerda la dura traves¨ªa en el desierto para consolidar una profesi¨®n clave en la sociedad actual, desde la creaci¨®n de la Escuela Universitaria de Trabajo Social de Valencia, aprobada por la Diputaci¨®n provincial el 20 de agosto de 1985 que, si bien le di¨® carta de naturaleza universitaria, no le concendi¨® la mayor¨ªa de edad. 'Tenemos un techo y unos l¨ªmites impuestos desde fuera, que tenemos que romper: hacen falta doctorados en Trabajo Social y necesitamos que las investigaciones que hacemos tengan reconocimiento oficial', resume la directora del departamento, Paloma Escriv¨¢.
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