Humo habano
Se celebran estos d¨ªas conferencias y otros actos para promocionar el puro habano entre los consumidores, en especial los asiduos de los restaurantes. La fama parece situar al puro habano despu¨¦s de una comida o cena alejada de la cicater¨ªa. Siempre de menor tama?o despu¨¦s de las comidas que de las cenas, por aquello del tiempo disponible antes de volver al trabajo quienes deban o quieran hacerlo y, dependiendo de esa misma circunstancia, con distintas potencias en el sabor del tabaco. Por lo general acompa?ando a un alcohol, para calentar la boca antes de que ¨¦sta entre en contacto con el humo embriagador.
Todas ¨¦stas, y algunas exquisiteces m¨¢s suelen chocar con la cruda realidad cuando de habanos se trata. El objeto del culto, el cigarro presentado al consumidor, suele adolecer de algunos defectos que lo hacen infumable; o bien sus hojas est¨¢n tan apretadas que se impide la absorci¨®n por una boca normal, o bien el grado de humedad por defecto o por exceso impide la correcta quema del tabaco.
Y de forma lamentable de casi todas ellas tiene la culpa el importador, que no atiende la calidad del producto cuando lo adquiere, pese a los exorbitantes precios y, de otro lado, ha facilitado a los hosteleros expendedores unas vitrinas exhibidoras, con fachada de cristal que sacan al m¨¢s pinturero de los habanos.-
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