La espantada del Banco Mundial
La antiglobalizaci¨®n, con todas las simplificaciones que pueda conllevar, act¨²a como causa para las nuevas generaciones. Es bueno que haya un espacio para la transgresi¨®n, sin necesidad de hacerse 'skin'
El Banco Mundial se ha arrugado. Las instituciones catalanas respiran. La conferencia sobre econom¨ªa del desarrollo que deb¨ªa realizarse en Barcelona a finales de junio se ha suspendido. En privado, las autoridades catalanas dec¨ªan que hab¨ªa sido un regalo envenenado de Rodrigo Rato. La sombra de Seattle y de Praga planeaba sobre el acontecimiento. ?Habr¨¢ l¨ªo? Se lo damos a Barcelona. Ya estaban las autoridades metidas en preparativos: el Ayuntamiento lanzando cables a las organizaciones contestatarias, la polic¨ªa limpiando pisos ocupados. El Banco Mundial se ha asustado y lo ha dejado para otra ocasi¨®n. En Praga lo pasaron muy mal, dicen.
Los movimientos antiglobalizaci¨®n hablan de ¨¦xito sin precedentes. Y tienen raz¨®n: han ganado literalmente sin bajar del autocar. ?De qu¨¦ naturaleza es una organizaci¨®n internacional que se esconde ante la contestaci¨®n? No voy a ironizar -aunque se presta- sobre la cobard¨ªa de los altos gestores del capitalismo global. Pero hay que preguntar: ?d¨®nde est¨¢ la pol¨ªtica? Dicen que los textos del debate podr¨¢n consultarse en la red. Bien est¨¢ que la red se vaya convirtiendo en territorio de confrontaci¨®n de ideas. Pero hay algo a lo que no se debe renunciar nunca en pol¨ªtica: la relaci¨®n presencial, por m¨¢s que el poder tienda cada vez m¨¢s a parapetarse detr¨¢s de los l¨²menes y los p¨ªxels. Dicen tambi¨¦n que la conferencia era de segundo rango y que no ten¨ªa car¨¢cter decisorio alguno: un simple intercambio de ideas no merec¨ªa un gran jaleo.
En cualquier caso, el Banco Mundial hab¨ªa convocado la conferencia y el Banco Mundial la ha desconvocado por la presunta presi¨®n de la calle. Un ensayo, seg¨²n dec¨ªan los organizadores de las acciones antiglobalizaci¨®n, para otras convocatorias m¨¢s importantes. La decisi¨®n del Banco Mundial delata una p¨¦sima lectura de lo que significa el movimiento antiglobalizaci¨®n. Al suspender la conferencia lo que han hecho es tomar un epifen¨®meno -las acciones callejeras violentas- como la totalidad del movimiento. Y ¨¦ste es el error. Porque, guste o no, el movimiento antiglobalizaci¨®n, en sus enormes contradicciones, es mucho m¨¢s que su cara violenta. Y es sintom¨¢tico de muchas cosas que una instituci¨®n que pretende gobernar la globalizaci¨®n no puede olvidar.
No hace falta repetir, por sabido, que el movimiento antiglobalizaci¨®n re¨²ne grupos extremadamente diversos y en algunas cosas radicalmente opuestos en sus posiciones ideol¨®gicas. En el estado actual, sus planteamientos coinciden en lo que est¨¢n en contra m¨¢s que en lo que est¨¢n a favor. Pero la misma diversidad compositiva de la movida antiglobalizaci¨®n hace m¨¢s absurda la reacci¨®n del Banco Mundial. Porque lo importante es entender este movimiento como s¨ªntoma de un malestar extendido: la sensaci¨®n de que no hay control pol¨ªtico de la globalizaci¨®n y de que ¨¦sta genera desigualdades irreversibles y destrucci¨®n creciente del entorno. Todo puede discutirse, incluso el diagn¨®stico. Lo que no puede hacerse es ignorar que hay un rechazo al modo en que se est¨¢n haciendo las cosas.
El mundo es m¨¢s peque?o: la realidad geogr¨¢fica de la globalidad nadie la niega. Es m¨¢s f¨¢cil que nunca trasladarse de un extremo al otro de la Tierra y es instant¨¢nea la comunicaci¨®n a distancia. Que el sistema capitalista ha cambiado de escala -no es la primera vez- es un dato de la realidad. Otra cosa es hacer de ello una ideolog¨ªa: el globablismo. Y es ante esta ideolog¨ªa que aparece el antiglobalismo. La resoluci¨®n de la guerra fr¨ªa y la suspensi¨®n de juicio por parte de la izquierda que ha vivido un mont¨®n de a?os practicando el seguidismo de la derecha aun a riesgo de dejarse desmantelar el Estado del bienestar ha hecho creer que hab¨ªa una sola manera de hacer las cosas. Y de ella sab¨ªan y decid¨ªan los expertos de instituciones como el Banco Mundial y el FMI. La manera con la que desde ellas se ha condicionado la pol¨ªtica de algunos pa¨ªses, llev¨¢ndoles a ajustes radicales car¨ªsimos en costes humanos, ha dado alas a las voces del rechazo. Una de las expresiones es el movimiento antiglobalizaci¨®n.
Por lo menos hay tres razones para celebrar su existencia: advierten sobre el sue?o de imponer un modelo ¨²nico, demuestran que la sociedad es capaz de generar sus propias negatividades (lo cual es un s¨ªntoma de salud c¨ªvica) y ofrecen una causa a las nuevas generaciones. No me parece menor el ¨²ltimo de los tres argumentos. Muchos profesores constatan un cambio en la actitud de sus estudiantes en relaci¨®n con las cosas p¨²blicas. La antiglobalizaci¨®n -con todas sus contradicciones y confusiones- tiene elementos de llamada simples -ecolog¨ªa, tercer mundo, cr¨ªtica del sistema- cuyos efectos se est¨¢n notando en una politizaci¨®n de los j¨®venes. Al fin y al cabo m¨¢s disparatadas eran algunas de las utop¨ªas que nos movilizaron cuando ¨¦ramos j¨®venes. Es bueno para una sociedad que haya espacio para la transgresi¨®n sin necesidad de hacerse skin.
?Por qu¨¦ anula la conferencia el Banco Mundial? Si lo que se quiere es transmitir la imagen de que los movimientos antiglobalizaci¨®n son s¨®lo violencia es un disparate. Una estupidez que no hace sino reforzar a los sectores partidarios de las estrategias violentas. Los que m¨¢s p¨¢ginas en los medios de comunicaci¨®n consiguen y los que m¨¢s preocupan a las instituciones contestadas, a juzgar por la retirada del Banco Mundial.
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