'Votar en blanco prolongar¨¢ la incertidumbre'
En un pa¨ªs que 'pas¨® del pragmatismo al cinismo, del cinismo a la groser¨ªa y de la groser¨ªa a la pornograf¨ªa pol¨ªtica con Alberto Fujimori', lo que toca ahora es decidir. Y se decide votando. Mart¨ªn Bela¨²nde Moreyra, de 62 a?os, presidente de la Junta de Decanos del Colegio de Abogados de Per¨² e impulsor, desde su posici¨®n de jurista, de m¨²ltiples iniciativas para lograr la destituci¨®n del ex presidente (ahora pr¨®fugo en Jap¨®n) por incapacidad moral, considera 'err¨®neo, aunque respetable', apostar por el voto en blanco en la segunda vuelta de las elecciones, que ayer fue convocada para el 3 de junio.
'Nosotros pedimos la nulidad de las elecciones de abril del 2000 por fraudulentas e inconstitucionales, al plantearse la segunda reelecci¨®n de Fujimori. En ese momento s¨ª era una opci¨®n v¨¢lida'. Ahora la situaci¨®n es distinta. En el caso de que, como propugnan ciertos sectores de la sociedad peruana, triunfara el voto en blanco, 's¨®lo se conseguir¨ªa una nueva convocatoria de elecciones con los mismos actores y resultados parecidos [36,2% para Alejandro Toledo y 26,2% para Al¨¢n Garc¨ªa en la primera vuelta], lo que pol¨ªticamente no es pr¨¢ctico ni viable'.
Ese escenario es s¨®lo hipot¨¦tico, 'porque se necesita que dos tercios m¨¢s uno de los votos emitidos sean blancos, nulos o viciados para anular las elecciones; tendr¨ªan que ser 67 de 100, lo que no se va a producir'. Y adem¨¢s, eso s¨®lo conseguir¨ªa 'aplazar y prolongar la incertidumbre'. Justo lo que menos le conviene a un pa¨ªs econ¨®micamente d¨¦bil, en el que 'la opini¨®n p¨²blica y los agentes econ¨®micos est¨¢n, como dicen en Am¨¦rica, en una posici¨®n de wait and see'.
El ¨²nico remedio contra el escepticismo de una sociedad hastiada de corrupci¨®n despu¨¦s de una d¨¦cada de fujimorismo pasa por que el ganador de las elecciones consiga 'recuperar la credibilidad'. Y no lo podr¨¢ hacer s¨®lo. 'Tendr¨¢ que encontrar una salida pol¨ªtica a trav¨¦s de la concertaci¨®n. Los candidatos son rivales y adversarios, pero no necesariamente enemigos. Y tendr¨¢n que buscar una forma de integrar al perdedor, o al menos a fuerzas pol¨ªticas de distinto signo, como las que piden el voto en blanco'. El que salga de las urnas 'no puede ser un Gobierno partidista ni sectario, sino uno de amplia base sobre t¨¦rminos de consenso en pol¨ªticas econ¨®micas y sociales'. Eso depende de 'la grandeza de ¨¢nimo' de los contendientes, enzarzados ahora en una campa?a dura y repleta de descalificaciones personales.
Del debate que enfrent¨® cara a cara a los dos candidatos a la presidencia el pasado s¨¢bado han trascendido sobre todo los insultos: Toledo acus¨® a Garc¨ªa de corrupto y ¨¦ste tach¨® a su rival de cocain¨®mano. 'Pero tambi¨¦n se expusieron otros aspectos, como los respectivos programas econ¨®micos. Lo que ocurre es que el aspecto m¨¢s dram¨¢tico, y m¨¢s vendible, ha sido el de los ataques personales, que se pueden entender como un exceso de entusiasmo de los contendientes en un momento ¨¢lgido de la campa?a'.
En ese sentido, Bela¨²nde encuentra 'razonable' el sentimiento de decepci¨®n de ?lvaro Vargas Llosa, que hizo campa?a junto a Toledo y luego se divorci¨® de ¨¦l en medio de un cruce de acusaciones que le costaron incluso la desautorizaci¨®n de su padre, el escritor Mario Vargas Llosa, 'pero la pol¨ªtica va m¨¢s all¨¢ de las decepciones individuales y de las ambiciones propias'. Bela¨²nde transmite, a pesar de todo, un mensaje positivo: 'El proceso electoral que ha conducido el Gobierno de transici¨®n [que dirige el ex presidente del Congreso Valent¨ªn Paniagua] es limpio, justo e inobjetable'.
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