Pedaleando contra el dopaje
Un periodista de 'Le Monde' corre con profesionales para reivindicar el ciclismo
'Cuando llegaba a la cima del ¨²ltimo puerto del d¨ªa, a 140 kil¨®metros de la salida, a¨²n estaba solo en medio de la carretera. Los ni?os, los gendarmes y los viejos plantados al borde de la ruta me animaban. Me agarraba a la carretera, rugosa como una lengua de gato. Las pancartas anunciaban el alto, una ligera lluvia templada mojaba mis piernas. Comenc¨¦ el descenso y, de pronto, llegaron. Les precedieron las motos y los bocinazos imperiosos. Dos corredores, dos maillots que me parecieron formar una sola malla. Hubiera querido seguirles, pero iban demasiado deprisa. Mi lugar no estaba con ellos'. As¨ª contaba ayer Eric Fottorino el desenlace de su primera etapa como corredor especial en el Midi Libre, una prestigiosa carrera ciclista que comenz¨® el martes y terminar¨¢ el domingo.
Eric Fottorino es escritor y periodista, ha cumplido los 40 y trabaja desde hace a?os en el diario Le Monde como redactor jefe. Es un especialista en pol¨ªtica internacional, que sigui¨® la evoluci¨®n de la URSS de la perestroika, investig¨® en Panam¨¢ sobre el pasado del general Noriega, ha buscado en Libreville pruebas sobre la implicaci¨®n de Charles Pasqua en el tr¨¢fico de m¨¢quinas tragaperras o se ha paseado por el Hanoi poscomunista. Ninguno de esos viajes o experiencias vale lo que una etapa del Midi Libre.
Evidentemente, la participaci¨®n de Fottorino tiene un car¨¢cter especial. Especial porque sale una hora antes que los profesionales, ayudado por un grupo de aficionados que le marcan el ritmo, pero que le van abandonando a medida que la ruta se empina. ?l va a su aire, no pretende ganar nada, o mejor dicho, s¨ª. Quiere 'retrasar el instante del crep¨²sculo', sentirse vivo, notar el aire y la lluvia en el rostro, hacerse con 'el tiempo recuperado para afrontar m¨¢s tarde esos d¨ªas grises que tapizamos con recuerdos'.
Para Le Monde, la aventura de Fottorino tiene un significado singular. Hace tres a?os el peri¨®dico pidi¨®, en un editorial, que detuvieran el Tour. La sospecha de que todos los corredores se dopaban, de que ganaban los que lo hac¨ªan de manera m¨¢s moderna o imprudente, se hab¨ªa apoderado de la opini¨®n p¨²blica a ra¨ªz de descubrir que en las botellas del masajista del equipo Festina hab¨ªa de todo menos agua. Luego, el propio Le Monde, al convertirse en accionista mayoritario del diario Midi Libre, se transform¨® tambi¨¦n en responsable de la carrera que lleva el nombre del cotidiano de Montpellier. Fottorino corre porque de peque?o so?aba con Anquetil o Bahamontes, pero tambi¨¦n porque desea reivindicar el pedalear, el deporte como desaf¨ªo a los propios l¨ªmites, como otra manera, m¨¢s intensa, de ser humano.
'Antes de tomar la salida, Jimmy Casper, el sprinter, me ha dicho que me pusiera una bufanda para no resfriarme cuando me pasase el pelot¨®n', comenta divertido Fottorino, antes de a?adir que 's¨ª, hoy me han resfriado, pero poco'. Al llegar a meta el martes, el masajista del equipo que le acoge en su seno le dijo: 'Ahora necesitas una hora de masaje si ma?ana no quieres tener las patas de piedra. Si cada d¨ªa te estiras una hora despu¨¦s de la carrera, despu¨¦s de una semana es c¨®mo si hubieras ganado una noche de sue?o'. Es una vieja receta, sin EPO ni nandrolona, mero sentido com¨²n de quien lleva a?os tratando m¨²sculos fatigados.
Para el periodista-corredor, que descubre los efectos ben¨¦ficos del masaje, pero tambi¨¦n de un r¨¦gimen de gingseng y jalea real, este Midi Libre es la materializaci¨®n de viejos deseos. 'Cuando Laurent Fignon gan¨® su primer Tour yo obten¨ªa mi diploma de Ciencias Pol¨ªticas. Tenemos la misma edad y yo hubiera cambiado de buen grado mi t¨ªtulo por su jersey amarillo'. Ahora corre de blanco. Para que no le confundan con los profesionales, pero tambi¨¦n porque es, sin ostentaci¨®n, el heraldo del c¨®digo ¨¦tico que han tenido que firmar todos los corredores que participan en las grandes competiciones ciclistas galas. 'Contra el enga?o, la corrupci¨®n y todo tipo de manipulaci¨®n destinada a conseguir la victoria por medios que no son los propios del deporte'.
El vencedor de la etapa, J¨ºrome Bernard, primer l¨ªder del Midi Libre, estrech¨® la mano de Fattorino una vez que ¨¦ste cruz¨® la meta, pocos minutos despu¨¦s que el pelot¨®n. 'Ah¨ª est¨¢bamos los dos, ¨¦l, ganador, de amarillo, y yo, el ¨²ltimo, el farolillo rojo, al fin en la misma carrera'. S¨®lo que la de Fottorino durar¨¢ siempre algunas horas m¨¢s que la de los profesionales, no en vano ¨¦l madruga para salir antes, para creerse escapado, l¨ªder imaginario de una carrera en la que, en realidad, est¨¢ solo, luchando contra s¨ª mismo, contra el crep¨²sculo.
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