Nuevos soldados se incorporan a la lucha antidroga, en medio de un debate sobre la validez de la fumigaci¨®n en Colombia
Luego de un duro entrenamiento con instructores de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, 698 hombres del Ej¨¦rcito se graduaron ayer jueves como miembros del tercer Batall¨®n Antinarc¨®ticos. En pocos d¨ªas estos militares entrar¨¢n a ser protagonistas de la estrategia enmarcada dentro del llamado Plan Colombia para combatir el negocio de la droga.
El acto de graduaci¨®n se realiz¨® en la base de Larandia, en la provincia del Caquet¨¢ a pocos kil¨®metros de la zona donde FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y Gobierno tratan, desde hace dos a?os largos y sin mayores avances, de encontrar un camino a la paz. Estuvo presidido por el alto mando militar del pa¨ªs y el jefe del comando sur norteamericano.
"Esto hace un a?o era un sue?o. Hoy es una realidad que estamos cumpliendo al l00%", dijo optimista el general Mario Montoya, comandante de los tres batallones -en total tres mil hombres- de esta brigada de fuerza especializada con la que el Ej¨¦rcito se involucr¨® en una lucha que antes era exclusiva de la polic¨ªa antinarc¨®ticos.
Parte de su tarea es apoyar las aspersiones que hacen aviones operados por contratistas norteamericanos sobre los cultivos de coca y amapola.
Los dos primeros batallones participaron, entre diciembre de 2000 y marzo de este a?o en 75 operaciones en las que se erradicaron 30.000 de las 75.000 hect¨¢reas de coca existentes en las provincias Caquet¨¢ y Putumayo, donde hay fuerte presencia de guerrilla y paramilitares.
La incorporaci¨®n de estos nuevos soldados coincide con el resurgimiento del debate sobre la eficacia de la fumigaci¨®n y en medio de una gran confusi¨®n por diferentes cifras sobre cultivos il¨ªcitos.
La revista Cambio de la semana anterior revel¨® un dato alarmante: En el a?o 2000 se fumigaron 58.000 hect¨¢reas de coca y amapola; sin embargo, el ¨¢rea de estos cultivos paso de 103.000 hect¨¢reas, a finales de 1999, a m¨¢s de 162 mil. "Un aumento del 60% que evidencia un rotundo fracaso de la represi¨®n antidrogas basada en fumigaci¨®n por aspersi¨®n y que plantea serios interrogantes sobre el futuro de la estrategia y del propio Plan Colombia", dice la revista.
Las cifras, dicen, son el resultado de la operaci¨®n del Sistema Integral de Monitoreo de cultivos il¨ªcitos creado por el gobierno y la Onu.
Para el comandante de las fuerzas militares, general Fernando Tapias esta informaci¨®n es errada. Seg¨²n ¨¦l, el crecimiento ha sido solo del 2%. En el acto de ayer en Larandia asegur¨® que es necesario esperar hasta diciembre de este a?o para hacer las primeras mediciones y constatar si ha sido o no efectiva la acci¨®n del Ej¨¦rcito en la lucha antidrogas.
Y no es el ¨²nico pero a esta estrategia que pretende acabar en 5 a?os con al menos la mitad de los plant¨ªos ilegales. El martes en un debate en el Congreso Eduardo Cifuentes Defensor del Pueblo fue enf¨¢tico: "continuar fumigando es irresponsable". La raz¨®n para su afirmaci¨®n es la falta de un plan de manejo ambiental que mitigue los efectos del glifosato, sobre personas , animales y vegetaci¨®n. "Los efectos sobre la naturaleza siguen siendo inciertos", dijo Cifuentes .
Ayer jueves, mientras en el Caquet¨¢ se daba la graduaci¨®n militar, en el Congreso se debat¨ªa la posibilidad de conformar un bloque de los pa¨ªses productores de coca para hacer contrapeso a los imposiciones de Estados Unidos.
Rafael Orduz, uno de los promotores del foro asegur¨® que lo triste de la puesta en marcha del tercer Batall¨®n Antinarc¨®ticos es "la combinaci¨®n fatal de combates militares con erradicaci¨®n forzad", porque ¨¦sta, como est¨¢ planteada, tiene efectos de desplazamiento de peque?os cultivadores que tienen que huir.
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