Cuentas p¨²blicas
La desaceleraci¨®n en la recaudaci¨®n tributaria durante el primer cuatrimestre de este a?o no va a impedir, seg¨²n el Gobierno, alcanzar el objetivo de equilibrio presupuestario al final de a?o para el conjunto de las administraciones p¨²blicas. El super¨¢vit, que en t¨¦rminos de contabilidad nacional alcanz¨® algo m¨¢s de un bill¨®n de pesetas en esos cuatro meses, se queda en un peque?o d¨¦ficit de 3.000 millones cuando se mide por criterio de caja. Es una evoluci¨®n satisfactoria que aporta un super¨¢vit en las arcas del Estado similar al de igual periodo del a?o anterior en t¨¦rminos de PIB, pero en modo alguno extrapolable al conjunto del ejercicio econ¨®mico.
Si el debilitamiento del crecimiento econ¨®mico en Europa se acent¨²a, la econom¨ªa espa?ola puede acusarlo en mayor medida que hasta ahora. La consecuencia m¨¢s inmediata ser¨¢ una ca¨ªda en la recaudaci¨®n, pero ya no s¨®lo de la imposici¨®n indirecta, como la percibida hasta abril de este a?o a ra¨ªz del menor consumo, sino en las figuras impositivas que giran directamente sobre la renta de las personas o el beneficio de las empresas. El menor ritmo de creaci¨®n de empleo ya observado en los tres primeros meses y la relativa moderaci¨®n salarial no permiten un excesivo optimismo sobre la generaci¨®n de ingresos directos. Alcanzar el d¨¦ficit cero propuesto va a exigir, por tanto, un esfuerzo mayor en el ajuste presupuestario de las restantes administraciones p¨²blicas, comunidades aut¨®nomas y ayuntamientos. Una tarea que en algunas de ellas no ser¨¢ precisamente f¨¢cil.
La estabilidad presupuestaria es conveniente y sobran evidencias que aconsejan su asunci¨®n como principio gu¨ªa en la Administraci¨®n p¨²blica, pero eso no es sin¨®nimo de necesidad absoluta de cuadrar los ingresos con los gastos p¨²blicos. La posici¨®n c¨ªclica de las econom¨ªas o los d¨¦ficit de dotaci¨®n de capital p¨²blico deber¨ªan actuar como mecanismos m¨¢s que matizadores de esa suerte de obsesi¨®n aritm¨¦tica. Las dificultades que est¨¢ encontrando el Gobierno para el apoyo del proyecto de ley de estabilidad presupuestaria y su correspondiente traslaci¨®n a las comunidades aut¨®nomas, incorporando literalmente esa pretensi¨®n de equilibrio presupuestario, parece derivarse de la desconfianza, m¨¢s que de los deseos de flexibilidad y prudencia que han de guiar las actuaciones en cualquier nivel de gobierno o la necesaria adecuaci¨®n a las exigencias derivadas de nuestra pertenencia al euro.
La l¨®gica econ¨®mica m¨¢s estricta, la regla de oro de las finanzas p¨²blicas, indica que la buena administraci¨®n no s¨®lo no est¨¢ re?ida con el endeudamiento, siempre y cuando sea para un destino claramente productivo, sino que en ocasiones es realmente lo aconsejable, especialmente en aquellas regiones o pa¨ªses en los que hay un d¨¦ficit de capital p¨²blico importante. Ser¨ªa deseable que la tramitaci¨®n parlamentaria de ese proyecto de ley posibilitara un debate m¨¢s rico que el de la pura intransigencia. La pedagog¨ªa presupuestaria no pasa necesariamente por la prohibici¨®n de gastar, sino por hablar de la eficacia de ese gasto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.