Redecorar
La vida ya no es lo que era. Toda la vida hemos escuchado esta melanc¨®lica protesta que atribu¨ªa al presente peores condiciones que al pasado o que necesitaba hacer constar, pesarosamente, cu¨¢nto hab¨ªan cambiado las amables cosas de ayer. Ahora, sin embargo, lo temible es sentirnos inmutados, acechados por la amenaza de la mismidad. Por todas partes se atiende a gentes que est¨¢n tratando de modificar su vida, redise?ar sus metas, transformar sus deseos, actualizar sus vicios, revisar su car¨¢cter, sus horarios y su decoraci¨®n interior.
Ikea lanz¨® recientemente un eslogan que dec¨ªa: 'Ten un hijo, redecora tu vida'. O tambi¨¦n: 'C¨¢sate de nuevo, redecora tu vida'. No se puede tener sin cesar la misma casa, pero tampoco al mismo habitante dentro. Redec¨®rate, dice Ikea: un hijo, una separaci¨®n, un cambio de trabajo, una terapia, un implante de pelo, cualquier giro es urgente para no sufrir la sensaci¨®n de estar condenado a estrellarse en el infierno de la repetici¨®n.
La vida, como los dem¨¢s objetos, grandes y peque?os, caros y baratos, ha dejado de ser un bien para siempre. Se trata de un objeto m¨¢s y no debe aceptarse, dentro del sistema, una vida para toda la vida. Cada dos por tres se cambia de moda, de vecinos, de vocaci¨®n, y el lote se toma como una redecoraci¨®n salvadora. La vida en s¨ª misma, la vida a secas, cansa m¨¢s que nunca y es necesario ali?arla, porque pocas veces como hoy se ha sentido m¨¢s la pesantez de la identidad. La vida sigue pareciendo demasiado corta, pero progresivamente m¨¢s larga para aguantarse en una sola edici¨®n de s¨ª, afrontando la fatiga de ser una y otra vez el sujeto conocido de los a?os o la temporada anterior.
Los profesionales de la publicidad, convertidos en los exactos psicoanalistas de nuestro tiempo, saben de este oscuro cansancio del yo. Frente a la ol¨ªmpica idea de llegar a ser uno mismo, el ideal ahora es llegar a ser uno distinto y en surtida amenidad. ?Casarse de nuevo? ?Redecorar la casa? ?Operarse los p¨¢rpados? ?Cambiar de t¨®nica? ?Adelgazar diez kilos? ?Viajar a la Amazonia? ?Adoptar un ni?o? ?Aprender chino? Cualquier cosa antes que prorrogar la fastidiosa monogamia del yo.
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