Marbella, ciudad abierta
Extranjeros procedentes de m¨¢s de un centenar de pa¨ªses viven en este municipio de la Costa del Sol
Marbella ha sido desde su despegue tur¨ªstico, en los a?os sesenta, punto de encuentro de ciudadanos de distintos pa¨ªses. La llegada a su costa de extranjeros procedentes de distintos puntos del planeta supera en la actualidad las previsiones m¨¢s optimistas, y seg¨²n el responsable de inmigraci¨®n del sindicato CC OO, Hamido Hamed, en Marbella conviven hoy por hoy 160 nacionalidades distintas. 'M¨¢s que en ning¨²n otro municipio espa?ol', dice. El grueso lo constituyen ingleses, alemanes y magreb¨ªes, a los que siguen de cerca holandeses, escandinavos y filipinos.
Dar una cifra aproximada sobre su n¨²mero es una tarea del todo imposible. Los motivos son diversos: muchos de ellos carecen de permiso de residencia o no est¨¢n empadronados o simplemente no tienen papeles. Los hay que prefieren pasar desapercibidos, como los rusos, y tambi¨¦n est¨¢n los que por motivos fiscales o para no perder la conexi¨®n con sus pa¨ªses de origen no tienen la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n en figurar en el censo de la ciudad, que cuenta con poco m¨¢s de 100.000 habitantes de derecho. Una cantidad que se duplica si se tiene en cuenta la poblaci¨®n flotante, y que en los meses de verano puede llegar a alcanzar el medio mill¨®n de habitantes.
Lo cierto es que nadie se atreve a aventurar un n¨²mero sin advertir sobre 'errores' m¨¢s que probables. El baile de cifras es tremendo. El presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Extranjeros de la Costa del Sol (Faecosol), Ricardo S¨¢nchez Bocanegra, sit¨²a entre 100.000 y 150.000 el n¨²mero de ciudadanos de otros pa¨ªses, tanto comunitarios como no comunitarios, que hay en Marbella. Hamed considera esta cifra desorbitada, y sostiene que los extranjeros no superan los 15.000; mientras que la presidenta local del PP, ?ngeles Mu?oz, opina que son alrededor de 50.000. La realidad es que tan s¨®lo unos 7.000 figuran en el censo.
Sea cual sea su n¨²mero, en el municipio no se registran en general brotes de xenofob¨ªa. 'La gente lleva muchos a?os conviviendo con extranjeros y esto favorece sin duda la integraci¨®n'' apunta Hamed, que cree que habr¨ªa que aprovechar esta experiencia como ejemplo para el resto del pa¨ªs. S¨®lo recuerda un periodo negro, entre los a?os 1992 y 1997, en el que se presentaron 400 denuncias por malos tratos de inmigrantes contra la Polic¨ªa Local. No todos los extranjeros vienen a Marbella por turismo, comenta Hamed, buscando sol y playa. Las diferencias las marcan principalmente su nivel econ¨®mico.
'Aqu¨ª hay tres tipos de inmigrantes: los muy ricos, a los que no les interesa ni les hace falta hablar el espa?ol, porque pueden contratar un int¨¦rprete; los que intentan integrarse y aprender el idioma; y los que como yo trabajan 12 horas al d¨ªa y no tienen tiempo para estudiar la lengua', dice Cheikh, de 28 a?os, uno de los 300 mauritanos que trabajan en las obras del Palacio del Rey Fahd. Cheikh cuenta con permiso de trabajo, lo que no sucede en muchos casos.
El problema es que la tramitaci¨®n de los papeles dura entre un a?o y a?o y medio, se?ala S¨¢nchez Bocanegra, que culpa a la Administraci¨®n de muchas de las infracciones que cometen los inmigrantes que se encuentran en situaci¨®n ilegal y que sin embargo tienen una oferta de empleo. En cualquier caso, la demanda de trabajadores en Marbella es m¨¢s que evidente. Hamido Hamed asegura que se solicitan una media de 50 permisos de trabajo diarios.
El municipio cuenta con un gran n¨²mero de colegios biling¨¹es e incluso guarder¨ªas. Hay varias mezquitas y no son pocos los medios de comunicaci¨®n dedicado a los extranjeros. Hay radios locales que emiten en ingl¨¦s y alem¨¢n; revistas y semanarios en diferentes idiomas e incluso una televisi¨®n ¨¢rabe. Todo eso sin contar que en cualquier quiosco se puede adquirir prensa de un gran abanico de pa¨ªses. Adem¨¢s en los ¨²ltimos a?os han proliferado las asociaciones de extranjeros.

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