En el nombre del padre
El hijo de Samaranch tiene en contra su apellido, pero no le faltan m¨¦ritos para ser miembro del COI seg¨²n la historia y el bajo nivel general
Juan Antonio Samaranch dejar¨¢ de ser presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional el 16 de julio, en Mosc¨², 21 a?os despu¨¦s de haber sido elegido en la misma ciudad. Al d¨ªa siguiente cumplir¨¢ 81 a?os y ser¨¢ ya uno de los miembros honorarios, figuras decorativas del organismo. Pero, en el fondo, Samaranch no ser¨¢ uno m¨¢s. Nunca lo podr¨¢ ser ya. Vivir¨¢ de los recuerdos y del peso de su p¨²rpura; del prestigio y de las cr¨ªticas por una obra discutible, pero que gracias a ¨¦l es muy diferente a la que se encontr¨®. Como cualquier hombre p¨²blico, Samaranch ha vivido luces y sombras, amores y odios, y tomado decisiones a veces pol¨¦micas. La ¨²ltima, la propuesta de su hijo, Juan Antonio Samaranch Salisachs, como candidato a miembro del COI.
La comisi¨®n ejecutiva, el m¨¢ximo ¨®rgano directivo, con cuatro vicepresidentes y diez miembros presididos por Samaranch, escogi¨® el pasado d¨ªa 17 a su hijo con otros seis candidatos entre 76 recomendados por distintas v¨ªas. 'Os pido un ¨²ltimo favor: recibir a mi hijo, que creo re¨²ne los m¨¦ritos para estar en el COI', les dijo. Apenas hubo oposici¨®n. S¨®lo se plante¨® la oportunidad del momento por las cr¨ªticas que podr¨ªa causar. Pero esperar un a?o, ya sin la presencia del padre, podr¨ªa ser a¨²n menos oportuno si de lo que se trataba era de sacar adelante la proposici¨®n. Y se aprob¨®. Hasta ahora, ning¨²n candidato propuesto ha sido rechazado. A Samaranch Salisachs le bastar¨¢ en julio la mayor¨ªa simple de los miembros, 122, si no hay ausencias. Seg¨²n su costumbre, su padre no votar¨¢. Pero ser¨ªa curioso que eso influyera. El pago por los servicios prestados a Samaranch es mucho mayor de lo imaginable en cualquier otro estamento. Si el COI est¨¢ donde est¨¢, con su enorme poder econ¨®mico y medi¨¢tico desde su pureza inicial, es por su sistema. ?Lo habr¨ªa logrado con las normas democr¨¢ticas que hubieran evitado las censuras?
Cooptar es llenar las vacantes que se producen en el seno de una corporaci¨®n mediante el voto de los integrantes de la misma. El COI ha llevado la cooptaci¨®n a sus m¨¢s altas cotas, a su f¨®rmula clave de Estado. No s¨®lo votan sus miembros, sino que ellos mismos se proponen. Es la endogamia ol¨ªmpica, que s¨®lo en los tiempos recientes se ha abierto a personas m¨¢s relevantes en el deporte, no s¨®lo arist¨®cratas, pol¨ªticos o ricos aunque siga habi¨¦ndolos. Pero el conjunto siempre queda lejos del un hombre o un pa¨ªs, un voto. A su estilo, al COI no le ha ido mal.
?Merece Samaranch Salisachs ser miembro del COI? ?Supone un caso de nepotismo? La Monarqu¨ªa de los Samaranch, como se podr¨ªa catalogar, tiene luces y sombras. En principio, la decisi¨®n induce a pensar lo peor, pero en su ¨¢mbito adquiere matices. El hijo de Samaranch, de 41 a?os, lleva casi la mitad de su vida ligado a la Uni¨®n Internacional de Pentatl¨®n Moderno y los ¨²ltimos ocho a?os como vicepresidente. El pentatl¨®n -esgrima, nataci¨®n, tiro, h¨ªpica y cross- es uno de los deportes ol¨ªmpicos cl¨¢sicos por sus ra¨ªces militares, pero venido a menos en favor del triatl¨®n, debutante en los Juegos de Sydney 2000. Si no ha desaparecido ya del programa ol¨ªmpico se debe justamente al apellido Samaranch, cuyo hijo, si se valoran los m¨¦ritos de los miembros actuales del COI, no estar¨ªa entre los ¨²ltimos. Puede codearse con los nombrados recientemente, procedentes en su mayor¨ªa de federaciones internacionales o de comit¨¦s nacionales, y superar sin problemas a un buen n¨²mero de aqu¨¦llos, con supuesto prestigio personal y relaci¨®n con el deporte, pero cuya aportaci¨®n ol¨ªmpica ha sido nula.
Y hay otro matiz que Samaranch padre no ha dicho, por razones obvias, pero que el deporte espa?ol deber¨ªa agradecerle como tantas cosas. Con su hijo se reforzar¨ªa una presencia hispana muy mermada en el COI tras su marcha y el fallecimiento de Carlos Ferrer. Por eso empuj¨® ya a ser miembros a Alfredo Goyeneche y al ex waterpolista Manel Estiarte con hilos tan sutiles como los de Barcelona 92, porque la infanta Pilar de Borb¨®n s¨®lo seguir¨¢ mientras sea presidenta de la Federaci¨®n Ecuestre Internacional.
El caso Samaranch no es nuevo , aunque s¨ª el primero de un presidente. 'No lo estoy proponiendo como presidente, s¨®lo como miembro', ironiz¨® el m¨¢ximo dirigente tras las cr¨ªticas y hasta record¨®, previendo los habituales ataques de Estados Unidos, el ejemplo de los Bush. Ocho hijos han heredado en el COI, entre ellos Alberto de Rainiero (M¨®naco), Henri de Jean (Luxemburgo) o Nora de Franz Joseph (Liechtenstein). Incluso hay otro aspirante ahora, el indio Randhir Singh, secretario de su comit¨¦ nacional y, sobre todo, hijo de Kumar, miembro de peso entre 1947 y 1992. Pero se apellida Singh, no Samaranch.
![Juan Antonio Samaranch, junto a su hijo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BSV3KKJMIRQSFI77N4TYO72DRA.jpg?auth=6d525ccf98a62e10059b16059170ee27c116f8bedb29aba5583371d30a476411&width=414)
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