Los ciudadanos sin derechos de Usera
La Polic¨ªa Municipal descubre en Usera un taller de confecci¨®n en el que viv¨ªan hacinados 15 inmigrantes chinos
En la calle de Ramon Luj¨¢n (distrito de Usera) resulta m¨¢s f¨¢cil encontrar un taller de confecci¨®n de ropa (supuestamente clandestino) que un bar donde refrescarse del calor que asfixia estos d¨ªas Madrid. En apenas 40 metros de calle, en los locales situados en los n¨²meros 93, 101 y 112, los vecinos aseguran que hay tres. Su aspecto exterior es id¨¦ntico: la persiana met¨¢lica est¨¢ subida, pero las puertas se mantienen cerradas a cal y canto. Llamar al timbre no da ning¨²n resultado.
El ruido que sale del interior, sin embargo, demuestra que, tras los portones, la actividad es fren¨¦tica. Las ventanas est¨¢n abiertas por el calor y se oye el zumbido de las m¨¢quinas (de coser, presumiblemente), c¨®mo se apilan las cajas (llenas de ropa, se supone) y vuelan los gritos (en idioma chino, se adivina).
En la calle de Ferroviarios, 81, a 40 metros de la de Ram¨®n Luj¨¢n, otro taller permanece en silencio y vigilado por una patrulla de la Polic¨ªa Municipal. Dos agentes de este cuerpo encontraron en ¨¦l, el pasado domingo, lo que muchos vecinos imaginan que hay en el resto: 15 ciudadanos chinos que viv¨ªan, com¨ªan y dorm¨ªan hacinados en su interior. Otras tres personas, tambi¨¦n de origen chino, seg¨²n la polic¨ªa, huyeron antes de ser identificados.
El calor estuvo en el origen de la actuaci¨®n policial. Una ventana abierta en la pared de la nave fue el motivo de la queja de los vecinos. 'Hace al menos seis a?os que se sabe que estos talleres est¨¢n en el barrio', coment¨® una vecina que, como todos los consultados en la zona, prefiri¨® no dar su nombre. 'Es muy f¨¢cil saber d¨®nde est¨¢n: se les ve [a los trabajadores chinos] entrar y salir, a las furgonetas cargar y descargar, nos hemos quejado por el ruido de las m¨¢quinas por la noche; pero hasta ayer [por el domingo], cuando denunciamos las obras de la ventana, no vino la polic¨ªa', a?adi¨® esta vecina.
'Da miedo pensar lo que puede estar pasando aqu¨ª', aventuraba un anciano que paseaba por la calle. 'Si encontraron a 15 personas ah¨ª metidas, imagine lo que puede haber en el resto, con la de talleres que hay'. Algunos residentes dien tener localizados m¨¢s de una docena de locales que 'seguro que son talleres' clandestinos por los alrededores.
Los agentes que acudieron a la calle de Ferroviarios fueron recibidos por una mujer que les ense?¨® el interior del taller, aparentemente vac¨ªo. Sin embargo, cuando los polic¨ªas inspeccionaban una zona de la nave, oyeron un fuerte ruido y gente correr. En ese instante la mujer que les hab¨ªa abierto huy¨®, atrancando la puerta de la nave con una madera. En su carrera se le cayeron un pasaporte y una tarjeta de cr¨¦dito. Otras dos personas tambi¨¦n huyeron saltando por una ventana del piso que hay sobre el taller. Los agentes encontraron entonces a otras 15 personas hacinadas en un hueco practicado en el respiradero del garaje. All¨ª, los inmigrantes dorm¨ªan en colchones separados por cortinas. Tambi¨¦n hab¨ªa 21 m¨¢quinas de coser, varios pasaportes (algunos manipulados), y diverso material para falsificar documentos.
Catorce de los retenidos pasaron a disposici¨®n del Grupo Tercero de la Brigada de Documentaci¨®n y Extranjer¨ªa por no tener los papeles en regla, seg¨²n inform¨® el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Siete de ellos permanec¨ªan ayer por la tarde en dependencias policiales, y uno se negaba a facilitar sus huellas digitales. Contra ellos se ha abierto el proceso para establecer su identidad y verificar si procede iniciar su expulsi¨®n. Contra los responsables del taller, si se les hubiera detenido, cabr¨ªa el procesamiento por violar los derechos de los trabajadores.
'Son buena gente y no han dado nunca ning¨²n problema. S¨®lo un poco de ruido por la noche', coment¨® otra vecina que vive pared con pared con el taller. Un familiar suyo es el due?o del local donde estaba el taller, por el que cobraba 100.000 pesetas al mes. 'Pagan bien y nunca se retrasan. Pero yo nunca les he querido alquilar el local que tengo aqu¨ª al lado. Me lo han pedido muchas veces, pero no quiero porque se lo alquilas a uno y se te meten 100, y siempre est¨¢n tirando tabiques para ganar espacio. Acaban por destrozarte el local', explic¨®.
Silenciosos y educados
Silenciosos, educados y escurridizos. As¨ª definen los vecinos a la gran cantidad de ciudadanos con los ojos rasgados que se ven por las calles de Usera. Como en otras zonas de Madrid, aqu¨ª tambi¨¦n regentan tiendas de ultramarinos y algunos restaurantes. Hay incluso un comercio de alimentaci¨®n dedicado a la venta de productos orientales.
'Nadie dir¨¢ nada contra ellos', explica el cliente del ¨²nico bar que puede encontrarse en tres manzanas. 'En parte es porque son buena gente; nunca provocan follones. Casi te da pena verlos, siempre callados y trabajando. Esto lo suponemos, porque yo no conozco a nadie que haya entrado en un taller. Pero tambi¨¦n es por la fama de mafiosos que tienen los chinos. Por si acaso, todos prefieren callarse', a?ade.
En la esquina de las calles de Julio Merino y del Amor Hermoso hay otro supuesto taller. Y 20 metros m¨¢s bajo, otro. Los vecinos coinciden en que un hombre, tambi¨¦n chino y con una mancha en la cara, es el responsable de todos ellos. Se le ve trajinar cajas y visitar los locales. Seg¨²n fuentes policiales, ninguno de los detenidos ten¨ªa la cara manchada. 'Da igual que hayan cerrado ¨¦ste, ha pasado otras veces. Los abren a los pocos d¨ªas', conclu¨ªa un vecino.
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