Los expertos reclaman una actitud positiva para crear nuevos lectores
La educaci¨®n y las bibliotecas son piezas fundamentales del cambio
Seg¨²n un estudio encargado a la empresa Precisa por la Federaci¨®n de Gremios de Editores y el Ministerio de Cultura, cerca de la mitad de la poblaci¨®n espa?ola mayor de 16 a?os lee por lo menos alg¨²n libro al mes. El estudio revela que son lectores frecuentes, que leen libros semanalmente, un 36% de los espa?oles (el dato de Alemania es del 41%).
A partir de estos datos, adem¨¢s de Basanta, participaron en la mesa redonda el editor Antonio Roche (Biblioteca Nueva), Felicidad Orqu¨ªn (de la Fundaci¨®n S¨¢nchez Ruip¨¦rez), Juana Vidal (Precisa) y Luis Gonz¨¢lez, subdirector general del Libro y Fomento de la Lectura.
M¨¢s all¨¢ del baile de cifras que vuelve a confirmar que las mujeres leen m¨¢s que los hombres (58% frente al 53%), el sentido del encuentro era buscar f¨®rmulas, unir esfuerzos, inventar caminos para fomentar la lectura. En 1912, el 64% de la poblaci¨®n espa?ola era analfabeta total. Algo se ha avanzado, por tanto. En los ¨²ltimos a?os, sobre todo despu¨¦s de la dictadura, la industria cultural ha cambiado radicalmente de papel, mejorando tanto en calidad como en cantidad de libros publicados. El reto, en cualquier caso, es modificar unas pautas de conducta hondamente afianzadas en una poblaci¨®n para la que la lectura no tiene un protagonismo esencial. En la mesa redonda se se?al¨® la radical responsabilidad del sistema educativo a la hora de generar nuevos lectores y se subray¨® la necesidad de una pol¨ªtica bibliotecaria coherente y rigurosa.
Esfuerzo, tiempo y disciplina. La lectura no se improvisa. Es cierto que el victimismo no es la mejor estrategia para el desaf¨ªo de crear nuevos lectores. Pero tampoco tiene mucho sentido cerrar los ojos a una realidad compleja, y no siempre gratificante. Espa?a lleva, en esto de la lectura, un retraso de muchos a?os y no se puede, alegremente, quemar etapas. Cuando se iba saliendo del analfabetismo, ya estaba la televisi¨®n para quitar tiempo a la lectura. Ahora, las nuevas tecnolog¨ªas pueden ser una nueva amenaza. Pero la familiaridad con la lectura, se dijo, es una herramienta imprescindible para navegar por la Red. Y tambi¨¦n se dijo que, adem¨¢s de los esfuerzos institucionales pertinentes, son finalmente los lectores los que pueden crear nuevos lectores. Contagiando su entusiasmo.
Pero hubo tambi¨¦n pol¨¦mica. Si la compra del libro es en Espa?a, sobre todo, el primer paso para su lectura, ?qu¨¦ sentido tiene una pol¨ªtica que a trav¨¦s de la liberalizaci¨®n de precios condena a los peque?os libreros a la desaparici¨®n? Y tambi¨¦n se dijo que ¨¦se era el tema de otro coloquio.
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