ISL tiene temblando a la FIFA
La quiebra del intermediario comercial pone en peligro las ganancias del Mundial 2002
![Carlos Arribas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fe3f9d365-91a0-4554-a5c4-70f3bf1ea029.png?auth=e6426bc0be73ca7a1a032b8f3a5a8f5479303facc987fc5270aa197eb094c06b&width=100&height=100&smart=true)
La historia de amor y de relaciones interesadas entre la FIFA e ISL, su brazo armado en asuntos de marketing y derechos televisivos, terminar¨¢, como si de un vulgar matrimonio fracasado se tratara, en un juzgado suizo, con una de las partes gritando 'traici¨®n, estafa' y con miles de millones de pesetas en una nebulosa. Los 8.000 millones que, seg¨²n la FIFA, est¨¢n en una cuenta secreta de ISL, pueden ser, sin m¨¢s, la punta de un iceberg catastr¨®fico.
Grandes compa?¨ªas como Coca Cola, MasterCard. Adidas y McDonalds han empezado a hacer embarazosas preguntas sobre el destino del dinero que han adelantado como patrocinadores privilegiados del Mundial 2002. Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, se pregunta entre sudores fr¨ªos, qu¨¦ pasar¨¢ con los 43.000 millones de pesetas que ISL les hab¨ªa prometido como ingreso por marketing y patrocinio. Y la propia ISL ha quedado en una situaci¨®n tan desastrosa (con unas deudas reconocidas de 56.000 millones de pesetas) que las ¨¢vidas empresas de la competencia, como la poderosa francesa Vivendi, interesadas en su compra, han dado marcha atr¨¢s nada m¨¢s empezar a ojear las cuentas.
'El dinero corromper¨¢ la pureza del deporte', advert¨ªan los abogados, derrotados, del amateurismo hacia finales de los 70, cuando ya se preve¨ªa que una marea imparable de millones de d¨®lares inundar¨ªa los grandes acontecimientos deportivos y transformar¨ªa, hasta dejarla irreconocible, la cara del deporte y de los deportistas. Menos preocupados por la filosof¨ªa que por las posibilidades de negocio que con nitidez se les aparec¨ªan ante sus ojos, los hombres fuertes de la FIFA a primeros de los 80 (esto es, Joao Havelange y su corte) y el heredero del imperio Adidas, Horst Dassler, se movieron r¨¢pido y con decisi¨®n.
El asunto era simple. Ten¨ªan un producto ¨²nico: el Mundial de f¨²tbol (m¨¢s valiosos incluso que los Juegos Ol¨ªmpicos: el Mundial de Francia 98 alcanz¨® los 37.000 millones de telespectadores acumulados, mil millones m¨¢s que los Juegos de Sydney 2000). Sab¨ªan que la nueva econom¨ªa, la televisi¨®n, la globalizaci¨®n, necesitaban nuevos medios publicitarios. En vez de asumir directamente la contrataci¨®n de patrocinadores, la FIFA, un organismo internacional sin ¨¢nimo de lucro, Havelange & cia, cobij¨® y propici¨® el nacimiento de ISL, una compa?¨ªa intermediaria, que se encargar¨ªa, comisionada, de la comercializaci¨®n.
A la sombra de la FIFA, e indistinguible a veces, ISL creci¨® y se multiplic¨®, despertando recelos y preocupaci¨®n entre las compa?¨ªas rivales por sus privilegiadas relaciones con el organismo futbol¨ªstico. Lleg¨® incluso a coquetear con el COI y entabl¨® buenas relaciones con otras cuantas federaciones internacionales que ve¨ªan en su deporte respectivas gallinas de huevos de oro: el atletismo invent¨® su Mundial, la nataci¨®n...
Fuera del f¨²tbol, sin embargo, la competencia se hizo dura. IMG, el gigante americano, y otros grupos, le cerraban el crecimiento. El mercado americano aparec¨ªa impermeable. A finales de los 90, ISL lanz¨® el ¨®rdago que le condujo al desastre: financi¨®, sin red de seguridad, el nacimiento de la artificial Masters serie de tenis, nueve torneos que sin ser del grand slam eran m¨¢s importantes que los dem¨¢s. ISL prometi¨® a la ATP 2.300 millones de pesetas al a?o durante una d¨¦cada por los derechos sobre esos torneos. El primer a?o perdi¨® 600 millones. ISL tambi¨¦n intent¨® apostar por el CART (la f¨®rmula 1 norteamericana) y tambi¨¦n perdi¨®.
Esos negocios ruinosos empezaron a agotar el pozo de los ingresos futbol¨ªsticos hasta que empez¨® a secarlos. ISL a¨²n adeuda a la UEFA 2.200 millones de la Eurocopa 2000.
La desaparici¨®n de ISL significa menos competencia. O sea, menos dinero: las compa?¨ªas televisivas pueden repartirse los derechos sin pelear con intermediarios. La FIFA tiembla. El organismo presidido por Blatter se gastar¨¢ 81.000 millones en el Mundial 2002. Esperaba que ISL le proporcionara unos ingresos de 110.000 millones de pesetas entre venta de derechos de marketing y los derechos televisivos para fuera de Europa. Esta segunda cuenta, valorada en 70.000 millones de pesetas, puede ser asumida por el grupo Kirch, que tiene los derechos televisivos para Europa. Los 40.000 restantes est¨¢n en el limbo.
![Joao Havelange y Joseph Blatter, durante un congreso de la FIFA.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7CCPO2XL4NUHRXNTRKL4ANG2BY.jpg?auth=830c04926d908d66854866a64447ad8b50bb48c1f261618b356eaacfc018683d&width=414)
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