'Aznar corre el riesgo de cerrarse en una posici¨®n numantina'
Madrile?o de 57 a?os, Enrique Bar¨®n Crespo es uno de los pol¨ªticos espa?oles que m¨¢s experiencia ha acumulado sobre el funcionamiento interno de la Uni¨®n Europea. Como ministro del primer Gobierno socialista en Espa?a sigui¨® de cerca las negociaciones de adhesi¨®n de Espa?a y, entre 1987 y 1989, estuvo al frente del Movimiento Europeo Internacional y fue vicepresidente del Parlamento Europeo, c¨¢mara que presidi¨® de 1989 a 1992. Desde su experiencia, y sobre todo como actual presidente del Grupo del Partido de los Socialistas Europeos en la Euroc¨¢mara, est¨¢ m¨¢s que al tanto del pulso hispano-alem¨¢n a cuenta de las ayudas europeas. Desde hace dos d¨¦cadas, adem¨¢s, mantiene estrechas relaciones con los pol¨ªticos alemanes, con quienes se relaciona en su propio idioma.
'El debate sobre la ampliaci¨®n no se puede reducir al reparto de los fondos'
Pregunta. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre el pulso que estos d¨ªas mantienen Espa?a y Alemania?
Respuesta. El acuerdo para el reparto de los fondos europeos est¨¢ vigente hasta 2006, pero habr¨¢ que revisarlo cuando se produzca la ampliaci¨®n. Habr¨¢ que revisar el presupuesto para que quede claro que existe una solidaridad entre los pa¨ªses de la UE actual, incluidos los m¨¢s pobres, y los nuevos miembros de la Uni¨®n. Pero, en una negociaci¨®n, lo primero que hay que hacer es presentar una propuesta y encontrar aliados, en primer lugar en la Comisi¨®n, que es la que lanza las iniciativas. Despu¨¦s, hay que organizarse para poder ganar a los dem¨¢s. Sin embargo, el actual Gobierno espa?ol tiene la costumbre de plantear las cosas en un plan belicoso, sin buscarse antes aliados, y por eso ahora se ha quedado solo. Realmente, plantea los problemas muy mal t¨¢cticamente.
P. En el caso de Alemania, la Comisi¨®n apoya sus tesis de que los trabajadores de los nuevos pa¨ªses de la Uni¨®n no puedan instalarse en la UE hasta pasados siete a?os.
R. A los espa?oles tambi¨¦n nos impusieron la misma limitaci¨®n. Ahora, Alemania y Austria tienen una preocupaci¨®n similar a la que hubo con nosotros. Las opiniones p¨²blicas de esos dos pa¨ªses tienen temores a una hipot¨¦tica avalancha de emigrantes.
P. Pero los estudios que maneja la propia Comisi¨®n descartan esa hip¨®tesis.
R. Es cierto, pero los temores existen.
P. ?Son los temores a la emigraci¨®n y a perder fondos europeos los que enfrentan a Berl¨ªn y Madrid?
R. Para empezar a negociar hay que partir de cu¨¢les son los principios comunes que te unen, porque eso te puede cargar de raz¨®n. Ahora se plantea como un enfrentamiento entre Espa?a y Alemania lo que no puede ser tal. Si entramos en la fase final de la negociaci¨®n, hay que revisar las perspectivas financieras de la UE; no s¨®lo los fondos, sino todo el presupuesto, incluida, por ejemplo, la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n (PAC). Podemos pensar que al hablar de la PAC tambi¨¦n habr¨¢ un par de pa¨ªses que bloquear¨¢n todo.
P. ?Ve alguna salida al litigio?
R. La Comisi¨®n habla ya de algunas f¨®rmulas de transici¨®n para que no desa-parezcan los fondos para pa¨ªses como Espa?a. Por eso, el Gobierno espa?ol debiera ganarse a la Comisi¨®n y a otros pa¨ªses. Todo el mundo puede entender que el problema existe, pero Aznar lo ha presentado de una manera que no le permite contar con aliados. Al final, corre el riesgo de cerrarse en una posici¨®n numantina. Encima, le van a considerar ego¨ªsta cuando el problema no afecta s¨®lo a Espa?a, sino tambi¨¦n a otros pa¨ªses, incluido Alemania, que tiene regiones en el Este que se benefician de ayudas estructurales.
P. Lo cierto es que, en la UE, los enfrentamientos m¨¢s radicales se originan en cuanto se habla de dinero.
R. S¨ª, pero el debate sobre la ampliaci¨®n no se puede reducir al reparto de los fondos europeos. Es un proceso mucho m¨¢s profundo.
P. ?C¨®mo valora la estrategia espa?ola de oponerse a la moratoria que exige Alemania por temor a la emigraci¨®n?
R. Es la t¨¢ctica de coger a alguien como reh¨¦n. Y es equivocada. En la UE, se funciona de forma diferente. Hay que explicar tus problemas y analizar con los dem¨¢s posibles soluciones. Si por el contrario se pone algo directamente sobre la mesa con exigencias cerradas, no hay nada que hacer. La prueba est¨¢ en que Espa?a no est¨¢ ganando solidaridad ni mayor¨ªa.
P. El Gobierno espa?ol argumenta que el problema de los fondos debe ser tratado ahora, a la vez que Alemania intenta resolver su problema.
R. Pues no parece que haya escogido el mejor momento. La Comisi¨®n y los pa¨ªses m¨¢s afectados sostienen que no es ¨¦ste el momento para ese debate. Y es que, si quieres que tus posiciones ganen, no puedes defender s¨®lo lo tuyo. Hay que defender planteamientos que den una salida a los dem¨¢s, bas¨¢ndose adem¨¢s en nuestros propios tratados, que incluyen una pol¨ªtica de cohesi¨®n econ¨®mica y social para un progreso equilibrado para todos basado en la solidaridad.
P. ?Es m¨¢s un problema de formas que de contenidos?
R. El problema espa?ol existe y se ha reconocido. Es m¨¢s en el terreno de las formas y de la t¨¢ctica en el que el Gobierno espa?ol se ha situado muy mal.
P. Usted ser¨¢ de los que opina que un conflicto de este tipo se hubiera resuelto f¨¢cilmente en la ¨¦poca de Helmut Kohl y Felipe Gonz¨¢lez.
R. Se habla de la relaci¨®n Gonz¨¢lez-Kohl como si fuera un romance amoroso. Entre ellos hab¨ªa una relaci¨®n de amistad, que siempre es positivo, pero en muchas negociaciones cada uno defendi¨® hasta el final sus posiciones. Pero fueron capaces de llegar a acuerdos. Y ahora me parece que la qu¨ªmica no funciona y eso es malo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.