El PSOE quiere endurecer el impuesto del patrimonio para las mayores fortunas

El impuesto sobre el patrimonio apenas tiene potencial recaudatoria: 53.000 millones de pesetas el pasado a?o frente a m¨¢s de 5 billones del IRPF. Su finalidad es gravar ciertas posesiones (casas, fincas, joyas, obras de arte...) pero a partir de unos l¨ªmites (18 millones de pesetas en general y 25 millones para la vivienda habitual). La nueva propuesta socialista pretende potenciar este impuesto, para eliminar el abismo que existe entre la tributaci¨®n de las rentas salariales y lo que aportan los grandes propietarios.

Seg¨²n los datos de la Memoria de la Administraci¨®n Tributaria del a?o 1999 (¨²ltima publicada), el n¨²mero de declarantes de ese impuesto ascendi¨® a 945.577, con un importe medio declarado de 53,3 millones de pesetas y una cuota media de 160.000 pesetas. El n¨²mero de declaraciones del impuesto sobre la renta en aquel mismo a?o fue de 15,4 millones, por un importe total de 35,4 billones, con una cuota media de 354.000 pesetas. El cierre de las declaraci¨®n de patrimonio de 2000 (sobre el impuesto de 1999) elev¨® el n¨²mero de cotizantes a 982.910 y los ingresos del Estado a casi 54.000 millones.

La l¨ªnea divisoria es difusa, ya que hay grandes propietarios que tributan en ambos impuestos (por el patrimonio en s¨ª y por las rentas obtenidas de ¨¦ste), pero en el PSOE se cree que no est¨¢n todos los que son y, mucho menos, pagan todo lo que deber¨ªan. Jordi Sevilla propone que el impuesto del patrimonio sea m¨¢s alto y m¨¢s progresivo. La excepci¨®n ser¨ªan aquellos bienes con finalidad productiva, propiedad de empresas familiares.

Hoy, el impuesto del patrimonio se rige por una tarifa similar al IRPF, aunque con mayor n¨²mero de tramos. La tarifa del IRPF tiene seis con un tipo m¨ªnimo del 15% y un m¨¢ximo del 48% y la del patrimonio oscila entre el 0,2% y el 2,5%, con ocho tramos. Existe un l¨ªmite conjunto para ambos impuestos, que se declaran en el mismo plazo aunque en impresos diferentes.

El PSOE lanza esta propuesta como parte de un nuevo modelo fiscal que supondr¨ªa un cambio en los criterios de progresividad. Mientras en el IRPF el n¨²mero de tipos y de tramos del impuesto se reducir¨ªa a uno -o dos-, en el del patrimonio se tratar¨ªa de ampliar el abanico para que los que est¨¢n en los tramos m¨¢s altos de la escala paguen proporcionalmente m¨¢s.

Es decir, se quiere aumentar la progresividad de ese impuesto, aunque Sevilla niega que con ello trate de compensar la regresividad que se puede derivar de su propuesta sobre el IRPF. Tambi¨¦n asegura que no pretende acallar las duras cr¨ªticas que desde la izquierda del PSOE se le han planteado. Se trata, afirma, de un proyecto global que ya explic¨® a la ejecutiva del partido el lunes pasado y al grupo parlamentario el martes.

Los cambios los propondr¨¢ una comisi¨®n de expertos que Sevilla quiere poner en marcha. Una de las dificultades t¨¦cnicas que se plantear¨¢n es que este impuesto est¨¢ cedido a las comunidades aut¨®nomas (menos Madrid), lo que significa que la gesti¨®n, liquidaci¨®n, inspecci¨®n y recaudaci¨®n est¨¢ transferida.

Aunque la tarifa es estatal, las comunidades tienen alguna capacidad normativa, lo que obligar¨ªa a tenerlas en cuenta. En concreto, pueden variar la tarifa del impuesto pero con la condici¨®n de que se conserve la progresividad actual (diferencia entre el tipo m¨ªnimo y m¨¢ximo), que mantengan el n¨²mero de tramos, as¨ª como el primero de ellos en cuant¨ªa y tipo. De hecho, las modificaciones auton¨®micas han sido pr¨¢cticamente nulas.

Otra de las ideas que propone es la de un impuesto ecol¨®gico para actividades contaminantes. Al respecto, Sevilla urge al Gobierno a que levante su veto en Bruselas a una iniciativa euopea que persigue el mismo fin. Pese a esta actitud, el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, anunci¨® hace unas semanas su intentci¨®n de plantear al Gobierno una propuesta en este sentido.