Amnist¨ªa denuncia que 1.300 millones de personas sobreviven con 200 pesetas diarias

M¨¢s de ochenta pa¨ªses ten¨ªan en el a?o 2000 una renta per c¨¢pita inferior a la de 1990. Al menos 1.300 millones de personas luchan por sobrevivir con menos de un d¨®lar al d¨ªa (alrededor de 194 pesetas). La liberalizaci¨®n, la privatizaci¨®n y el desmantelamiento de los servicios de asistencia social han llevado a un incremento de las desigualdades en muchos pa¨ªses. En muchas zonas del mundo ha aumentado la corrupci¨®n, y la inseguridad personal, social y pol¨ªtica se ha extendido. La consecuencia previsible y casi inevitable de este aumento de la pobreza ha sido una escalada paralela de las violaciones de todos los derechos humanos. El muro de Berl¨ªn puede haberse venido abajo, pero los muros de la pobreza, la intolerancia y la hipocres¨ªa a¨²n siguen en pie.

Amnist¨ªa Internacional (AI) destaca en su informe presentado ayer en Madrid que 'la globalizaci¨®n no es una excusa para que los Estados eludan sus responsabilidades'. 'Muchos Estados afirman que se han visto obligados a adoptar una pol¨ªtica econ¨®mica que mina los derechos sociales, econ¨®micos y culturales. Pero ¨¦sta es una afirmaci¨®n falsa, porque los gobiernos tienen poder suficiente para defender a sus ciudadanos frente a las acciones arbitrarias de empresas multinacionales o de la presi¨®n de instituciones econ¨®micas intergubernamentales'.

Para Amnist¨ªa, los gobiernos tienen muchas posibles v¨ªas de actuaci¨®n. Pueden garantizar que los trabajadores est¨¦n protegidos de las peores formas de explotaci¨®n. Pueden combatir la impunidad, el veneno que permite que las violaciones de derechos humanos se propaguen, se mantengan o se repitan.

Desde Afganist¨¢n a Zimbabue, AI expone en casi quinientas p¨¢ginas los abusos de los derechos humanos cometidos en 149 pa¨ªses (sobre un total de 226 Estados soberanos). Ning¨²n continente est¨¢ libre de la violaci¨®n de los derechos fundamentales. 'Los gobiernos han adoptado la ret¨®rica de los derechos humanos, pero muy pocos lo han convertido en realidad', declara el informe. Desde la detenci¨®n arbitraria a la tortura, pasando por el homicidio legal, ning¨²n pa¨ªs, incluidos desarrollados o democr¨¢ticos, queda libre de culpa a la hora de respetar los derechos del hombre.