La larga e inacabada reconstrucci¨®n de Yago Lamela
El saltador asturiano que logr¨® la plata en el Mundial de Sevilla hace dos a?os se recupera de todas sus lesiones y problemas en Madrid, y piensa que en Edmonton puede volver a dar guerra
Hasta septiembre de 1999 Yago Lamela lo ten¨ªa muy sencillo. Corr¨ªa como el viento racheado, saltaba ligero, volaba largo pese a su peso, y triunfaba. No deb¨ªa preocuparse de nada m¨¢s para ser feliz. Cuando estaba bien, era el rey del mundo. Eso cre¨ªa.
'Ahora ya s¨¦ que en la vida se tropieza y cuesta volver a levantarse', dice una calurosa tarde de junio en un banco junto a la pista del INEF, en Madrid, junto al m¨®dulo de atletismo en el que pasa todas sus tardes entren¨¢ndose. 'Y tambi¨¦n, vista la ca¨ªda, me he dado cuenta de lo alto que estaba'.
Poco despu¨¦s de su medalla de plata en el Mundial de Sevilla, sin tiempo siquiera para darse cuenta de donde estaba, su cuerpo, sus piernas, hizo crac. Su vida tambi¨¦n.
'Ya no soy un ni?o, pero no dudo: sigo teniendo las mismas piernas que me hicieron saltar tan lejos'
Han pasado casi dos a?os. Un nuevo Mundial, Edmonton 2001, est¨¢ a la vuelta de la esquina. A su alrededor han pasado muchas cosas. El atletismo espa?ol ha descubierto a otra figura, un tremendo lanzador de peso llamado Manolo Mart¨ªnez. Y un saltador de 38 a?os, recordman del mundo, llamado Mike Powell, ha vuelto a saltar oficialmente despu¨¦s de 1.747 d¨ªas sin competir. Y ha saltado m¨¢s de ocho metros (8,05). Y por arriba, m¨¢s largo, sigue Iv¨¢n Pedroso.
Y Yago Lamela sigue recorriendo su camino de espinas. Cada vez m¨¢s cerca del final, claro. Solo. Un invierno, una primavera sin noticias. O con antinoticias. Lesiones. Dolores de espalda. Renuncias. Entrenamientos duros. Oyendo a su alrededor rumores catastr¨®ficos. Noticias catastrofistas. Dudando. 'Me pesa la duda porque hab¨ªa puesto el list¨®n muy alto', dice. Rebuscando en su interior. 'Pero nunca he pensado en tirar la toalla y dejarlo todo'. Agarr¨¢ndose a su f¨ªsico. 'Pero no dudo: sigo teniendo las mismas piernas que me hicieron volar tanto'.
Las mismas piernas. La misma fuerza. La misma velocidad. Los mismos atributos que le convirtieron en el hombre revelaci¨®n del atletismo mundial en 1999. El mirlo blanco del atletismo espa?ol. 8,56 metros y subiendo.
Con una diferencia. Han pasado dos a?os y muchas cosas. 'Ya no soy nu ni?o. Tengo 24 a?os'.
El cuerpo le hizo crac a Yago Lamela. Luego le respondieron los tobillos. Los isquiotibiales tambi¨¦n. El saltador asturiano, presionado por los Juegos de Sydney, donde deb¨ªa estar a toda costa, tard¨® un a?o en darse cuenta de que necesitaba una reconstrucci¨®n. Un cambio radical. Dej¨® Asturias y se compr¨® un pico en Madrid. Dej¨® de vivir con sus padres para estar con su novia. Dej¨® a su entrenador de toda la vida, Juanjo Azpeitia, y se puso a las ¨®rdenes de Juan Carlos ?lvarez.
'Independientemente de que salte 7,60 u 8,50 metros, estoy en el sitio ideal'.
Perdi¨® el br¨ªo juvenil, la fuerza interior que le permit¨ªa saltar sin miedo, sin temor a lo que pod¨ªa haber en el foso. Mantiene la melena, atada en cola. 'Y he aprendido a tener paciencia'.
Nadie dice que sin la fuerza juvenil no se puede saltar. Pedroso tambi¨¦n ha tenido que sobreponerse a lesiones graves. Mike Powell tiene un historial lleno de altibajos. Son maestros en el arte del salto, en la combinaci¨®n exacta, mec¨¢nica, instintiva, de velocidad, fuerza y t¨¦cnica de vuelo. Cuando les duelen los isquiotibiales, los m¨²sculos que deciden la velocidad, tiran de tobillos, la parte del cuerpo que decide la batida, la fuerza, y el posterior vuelo. Y viceversa. Si no corre, baten; si no baten, corren. De eso se trata, Lamela.
'Si al ritmo que vamos podemos acabar con un Yago estilista del salto, ¨¦l que es todo fuerza, potencia, un tif¨®n en el pasillo', ironiza Juan Carlos ?lvarez, el arquitecto de la reconstrucci¨®n, larga y a¨²n inacabada, del atleta asturiano.
'Cuando Yago lleg¨® a Madrid lleg¨® con problemas no resueltos y m¨¢s vali¨® verlos entonces, a comienzos de a?o, que m¨¢s tarde', explica ?lvarez. 'As¨ª que despu¨¦s de que la espalda le impidiera dipsutar el campeonato de Espa?a de pista cubierta, Yago se tom¨® dos o tres d¨ªas de descanso y nos pusimos a trabajar para resolver todos los problemas'.
La cosa era as¨ª de sencilla: si tienes problemas f¨ªsicos no puedes saltar; si tienes problemas f¨ªsicos no puedes entrenarte para tener buena t¨¦cnica. Los isquiotibiales no le dejaron entrenar la velocidad en condiciones hasta bien entrada la primavera. Los tobillos le tuvieron haciendo trabajo de base, descalzo, todo el invierno. Y como le dol¨ªan los tobillos hab¨ªa reducido la panoplia de jercicios que sol¨ªa hacer. Y s¨®lo hac¨ªa lo que no le molestaba.
'As¨ª que lo primero que hab¨ªa que hacer era poner las bielas en condiciones', dice ?lvarez, como si fuera un mec¨¢nico. En sus manos, no un coche, un cuerpo.
Cuando los dos puntos d¨¦biles se fortalecieron. Cuando Lamela perdi¨® el miedo a cargar todo su peso sobre los tobillos y ¨¦stos respondieron agradecidos, el asturiano descubri¨® la magia de los multisaltos, la t¨¦cnica de entrenamiento b¨¢sica para los cubanos: doble, triple salto, no, m¨¢s bien cu¨¢druple o qu¨ªntuple. Y m¨¢s. Hasta 10. Y cuando los m¨¦sculos de sus muslos dejaron de romperse y volvieron a ser fuertes, el¨¢sticos, muy r¨¢pidos, rapid¨ªsimos, empezaron a trabajar la velocidad y la musculatura. Primero en series de 20 metros, progresando a treintas, y a cuarentas. Ya afianzada esa base, veintes lanzados. Luego, para terminar, el gran objetivo: velocidad m¨¢xima. 'Ha sido todo un redescubrimiento para Yago. Hac¨ªa mucho que no lo hac¨ªa'.
'Pero eso no vale de nada si no lo sabemos trasladar al pasillo de saltos', dice ?lvarez. La base del salto de longitud: el ritmo de la carrera de impulso, los 20 pasos que conducen a la tabla donde toda la energ¨ªa acumulada debe explotar en un vuelo ¨²nico. 'Ya llevamos tres entrenamientos con carrera completa y talonamiento tambi¨¦n. Yago no se ve¨ªa bien. Le falta el feeling. No se siente. Es un problema de est¨¦tica: la combinaci¨®n de todo, tabla, batida, agresividad... Tiene que convertirlo todo en un acto reflejo. Y ya est¨¢ a punto de hacerlo. En cualquier momento puede llegar un gran salto'.
En algunos entrenamientos con medida, los ¨²ltimos d¨ªas, Lamela ha entrado en tabla a 10,4 metros por segundo, ha rozado los ocho metros. Sin mebargo, donde habr¨¢ que empezar a medir de verdad ser¨¢ el s¨¢bado, en Dortmund, donde vuelve a competir al aire libre por primera vez desde Sydney. 'Tambi¨¦n tendr¨¢ que hacer la m¨ªnima para el Mundial, 8,20 metros. F¨ªsicamente ya est¨¢ listo para ello, t¨¦cnicamente quiz¨¢s no'. 'Lo ¨²nico que necesito es poder seguir entren¨¢ndome. No tener problemas f¨ªsicos. El salto llegar¨¢'.
El objetivo de Lamela es llegar a Edmonton y pelear como en Sevilla, por la victoria. 'Y competir contra Powell, que era mi ¨ªdolo'.
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