Ocultas, pero no invisibles
Mujeres maltratadas crean una asociaci¨®n en Almer¨ªa para reivindicar su integraci¨®n social
Nunca han visto un burka (velo con el que se cubren las mujeres afganas) y muchas quiz¨¢s no tengan una idea clara de por d¨®nde cae Kabul, la capital de Afganist¨¢n, pa¨ªs regido por los talib¨¢n y donde la mujer ha perdido todos sus derechos. Pero las mujeres que comparecieron ayer en Almer¨ªa s¨ª saben lo que es el miedo, el que se cuece de puertas para adentro y que es casi tan dif¨ªcil de denunciar como de soportar.
Entre las mujeres afganas y las andaluzas hay miles de kil¨®metros de distancia f¨ªsica y decenas de diferencias culturales. Pero el terror que muchas soportan es similar. A todas las han despojado de su autoestima. Despu¨¦s de ese saqueo emocional, la capacidad de recuperaci¨®n es m¨ªnima.
Las mujeres afganas soportan el infierno en la tierra. Las andaluzas, las espa?olas, las europeas y todas aquellas que a¨²n viviendo en un supuesto mundo civilizado no han podido esquivar golpes y vejaciones por parte de los hombres a los que cre¨ªan querer, est¨¢n tambi¨¦n condenadas a no tener rostro, ni nombre, ni vida propia... Ni siquiera dignidad.
Pero hasta de las situaciones m¨¢s dif¨ªciles surgen siempre personas valientes.
As¨ª es como ha nacido en Almer¨ªa la asociaci¨®n Entorno de Dignidad. Est¨¢ formada ¨ªntegramente por mujeres que han padecido malos tratos por parte de sus ex compa?eros.
Uno de los objetivos principales de esta asociaci¨®n consiste en dar a conocer a otras mujeres maltratadas los recursos que la Administraci¨®n tiene a su disposici¨®n.
Se trata de asesorarlas y de ayudarlas a integrarse de un modo real en la sociedad. Pero se trata tambi¨¦n de escucharlas.
Por eso, esta asociaci¨®n- puesta en marcha por seis mujeres que han pasado por centros de acogida o siguen en ellos mantienen un contacto permanente con los equipos establecidos por la administraci¨®n andaluza para asistir a las mujeres maltratadas.
Cuando alguna toca fondo, ellas le brindan su experiencia conversando de t¨² a t¨². Porque por muy cruda que sea la historia, nadie llegar¨¢ a entenderla como la persona que ha pasado por lo mismo.
Entorno de Dignidad ya tiene una sede para comenzar a trabajar. Se la ha buscado el Instituto de la Mujer en Almer¨ªa, la instituci¨®n a la que se dirigieron para plantear su proyecto. Es una sede oculta. Nadie, excepto unos pocos, puede saber d¨®nde est¨¢ ubicada. Motivos de seguridad.
'Cuando salimos de las casas de acogida nos sentimos desamparadas. Tenemos que sobrevivir cada d¨ªa mirando hacia atr¨¢s y s¨®lo queremos recuperar nuestra dignidad', explica una de las fundadoras de la asociaci¨®n
?sta es una mujer sin rostro. Se ha visto obligada a cubr¨ªrselo con un pa?o negro para acudir a la presentaci¨®n de la asociaci¨®n que ha fundado junto a otras cinco compa?eras.
Pero es una mujer valiente, aunque las normas de precauci¨®n le obliguen a cubrirse con algo parecido a un burka. Y no es la ¨²nica. La asociaci¨®n la han formado seis mujeres. Parecer¨ªa una cifra rid¨ªcula si no fuera por las circunstancias especiales de estas mujeres, todas entre 30 y 40 a?os, todas con hijos y todas v¨ªctimas de malos tratos durante 5 y 10 a?os.
Siguen escondi¨¦ndose porque no tienen otra opci¨®n. Pero ya han dado el primer paso. Ocultando su rostro bajo un trapo similar al burka, pero dici¨¦ndole a todos los que quieran escucharlas que, a pesar de verse obligadas a esconderse, no son invisibles.
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