Pujol s¨®lo cuenta con el 25% del dinero pactado para el transporte

Las voces p¨²blicas son todas optimistas. Se pregunte a quien se pregunte, la respuesta es casi la misma: las inversiones se har¨¢n, y en el calendario previsto. Luego, cuando se pasa a la charla confidencial, las cosas son menos di¨¢fanas y se reconoce que las dificultades financieras del Gobierno catal¨¢n gravitan como una losa sobre los compromisos de inversi¨®n. De casi un bill¨®n de pesetas previsto, al Gobierno de la Generalitat le toca aportar 372.086 millones de pesetas (466.000 millones si no hay fondos de cohesi¨®n). La primera cifra supone un m¨ªnimo de 35.000 millones al a?o. Para el presente, la suma de las partidas incluidas en los presupuestos catalanes no llega ni siquiera a la cuarta parte de esa cifra. Se queda en 8.000 millones de pesetas. 'Los primeros pagos significativos llegar¨¢n en 2003', afirmaba un responsable de Pol¨ªtica Territorial; 'hasta entonces tenemos margen porque trabajamos con Gisa [Gesti¨®n de Infraestructuras, SA]'. GISA ha servido en el pasado para desviar y ocultar parte de la deuda del Gobierno catal¨¢n, pero en esta legislatura ha dejado de poder endeudarse sin limitaci¨®n.

El m¨¢s consciente de todo este asunto es, quiz¨¢, Francesc Homs, consejero de Econom¨ªa.Hace unos d¨ªas coment¨® a un grupo de empresarios que habr¨¢ que ser imaginativo porque las infraestructuras son un factor de desarrollo y tienen que llevarse a cabo en el plazo previsto. 'Hay que hacerlas cuando toca, y ahora toca', dijo, antes de animarles a invertir cuando sea posible el acceso de la iniciativa privada.

Ahora toca

Tambi¨¦n es consciente el consejero de Pol¨ªtica Territorial, Pere Macias. Y lo es desde dos perspectivas: cree que las inversiones en transporte p¨²blico en la regi¨®n de Barcelona son inevitables y est¨¢ convencido de que el Gobierno catal¨¢n no puede seguir mirando hacia otra parte si la coalici¨®n que lo forma (CiU) pretende alcanzar alg¨²n d¨ªa la alcald¨ªa de Barcelona. Un miembro de su equipo aseguraba: 'Las obras hay que hacerlas ahora y si hay que dilatar los pagos, no es grave'. Una posibilidad es la financiaci¨®n extrapresupuestaria, privada o aplazada. 'Nosotros tenemos que concentrarnos en realizar las obras, en gastar el dinero; dejamos a Econom¨ªa la soluci¨®n para pagarlas', dijo.

Econom¨ªa busca, pero no encuentra, entre otros motivos porque el conseller en cap, Artur Mas, es reticente a asumir nuevos endeudamientos, incluso encubiertos, marcado como est¨¢ por el PP, al que debe dar cuenta de sus actuaciones. De hecho, una cuarta parte del bill¨®n necesario, los 240.000 millones de la l¨ªnea 9, est¨¢ previsto que se pague a base de aplazar la deuda hasta despu¨¦s de la entrega de la obra, es decir, del a?o 2004 en adelante. Esta deuda no queda registrada en los presupuestos. La aportaci¨®n a esta obra ser¨ªa menor si el Gobierno catal¨¢n lograra convencer al PP de que reclame para ella 94.212 millones de los fondos europeos, aplicando el mismo criterio que ha servido para financiar el metro de Barajas.

Las respuestas a la petici¨®n de fondos europeos han sido negativas. De hecho, la financiaci¨®n extrapresupuestaria de la l¨ªnea 9 tiene un alto coste para las arcas auton¨®micas porque exime al Gobierno central de aportar un tercio de la inversi¨®n. Los intentos de negociar aportaciones a esta l¨ªnea han resultado un fracaso. En alg¨²n momento el negociador fue Josep Antoni Duran Lleida, pero luego las asumi¨® Artur Mas, que era consejero de Econom¨ªa y aspirante a conseller en cap. No ha obtenido resultados.

El Gobierno central tiene que aportar 377.829 millones de pesetas. La parte del le¨®n de esta cifra se la llevar¨¢n los trenes de Cercan¨ªas (186.000 millones), el resto va casi ¨ªntegro al conjunto de la red, pero no a la l¨ªnea 9, para la que s¨®lo hay previstos 18.000 millones. El dinero del Gobierno central est¨¢ pr¨¢cticamente garantizado porque los responsables de la Autoridad del Transporte Metropolitano s¨®lo han registrado las cifras pactadas previamente.

La parte de las administraciones locales (40.263 millones) es casi residual, pero podr¨ªa aumentar, porque el bill¨®n s¨®lo recoge las inversiones necesarias, pero no el d¨¦ficit de explotaci¨®n, que es asumido casi ¨ªntegramente por los municipios. Las nuevas l¨ªneas de metro y el aumento de los autobuses generar¨¢n m¨¢s d¨¦ficit, porque parte de los usuarios que capten proceder¨¢n de l¨ªneas preexistentes. La ¨²nica posibilidad de que no hubiera d¨¦ficit ser¨ªa una pol¨ªtica de tarifas muy diferente a la actual, algo que hoy nadie prev¨¦. Este d¨¦ficit no est¨¢ calculado, pero no por ello deja de preocupar a los responsables del transporte, quienes, no obstante, aseguran que el plan se llevar¨¢ a cabo y que el dinero acabar¨¢ saliendo de alg¨²n sitio.