Una ley con cabos sin atar
Los monitores piden mayor reglamentaci¨®n para las colonias organizadas por centros docentes
Carles Moreno y Alba Girons son dos monitores de colonias titulados. Los dos tienen a su cargo un grupo de ni?os en esplais de Barcelona y Sabadell y reconocen que han pasado una mala semana. El accidente en el que murieron dos ni?os del colegio Badalon¨¨s el pasado d¨ªa 28 de mayo ha sacudido a todos los profesionales que organizan colonias, que sienten en su propia carne la desesperaci¨®n de los padres de los ni?os fallecidos y de los monitores que les acompa?aban cuando ocurri¨® el accidente en la riera de Merl¨¨s.
'Desde el momento en que trabajas con ni?os asumes cierto riesgo, pero nunca puedes prever todas las situaciones', explica Carles, que al igual que sus compa?eros siente cierta indefensi¨®n ante las numerosas lagunas de la normativa de organizaci¨®n de colonias.
Los monitores consideran que la normativa deja demasiados cabos sin atar y piden una mayor reglamentaci¨®n de las actividades organizadas por centros docentes. La legislaci¨®n es muy diferente seg¨²n la naturaleza de la entidad que promueve las actividades. Si las organiza una escuela, la normativa s¨®lo especifica que los grupos de ni?os deben ir acompa?ados por dos personas como m¨ªnimo: un profesor y un acompa?ante. La relaci¨®n entre profesores y alumnos para salidas que incluyan pernoctaci¨®n es de 1 por cada 8 para parvulario, 1 por cada 12 para ciclo inicial y medio de primaria y 1 por cada 15 o 20 de ciclo superior (de 10 a 12 a?os).
Pero la resoluci¨®n no dice nada sobre la titulaci¨®n que deben tener los acompa?antes, por lo que en muchos casos ¨¦stos no tienen el t¨ªtulo oficial de monitor ni de director de actividades de tiempo libre. Teniendo en cuenta esta legislaci¨®n, la escuela Badalon¨¨s no habr¨ªa incurrido en ning¨²n delito por haber contratado monitores sin titulaci¨®n alguna.
Las cosas cambian cuando las colonias son organizadas por grupos de escultismo, casals o federaciones deportivas. El decreto 337 / 2000, de 24 de octubre, rige la mayor parte de colonias de verano y establece que todas las actividades deben realizarse con la presencia del responsable del grupo junto a las personas que llevan a cabo directamente la actividad (monitores).
Por cada 10 ni?os debe haber como m¨ªnimo un dirigente -poseedor del t¨ªtulo de monitor o director de actividades-. El 40% de los acompa?antes debe tener el t¨ªtulo de monitor o director. A diferencia de lo que ocurre en las colonias escolares, el decreto no var¨ªa la proporci¨®n de ni?os por monitor seg¨²n las edades.
Estas diferencias legales no gustan a los monitores, que ven como la desregulaci¨®n que afecta a las colonias escolares puede perjudicar la imagen de las tradicionales colonias de verano. La vicepresidenta de la Fundaci¨® Catalana de l'Esplai, N¨²ria Valls, considera que las colonias escolares tambi¨¦n deber¨ªan contar con monitores titulados. 'Los cursos de formaci¨®n les permiten evaluar las situaciones, detectar riesgos y formar a los ni?os'. La Fundaci¨® Catalana de l'Esplai tiene a su cargo cerca de 1.400 monitores en Catalu?a, para los que organiza numerosos cursos de formaci¨®n. Cuando acaba el curso, el monitor ha asistido a un centenar de horas de teor¨ªa y otras 50 de pr¨¢ctica, tiene conocimientos de psicolog¨ªa, pedagog¨ªa, planificaci¨®n de actividades y excursionismo. En un eslab¨®n superior se encuentran los directores, que deben superar otras 150 horas de formaci¨®n te¨®rica .
Despu¨¦s de estos cursos, los monitores saben, por ejemplo, que antes de salir de colonias de verano, un grupo de adultos tiene que supervisar y conocer las caracter¨ªsticas de la casa o el terreno de acampada que acoger¨¢ a los ni?os, detectar posibles peligros y organizar actividades adecuadas a la edad de los participantes. Los deportes que comportan alg¨²n riesgo son analizados con lupa, aunque no son nada raros. 'Desde hace unos a?os ha habido un aut¨¦ntico boom del riesgo, parece que todo el mundo tenga que practicar deportes de este tipo', explica la monitora de Sabadell Alba Girons.
N¨²ria Valls, sin embargo, es poco partidaria de estas actividades, puesto que 'un ni?o que con 8 a?os ya practica deportes de riesgo, a los 10 ya no le interesar¨¢n. Cada vez necesitar¨¢ m¨¢s emociones'. Girons suscribe esta teor¨ªa y a?ade que 'cuando un ni?o de ocho a?os regresa de colonias, lo primero que cuenta a sus padres es que ha pasado una noche durmiendo al raso, no que ha bajado por una tirolina'.
Marta Guirao, monitora directora del esplai Nus de Sant Joan Desp¨ª, alerta sobre la actitud de los adultos hacia los deportes de riesgo. 'La gente quiere hacer deporte de aventura, pero eliminando el riesgo. Esto es imposible'.
Pero ?son frecuentes las actitudes temerarias? No. Mireia P¨¦rez, monitora del esplai Can Serra, de L'Hospitalet, sabe que 'cualquier actividad que se haga tiene un riesgo, pero ¨¦ste siempre se intenta minimizar'. Desde el accidente de la riera de Merl¨¨s, muchos padres se han acercado a los colegios y asociaciones l¨²dicas para pedir m¨¢s detalles sobre las actividades que realizar¨¢n sus hijos. 'Algunas familias han venido preocupadas preguntando qu¨¦ har¨¢n exactamente sus hijos', explica Guirao.
Formaci¨®n ¨²til
Estos monitores, que a menudo trabajan como voluntarios y que ultiman los preparativos de las colonias de este verano, temen que algunos padres se echen atr¨¢s. Ramon Ignasi Redondo, monitor de L'Hospitalet, cree que ser¨ªa una pena: 'Los esplais y las colonias cubren un nivel de formaci¨®n que la escuela no puede dar'. Lo mismo piensa Carles Moreno, quien recuerda que las colonias no son unas simples vacaciones.
Los actuales esplais y casas de colonias de Catalu?a en poco se parecen a sus antecesores aparecidos antes de la guerra civil. El voluntarismo y la improvisaci¨®n que domin¨® en ellos ha evolucionado hacia la profesionalizaci¨®n de muchos monitores y ha permitido que las actividades que organizan no sirvan solamente para distraer a los ni?os, sino que a menudo se convierten en una aut¨¦ntica escuela de la vida.
Catalu?a est¨¢ todav¨ªa lejos de los pa¨ªses m¨¢s avanzados de Europa en materia de colonias. En Francia, la formaci¨®n de los monitores se distingue por la gran variedad de estudios y especializaciones. Sin embargo, a los monitores no se les exige una titulaci¨®n universitaria, algo que s¨ª ocurre en Dinamarca, donde se pide a los monitores que estudien pedagog¨ªa, una diplomatura de tres a?os y medio.
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