'Siempre he dicho que era inocente, pero no un santo'
'Hoy ser¨¢ la primera noche que ver¨¦ las estrellas', dijo ayer Joaqu¨ªn Jos¨¦ Mart¨ªnez en una conversaci¨®n con EL PA?S, poco despu¨¦s de ser excarcelado. A las 11.40 de la ma?ana, hora de la costa atl¨¢ntica de EE UU, Joaqu¨ªn Jos¨¦ sali¨® libre y vestido con un terno gris de la prisi¨®n del sheriff del condado de Hillsboroug, en las afueras de Tampa. Le acompa?aban Joaqu¨ªn y Sara, sus padres, Peter Raben, su abogado, y Javier Vallaure, c¨®nsul de Espa?a en Miami. Casi asfixiado por los reporteros, dijo: 'Me siento alegre, he renacido'. Durante una fracci¨®n de segundo mir¨® atr¨¢s, al universo carcelario en el que viv¨ªa desde enero de 1996, y a?adi¨®: 'Ah¨ª queda mucha gente que est¨¢ sufriendo lo que yo sufr¨ª'.
'Las muertes de las que me acusaron siguen sin resolverse. Me duele que no hayan sido encontrados todav¨ªa los culpables'
La excarcelaci¨®n se produc¨ªa 21 horas despu¨¦s de que el jurado de Tampa, por unanimidad de sus 12 componentes, hubiera declarado al espa?ol inocente de los asesinatos, en 1995, de Douglas Lawson y Sherrie McCoy. Esa tardanza, am¨¦n de cr¨ªticas al Gobierno en el Parlamento espa?ol, mereci¨® este escueto comentario de Joaqu¨ªn, el padre del excarcelado: 'El ministerio de Exteriores se hab¨ªa dormido un poco'. El c¨®nsul Vallaure trabaj¨® duro en la noche del mi¨¦rcoles al jueves y la ma?ana de ayer para acelerar el papeleo estadounidense. Y consigui¨® que las autoridades del condado de Tampa le entregaran a Joaqu¨ªn Jos¨¦, que qued¨® bajo protecci¨®n consular hasta su salida de EE UU. De la mano del diplom¨¢tico, que les transmiti¨® un telegrama de felicitaci¨®n de los Reyes, Joaqu¨ªn Jos¨¦ y sus padres viajaron anoche a Miami.
El espa?ol de 29 a?os, que pas¨® m¨¢s de cinco en la c¨¢rcel, de ellos 37 meses en el corredor de la muerte, durmi¨® anoche en casa del c¨®nsul. Hoy le ser¨¢ expedido un pasaporte y viajar¨¢ a Espa?a este fin de semana. Pero el billete de Joaqu¨ªn Jos¨¦ ser¨¢ 'de ida y vuelta', seg¨²n cont¨® en una conversaci¨®n con EL PA?S antes de salir de Tampa. Joaqu¨ªn Jos¨¦, que acababa de hablar por tel¨¦fono con Sloane, su ex esposa y la persona que lo denunci¨® a la polic¨ªa, quiere seguir manteniendo relaci¨®n con sus dos hijas.
Pregunta. ?Cu¨¢l fue su primera reacci¨®n al escuchar el veredicto de absoluci¨®n?
Respuesta. Como la gente rompi¨® a aplaudir, como en un estadio de f¨²tbol, me qued¨¦ desconcertado. Luego me puse a llorar. Y ahora quiero re¨ªr y quiero llorar.
P. Aparte de cambiar de opini¨®n sobre la pena de muerte, antes era un gran partidario y ahora un opositor militante, ?qu¨¦ ha aprendido de esta experiencia?
R. Que uno solo no puede hacer nada en este mundo. Uno necesita el apoyo de Dios, de los padres, de los amigos. Antes de mi detenci¨®n, yo era muy individualista, cre¨ªa que pod¨ªa hacerlo todo solo. Pero solo no hubiera salido nunca del corredor de la muerte.
P. Joaqu¨ªn y Sara, sus padres, han sido los grandes h¨¦roes de esta historia. Hace poco, reci¨¦n excarcelado, usted ha dicho: 'Prometo no volver a meter a mis padres en l¨ªos'.
R. Yo nunca he declarado que soy un santo. Siempre he dicho que era inocente, pero no un santo. Fui travieso de joven, es verdad. Pero en los ¨²ltimos cinco a?os me he hecho el firme prop¨®sito de ofrecerles a mis padres paz y tranquilidad en lo que les quede de vida. Son maravillosos.
P. Usted se ha pasado cinco a?os entre rejas porque las dos mujeres con las que manten¨ªa relaciones sentimentales en el oto?o de 1995, su ex esposa Sloane y su novia Laura, declararon en su contra, por celos h¨¢bilmente utilizados por la polic¨ªa. Hace cuatro a?os, usted me dijo en el corredor de la muerte de Starke: 'He tenido muy mala suerte con las mujeres'. Pero la verdad es que usted tambi¨¦n ten¨ªa una vida complicada.
R. (Risas). S¨ª, y esta mala experiencia me ha ense?ado que hay que tener mucho cuidado con los sentimientos de una mujer. Pero, aunque declarara lo que declarara, sigo teniendo mucha admiraci¨®n por mi ex mujer, Sloane. Por haber dado a luz a mis hijas y cuidarlas tan bien, y por permitirme mantener una relaci¨®n con ellas, incluso cuando estaba en la c¨¢rcel.
P. Su padre declar¨® hace un rato: 'Lo importante es que mi hijo consiga pronto un trabajo, el trabajo es la mejor terapia'. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa hacer?
R. Inform¨¢tica. Estoy deseando coger un ordenador port¨¢til y navegar por Internet. Internet es el mayor cambio en el mundo exterior en el tiempo que yo he pasado en prisi¨®n. En la c¨¢rcel nos dejaban ver la televisi¨®n, pero no tener ordenadores y conectarnos a la Red. La inform¨¢tica ha cambiado un mont¨®n en cinco a?os. Cuando me detuvieron, un disco duro de un giga era much¨ªsimo, ahora s¨¦ que uno de 20 gigas se compra por muy poco.
P. ?Qu¨¦ piensa del sistema estadounidense de justicia?
R. Lo m¨ªo ha tenido final feliz, pero las muertes de las que me acusaron siguen sin resolverse. Me duele que no hayan sido encontrados todav¨ªa los culpables en este caso. Me duele que, a falta de que estos culpables sean detenidos, los familiares de las v¨ªctimas puedan seguir pensando que yo los mat¨¦.
P. ?Cree que hay muchos inocentes en las c¨¢rceles de EE UU?
R. S¨ª, muchos. Me doli¨® mucho el caso de un compa?ero m¨ªo del corredor de la muerte. Se llamaba Frank Smith y se muri¨® hace un a?o y medio tras haber pasado 13 a?os en el corredor. Se muri¨® de c¨¢ncer. Frank siempre dijo que era inocente y luch¨® por que en su caso fueran efectuadas pruebas de ADN. Se las hicieron poco antes de morir y los resultados llegaron cuando ya hab¨ªa muerto. Era inocente. Y se muri¨® en el corredor porque era pobre y no ten¨ªa apoyos exteriores.
P. ?Cu¨¢l fue su momento m¨¢s duro en el corredor?
R. El primer mes. Cuando estaba en r¨¦gimen de aislamiento total y no pod¨ªa recibir ni las visitas de mis padres. Estaba completamente solo.
P. ?Y cu¨¢ndo volvi¨® a ver la luz?
R. Cuando empezaron a publicarse art¨ªculos en la prensa, cuando empec¨¦ a recibir cartas y llamadas desde Espa?a.
P. ?Recuerda que en nuestra entrevista en Starke se apag¨® la luz porque estaban ensayando la silla el¨¦ctrica?
R. Claro que me acuerdo. Aquello era horroroso, una especie de tortura.
P. Usted naci¨® en Guayaquil (Ecuador) y, cuando fue detenido, era un estadounidense m¨¢s de origen hispano. Pero si est¨¢ hoy en libertad es porque sus padres tuvieron el buen criterio de mantener siempre su ciudadan¨ªa espa?ola.
R. Lo s¨¦. He vivido en EE UU desde 1977, cuando mis padres se vinieron aqu¨ª, y, ya mayor de edad, hubo un momento en que pude optar por la ciudadan¨ªa norteamericana. Mucha gente me recomend¨® que lo hiciera. Pero mi decisi¨®n fue seguir siendo espa?ol. Y est¨¢ claro que en un d¨ªa como hoy me siento orgulloso de ser espa?ol.
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