La multimillonaria sanci¨®n a Philip Morris pone en peligro el futuro de las tabacaleras
Un jurado condena a la compa?¨ªa a pagar 586.000 millones a un enfermo de c¨¢ncer
El caso Boeken ha roto todos los r¨¦cords. Hasta ahora, la mayor indemnizaci¨®n era de unos 5.000 millones de pesetas. Fue hace dos a?os, a un enfermo de c¨¢ncer de Oreg¨®n, y la tabacalera tambi¨¦n era Philip Morris. Como ocurri¨® entonces y como es probable que pase esta vez, la suma final, tras una larga ristra de recursos, result¨® ser menor que la del primer veredicto; en aquel caso, 15.000 millones.
Despu¨¦s de deliberar durante nueve d¨ªas, el jurado de Los ?ngeles otorg¨® una indemnizaci¨®n de 1.000 millones de pesetas y una sanci¨®n contra la empresa de otros 585.000 millones. Richard Boeken, de 56 a?os, acus¨® a la multinacional de ser responsable de sus problemas de salud por no haberle advertido de los riesgos que implicaba fumar, pese a consumir, desde los 13 a?os, una media diaria de dos cajetillas de Marlboro.
Tras el impacto inicial, Philip Morris anunci¨® ayer que, por supuesto, recurrir¨ªa la sentencia. 'Este veredicto es vergonzoso y pone a todo el sistema legal en rid¨ªculo. Es el resultado de numerosos errores', dijo William Ohlemeyer, vicepresidente de Philip Morris. 'Desaf¨ªa el sentido com¨²n que el jurado pueda creer que Boeken no era consciente de los riesgos del tabaco y que adem¨¢s deba ser compensado por su decisi¨®n de fumar'.
Maury Ohlemeyer, abogado de la compa?¨ªa, se expres¨® en el mismo sentido: 'Reconocemos que Philip Morris es una compa?¨ªa impopular que elabora un producto peligroso. Pero no creemos que las evidencias presentadas en el juicio apoyen el veredicto dictado'.
Ca¨ªda en Wall Street El caso Boeken es un mazazo legal cuyo enorme coste est¨¢ haciendo temblar a la industria del tabaco. La primera reacci¨®n se sinti¨® de inmediato en Wall Street. Las acciones de la empresa cayeron m¨¢s del 5% en unas pocas horas. El resto de las tabacaleras, como R. J. Reynolds y British American Tobacco, tambi¨¦n perdieron puntos. Philip Morris, que incluye otros negocios, ingres¨® el a?o pasado 11.000 millones de d¨®lares (2,15 billones de pesetas) por sus ventas de tabaco.
La industria no esperaba estar luchando pleito a pleito a estas alturas. Hace a?o y medio, en noviembre de 1998, los Gobiernos de los 46 Estados que no hab¨ªan firmado ning¨²n pacto con las tabacaleras (Florida, Minnesota, Misisip¨ª y Tejas ya hab¨ªan alcanzado acuerdos individuales) aceptaron terminar la guerra del tabaco por 40 billones de pesetas, una suma que durante los pr¨®ximos 25 a?os deb¨ªa cubrir los gastos sanitarios derivados del tabaquismo. Pero el pacto no inclu¨ªa demandas individuales o colectivas. Y ¨¦stas han resultado ser un nuevo y costos¨ªsimo quebradero de cabeza. El pasado verano, un jurado de Florida conden¨® a los cinco principales fabricantes a pagar una indemnizaci¨®n de algo m¨¢s de 28 billones de pesetas para cubrir los gastos m¨¦dicos de cientos de enfermos de este Estado, el r¨¦cord absoluto hasta ahora.
Tratado de paz En esta contienda, los tribunales de California, cuyo Gobierno firm¨® el tratado de paz con la industria, se han convertido en el terreno m¨¢s peligroso para las tabacaleras. Sin contar el caso Boeken, California tiene otros dos grandes sumarios pendientes contra Philip Morris. En 1999, un jurado de San Francisco conden¨® a la compa?¨ªa a pagar 51,5 millones de d¨®lares a una enferma de c¨¢ncer, suma que fue luego reducida a 25 millones (algo menos de 5.000 millones de pesetas). El a?o pasado, tambi¨¦n en San Francisco, otra enferma, que muri¨® antes del veredicto, y su marido obtuvieron unos 4.200 millones de d¨®lares.
Esto no es todo. La semana pasada, dos abogados de Washington lanzaron un megacaso en nombre de los consumidores menores de edad, acusando a los fabricantes de conspirar para incitar a fumar a los j¨®venes. El pasado lunes, Philip Morris, Reynolds, Lorillard y Liggett fueron condenadas por un jurado de Brooklyn a pagar una indemnizaci¨®n de 17,8 millones de d¨®lares (3.400 millones de pesetas) a la mayor aseguradora de Nueva York, Empire Blue Cross Blue Shield.
Este tipo de pleitos amenaza con convertirse en el nuevo frente de lucha de los consumidores y de las organizaciones antitabaco. Temen que el Gobierno del presidente George Bush abandone la demanda que Washington interpuso en 1999 contra la industria para que abone parte de los beneficios obtenidos desde los a?os cincuenta y compense a las aseguradoras por el incremento de sus tratamientos.
Un portavoz de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) salud¨® la sentencia y vaticin¨® la llegada de m¨¢s sanciones para las tabacaleras. 'Los d¨ªas de litigios tienen todav¨ªa mucho trecho por delante. La evidencia muestra que hay a¨²n muchos, muchos m¨¢s casos que pueden ser llevados a los tribunales', se?al¨®. El comisario europeo de Salud, David Byrne, tambi¨¦n aplaudi¨® el fallo condenatorio y afirm¨® que esperaba que en Europa se imitasen este tipo de procesos, extremo rechazado por numerosos expertos debido a la diferencia del sistema legal respecto a EE UU.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.