El accidente de la riera de Merl¨¨s

Ante todo, quiero hacer llegar mis condolencias a los padres de Alba y Cristian, aunque soy consciente de que no existe consuelo que mitigue la falta de un hijo.

El honor y el futuro de varias personas penden de un hilo, en parte gracias a los medios de comunicaci¨®n, que en su af¨¢n de vender la noticia m¨¢s escabrosa magnifican las informaciones y sacan sus propias conclusiones manipulando a la opini¨®n p¨²blica.

Mi hijo, de ocho a?os, cursa tercer curso de primaria en el colegio Badalon¨¨s, y en mayo estuvo de colonias durante cinco d¨ªas en la mas¨ªa de Can Curtius, con el mismo equipo de monitores -'ni?atos ex alumnos', seg¨²n algunas mentes estrechas- y el mismo profesor que el pasado d¨ªa 28 perdi¨® a dos de sus ni?os en la riera de Merl¨¨s. Hace poco, por casualidad, mi hijo vio por televisi¨®n a su profesor de gimnasia entrar en los juzgados de Vic. Pregunt¨®: '?Qu¨¦ hace en la tele?'. Le dije que ten¨ªa que explicar al juez lo que hab¨ªa pasado. Volvi¨® a preguntar: '?Ir¨¢ a la c¨¢rcel?'. Le contest¨¦ que no lo sab¨ªa, pero que era posible. Y su pregunta final fue: '?Por qu¨¦, si salv¨® a cuatro ni?os y casi se ahoga ¨¦l mismo?'. Y no supe qu¨¦ contestar.

Este episodio es uno de los m¨¢s tristes que se han vivido en Badalona, al menos en mis 34 a?os de vida. Mi marido, mis hermanos, mis primos, yo misma, fuimos alumnos del colegio Badalon¨¨s, as¨ª como monitores de colonias en su d¨ªa, y jam¨¢s se dio un caso semejante. Es un colegio en el que la cuesti¨®n de la seguridad, as¨ª como la de la educaci¨®n, la estudia al detalle y su profesorado es de lo m¨¢s selecto de la profesi¨®n, lo cual avalan sus m¨¢s de 75 a?os de historia. Jam¨¢s este centro pondr¨ªa en manos de una persona irresponsable la vida de su alumnado.

Todos los padres, tanto de alumnos de 3? como de los de 4?, que asistimos en su d¨ªa a la reuni¨®n informativa de las colonias, sab¨ªamos qui¨¦nes eran los monitores porque, entre otras cosas, la mayor¨ªa hemos llevado a nuestros hijos de colonias desde los cinco a?os, y con el mismo profesor, una de las personas m¨¢s competentes y responsables que conozco. Todos sab¨ªamos qu¨¦ actividades se iban a realizar, todos las vimos adecuadas a su edad, y todos firmamos nuestro consentimiento. Afortunadamente para m¨ª, mi hijo, como otros muchos, volvi¨® vivo. Me lo devolvi¨® vivo ¨¦l, Quim. Y no s¨®lo este a?o, sino el anterior, y el anterior, y el otro...

Un ¨²ltimo punto de reflexi¨®n. ?Qu¨¦ padre expondr¨ªa a su propio hijo a alg¨²n peligro que pudiera costarle la vida? La hija de ese profesor tambi¨¦n estaba en el agua, en la misma cuerda que Alba y Cristian.

?nimo, Quim. Las madres y padres del colegio Badalon¨¨s sabemos qu¨¦ pas¨® porque sabemos c¨®mo eres. Y cuando todo esto acabe, si todo va bien, el a?o pr¨®ximo espero que aceptes llevar a mi hijo de colonias contigo. Ser¨¢ un honor.

Una madre sin titulaci¨®n para ejercer.