La escalada vital de Javier Otxoa
El corredor atropellado, que no podr¨¢ volver a ser profesional, se enfrenta a un largo proceso para superar las secuelas del accidente
Javier Otxoa no volver¨¢ a ser ciclista profesional. Superado el milagro de su recuperaci¨®n tras el atropello sufrido el pasado 15 de febrero y que cost¨® la vida a su hermano Ricardo, choca ahora con la importancia de los da?os cerebrales que le mantuvieron dos meses en estado de coma. En estos momentos se halla en la primera fase de una larga rehabilitaci¨®n que determinar¨¢ qu¨¦ grado de autonom¨ªa puede alcanzar para afrontar la existencia cotidiana. Su evoluci¨®n es satisfactoria, pero no le permitir¨¢ en ning¨²n caso volver al pelot¨®n.
Ingresado desde el 10 de mayo en el Servicio de Da?o Cerebral del Hospital Aita Menni (Mondrag¨®n), Otxoa trabaja de forma simult¨¢nea en varias ¨¢reas para limitar al m¨¢ximo las secuelas de su accidente. El hombre del Kelme presenta el cuadro habitual en pacientes que han sufrido severos traumatismos cr¨¢neo-encef¨¢licos: del coma pas¨® a una fase de confusi¨®n postraum¨¢tica -el paciente est¨¢ consciente, pero no es capaz de retener bien la informaci¨®n- y de ah¨ª a un estado en el que se han dibujado diferentes tipos de secuelas. Jos¨¦ Ignacio Quemada, el neuropsiquiatra que supervisa su rehabilitaci¨®n, las separa en diferentes grupos: 'Dificultad para moverse, dificultad para comprender y expresarse, problemas para manejar intelectualmente la informaci¨®n (atenci¨®n, concentraci¨®n, memoria, planificaci¨®n...) y dificultad para las capacidades relacionales, las que se ponen en marcha en el curso de una relaci¨®n social'.
Otxoa come con apetito desmedido -ha recuperado casi diez de los 17 kilos que perdi¨®-, habla con normalidad y es capaz de reconocerse como un ciclista cuando contempla las im¨¢genes de sus triunfos. De hecho, ya no rehuye la conversaci¨®n sobre su profesi¨®n y no puso reparos para asistir a pie de cuneta a una de las etapas de la ¨²ltima Bicicleta Vasca, entusiasmarse con el espect¨¢culo y... animar a su hermano Ricardo, cuya ausencia no es capaz de asimilar todav¨ªa. Ayer mismo sigui¨® por televisi¨®n un reportaje en el que pudo verse sobre la bicicleta, en el podio del Tour, o escuchar el testimonio de su madre. 'Estoy emocionado', coment¨® a rengl¨®n seguido. Su hermano Andoni crey¨® verle tambi¨¦n 'un poco triste'.
'Su evoluci¨®n est¨¢ resultando positiva, de acuerdo a unos principios generales: siempre va m¨¢s r¨¢pido la evoluci¨®n f¨ªsica, despu¨¦s le sigue la del lenguaje, luego mejoran las capacidades intelectuales y, por ¨²ltimo, las relacionales. Esta ¨²ltima rehabilitaci¨®n es la m¨¢s larga', explica Quemada. Los pacientes con lesiones cerebrales severas tienen una alta probabilidad de mantener secuelas al final del proceso en varias de las ¨¢reas tratadas durante el trabajo de rehabilitaci¨®n. La posibilidad afecta de rebote a la familia, en este caso un modelo de optimismo. 'Los m¨¦dicos no tenemos derecho a quitar la esperanza de los familiares', asevera Quemada. 'Los m¨¦dicos saben de qu¨¦ hablan, pero yo estoy convencido de que ser¨¢ capaz de recuperarse al ciento por ciento y llevar una vida normal', replica Andoni, el hermano mayor de Javier y Ricardo.
Cada mes de estancia en el centro Aita Menni supone un desembolso de 900.000 pesetas para la aseguradora Asepeyo, contratada por el Kelme para cubrir a sus ciclistas. 'Es un alivio no tener que adelantar tant¨ªsimo dinero', comenta Andoni, 'pero esto me hace pensar en los que no tienen los medios para acceder a este tipo de centros. Me gustar¨ªa pedir que las instituciones invirtieran m¨¢s en hospitales para acoger a los afectados por da?os cerebrales severos'. La generosidad viene de familia en los Otxoa. Hace un a?o Javier fue capaz de convencer a sus patrones para que ficharan a Ricardo, recalificado como aficionado tras su paso por el ONCE. Cada uno cobr¨® cuatro millones, pero el dinero proced¨ªa s¨®lo de la ficha de Javier.
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