La UE busca un acuerdo con Irlanda en una semana decisiva para Europa
Los Quince ultiman pasos clave para las relaciones con EE UU y los intereses de Espa?a
La UE afronta la semana m¨¢s complicada del a?o. La agenda ya era compleja, pero el no irland¨¦s al Tratado de Niza, necesario para la ampliaci¨®n de la Uni¨®n, obliga a los l¨ªderes de los Quince a negociar de inmediato una posible salida pactada ante la cumbre europea de Gotemburgo (Suecia), prevista para el viernes y el s¨¢bado. Antes, mantendr¨¢n su primer encuentro con George W. Bush, en un momento de claro deterioro de las relaciones transatl¨¢nticas. Ma?ana, adem¨¢s, los ministros de Exteriores, que recibir¨¢n en Luxemburgo a sus colegas israel¨ª y palestino, tendr¨¢n la ¨²ltima oportunidad de dar una satisfacci¨®n a Espa?a tras perder su pulso frente a Alemania a cuenta de los fondos europeos.
El baile de consultas entre las canciller¨ªas ya comenz¨® el viernes. Brian Cowen, ministro de Exteriores de Irlanda, tendr¨¢ ma?ana en Luxemburgo la primera oportunidad de explicar a sus colegas europeos las claves para asimilar el bofet¨®n irland¨¦s. Los ministros har¨¢n una primera aproximaci¨®n sobre la f¨®rmula que pondr¨¢n en marcha para evitar la defunci¨®n del nuevo tratado, herido de muerte en Dubl¨ªn el pasado jueves. 'Tenemos que encontrar el camino m¨¢s adecuado para conseguir los objetivos aprobados en Niza', han dicho en un comunicado conjunto G?ran Persson, primer ministro de Suecia (pa¨ªs que preside la UE este semestre), y el presidente de la Comisi¨®n, Romano Prodi.
Esa f¨®rmula no parece ser otra, como ocurri¨® en 1992 y 1993 en Dinamarca al rechazar el Tratado de Maastricht, que convocar otro refer¨¦ndum en Irlanda con condiciones excepcionales de aplicaci¨®n del tratado, que deber¨¢n ser pactadas entre Dubl¨ªn y los otros 14 Estados de la Uni¨®n. 'Necesitamos ese tratado, que no arregla todos los problemas de la UE a corto plazo, pero que incluye mejoras ¨²tiles', ha comentado resignado Hubert V¨¦drine, ministro franc¨¦s de Exteriores y uno de los art¨ªfices del pol¨¦mico texto aprobado por los Quince en diciembre. 'Es la hora de encontrar una soluci¨®n', ha dicho V¨¦drine. Frente a ¨¦l, apoyado por Alemania, Reino Unido o Suecia, ya hay otros Gobiernos que, como el belga, apuestan por dar por muerto Niza, cuyo contenido no satisfizo plenamente a nadie, y negociar otro tratado en paralelo al debate sobre el futuro de Europa.
Pero Niza resulta hoy imprescindible para seguir adelante con la ampliaci¨®n de la UE a 12 nuevos miembros porque incluye las reformas m¨ªnimas para funcionar con m¨¢s socios. Por eso, el no irland¨¦s deja en entredicho todas las negociaciones de adhesi¨®n, que deben culminar a finales de 2002.
Pese al grave problema creado, las capitales europeas insisten en que no debe retrasarse la ampliaci¨®n. Para eso, por ejemplo, los Parlamentos de los otros 14 Estados de la UE seguir¨¢n con sus planes para ratificar el tratado (el martes lo har¨¢ el franc¨¦s), en la confianza de que el caso irland¨¦s tendr¨¢ una salida pactada.
Los l¨ªderes europeos ten¨ªan previsto dar en Gotemburgo un claro espaldarazo pol¨ªtico a la ampliaci¨®n, insistiendo en que las negociaciones deb¨ªan terminar en 2002 de forma que los primeros pa¨ªses que se incorporen en la Uni¨®n puedan participar ya en las elecciones a la Euroc¨¢mara de 2004. Tambi¨¦n quer¨ªan ratificar el detallado calendario de esas negociaciones, origen en parte del pulso perdido por Espa?a frente a Alemania.
Ahora, con el disgusto llegado desde Dubl¨ªn, los jefes de Estado o de Gobierno est¨¢n forzados a hacer una declaraci¨®n mucho m¨¢s expl¨ªcita de su fe en la ampliaci¨®n. Algunos Gobiernos, como el espa?ol, pueden ver ventajas en esa posibilidad. Madrid no ha ocultado nunca su rechazo al calendario, porque bajo su periodo de presidencia de la UE (primer semestre de 2002) debe negociar los cap¨ªtulos m¨¢s sensibles para Madrid: la pol¨ªtica agr¨ªcola, los fondos de ayudas regionales y las disposiciones financieras y presupuestarias.
Si el ministro Brian Cowen pasar¨¢ ma?ana un mal rato en Luxemburgo, no ser¨¢ mejor la situaci¨®n de su colega espa?ol, Josep Piqu¨¦, si finalmente no logra que Alemania, apoyada por Francia y Holanda, ceda en su negativa a suscribir un documento en el que al menos se reconozcan que la llegada de Estados m¨¢s pobres a la UE supondr¨¢ un grave problema para regiones que hoy reciben ayudas.
Desconcierto en el Este
Si Bruselas y la mayor¨ªa de capitales europeas recibieron con desconcierto el bofet¨®n irland¨¦s, los pa¨ªses candidatos lo interpretaron como un aut¨¦ntico golpe bajo. 'Nos llama la atenci¨®n que la poblaci¨®n de un pa¨ªs como Irlanda que ha disfrutado de los beneficios de la ampliaci¨®n se oponga ahora a que otros puedan llegar a lo mismo', se quejaba el viernes el portavoz de Exteriores de Hungr¨ªa, Gabor Horvath.
La respuesta proced¨ªa del eurodiputado irland¨¦s Pat Cox, l¨ªder del Grupo Liberal y pr¨®ximo presidente de la Euroc¨¢mara. 'Es importante asegurar a los candidatos que no es un no a su entrada en la UE, aunque puede complicar el proceso'. Y es que durante la campa?a del refer¨¦ndum apenas se habl¨® de la ampliaci¨®n, aunque sea ¨¦sta la verdadera v¨ªctima del no, porque el Tratado de Niza se redact¨® para dar cabida a otros socios. En Irlanda se debati¨® de todo menos del tratado y sus consecuencias. Por eso, el diario franc¨¦s Lib¨¦ration recordaba ayer el famoso comentario de Charles de Gaulle: 'La gente no responde nunca a la pregunta que se les plantea'.
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